Enrique Benavent, nuevo arzobispo de Valencia, se presenta con un perfil más moderado que Cañizares
El prelado, procedente de la diócesis de Tortosa, considera que la situación en Cataluña “está más tranquila” frente a la advertencia de su antecesor de que España “está cercana a romperse”
El arzobispo electo de Valencia, Enrique Benavent, de 63 años, se ha presentado este viernes con un perfil más moderado que su antecesor en el cargo, Antonio Cañizares, representante del ala más conservadora de la iglesia española. Un día antes del acto oficial de la toma de posesión de este sábado en la catedral de Valencia, Benavent ha expresado ante los medios de comunicación su intención de visitar todas las parroquias de su archidiócesis y de introducir de forma natural y normalizada el uso del valenciano en las misas y en los actos que así lo requieran y ha evitado pronunciamientos rotundos sobre la actualidad política, como solía hacer Cañizares.
De hecho, el anterior arzobispo ofició este jueves una misa en la catedral en la que pidió rogar por la unidad de España: “Por España, en estos momentos difíciles, cercana a romperse o a que la rompan”. Preguntado por estas palabras, Benavent, anterior arzobispo de Tortosa, ha manifestado que él ha vivido en Cataluña “un momento delicado” y ahora, “gracias a Dios, la situación es un poco más tranquila”. “Hay muchas maneras identitarias y cada uno la vive a su manera. Donde yo puedo ver un peligro, otro no lo ve”, ha señalado el prelado nacido en Quatretonda en 1959. Ha respondido en valenciano o castellano en función de la lengua empleada en las preguntas.
Renuente a definirse en “catalogaciones un poco vistas desde fuera”, Benavent ha incidido en que “cada uno tiene su estilo personal”, si bien ha recordado que todos predican “el Evangelio y la doctrina social de la Iglesia”. Además, ha comentado que si “un padre pide que bauticen a su hijo en valenciano” ese es “un deseo legítimo” al que no se puede decir “no”, además de señalar que le gustaría que pedir que una celebración religiosa se ofrezca en valenciano “no fuera una cosa que se viera como un problema”. “Hay que buscar instrumentos para responder al interés legítimo de muchas personas”, ha añadido en el Colegio Jesús María de Valencia, donde tenía previsto dormir, siguiendo una tradición del siglo XVI, cuando en el mismo lugar se ubicaba el convento del Socorro.
Sobre las denuncias de abusos sexuales en el seno de la Iglesia, Benavent ha recordado la adoptación de protocolos en Tortosa con medidas más drásticas para que “eso no pueda pasar y sobre todo que eso no se pueda ocultar”. “Hoy en día no es posible pensar que se puede actuar de otra manera”, ha agregado, antes de subrayar la creación de comisiones diocesanas por parte de la iglesia española y que la “Santa Sede marca protocolos muy estrictos”.
Su primera jornada en Valencia, donde ya fue obispo auxiliar y profesor de Teología, empezó en Benavites, la primera parroquia de la archidiócesis por el norte y con una visita al monasterio de El Puig. Allí, Benavent se ha mostrado este viernes partidario de la beatificación del padre Jofré (Valencia, 1350- 1417), impulsor de la devoción a la Virgen de los Desamparados, patrona de los valencianos, y fundador de un hospicio para enfermos mentales de los Santos Mártires Inocentes, considerado el primer centro psiquiátrico del mundo con una organización terapéutica.
El arzobispo insistió en que el monasterio es “un lugar muy significativo para los valencianos”. “Aquí comenzó, después de un tiempo la vida cristiana en el antiguo Reino de València. Aquí se encontró esta sagrada imagen y aquí comienza, de hecho, la historia cristiana después de la reconquista de València”, afirmó.
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