Peligra la enseñanza de francés en los colegios madrileños que impartirán 1º y 2º de la ESO ante la poca demanda de estudiantes
Los profesores de este idioma aventuran que será difícil llenar las plazas necesarias en una asignatura cuya demanda ha decaído de un 35% a un 27% en 10 años
Purificación Gómez, profesora de francés, se jubiló recientemente con un sinsabor: “Estoy harta de estar dando clase de francés a los alumnos de 1º y 2° de la ESO y que los chicos estén mirando al patio viendo como sus otros compañeros juegan al baloncesto, mientras que yo les estoy enseñando cómo se conjuga un verbo”. Vivió esto en sus últimos años como docente. Intentó hacer algo para motivar a los estudiantes cuando todavía se paseaba por los pasillos del instituto, pero no lo logró. Hoy, en casa e impartiendo clases particulares cuando le viene bien, la situación le sigue preocupando y quitando un poco el sueño: la optativa de francés en la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) peligra cada vez más en la Comunidad de Madrid. De hecho, los estudiantes que la eligen has pasado de un 35% a un 27% en 10 años.
La caída en la cantidad de estudiantes que escogen esta optativa ―de oferta obligatoria, pero no obligatoria de cursar―, no es nueva. Lleva tiempo sobre la mesa como una preocupación, según valora Madrigalia, la asociación internivelar de profesores de Francés de Madrid. Pero ahora lo es aún más, al enfrentarse a la medida de Ayuso de impartir 1° y 2° de la ESO en al menos 25 colegios de la comunidad. La cantidad de alumnos por nivel será mucho menor y es posible que no se lleguen a llenar las plazas necesarias para que la asignatura siquiera se abra. “En un instituto puede haber de cinco a ocho grupos de 1° y el equipo directivo está en disposición de ofrecer todas las optativas porque hay alumnos para todo. Pero si solo tienes dos grupos en un cole no puedes ofrecer todas las optativas porque para abrirla tienes que tener un mínimo de 15 alumnos”, explica por teléfono Olalla Hervás, profesora de francés en Secundaria y portavoz de Madrigalia. “A lo mejor solo te salen 10 alumnos en francés y eso significa que no la puedes abrir”.
También afecta a los profesores por la poca ―o casi nula― cantidad de horas de clase que deben impartir en estos centros. La optativa de segunda lengua extranjera tiene asignadas solamente dos horas a la semana por grupo. Esto quiere decir que, si hay buena suerte y se logra sacar un grupo de optativa de francés en 1° y otro en 2°, se necesitaría un profesor para dar solo cuatro horas a la semana. “No hay jornada laboral que sostenga eso, no es ni siquiera media jornada. Necesitaría completar las 20 horas lectivas con otras asignaturas, como lengua castellana, que son otras cinco horas. Pero sigue sin completar, entonces deberá ir a otro centro a impartir más horas”, explica Hervás. Gómez, también expresidenta de Madrigalia, coincide con ella. “No sabemos cómo la Comunidad pretende organizar al profesorado en esta medida. ¿Van a ser los profesores especialistas en las asignaturas que se dan? ¿Qué va a hacer el resto de su horario? ¿Compartir un centro, irse a un instituto para terminar de completar su horario? ¿O va a hacerlo un maestro que no tiene los conocimientos necesarios?”, se pregunta. Estas respuestas tampoco las tienen los colegios que se unieron a la medida, según pudo comprobar EL PAÍS.
Los datos demuestran que la optativa de francés ha perdido popularidad en la última década. Según los datos del Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes, el porcentaje de estudiantes que la eligen en los institutos públicos madrileños pasó del 35% del total del alumnado en el curso 2011/12, a un 27% en el curso 2022/23.
Si se compara con la media de España, los estudiantes de Madrid han estado siempre por debajo, con una diferencia aproximada de tres puntos cada año. En el curso 2018/19 la situación se acentuó con una caída desde el 37,2% al 25,9%, tiempo que coincide con la incorporación de la asignatura de deporte como una optativa. Repuntó un poco, pero no a los niveles anteriores.
Competir o morir
En colegios tan pequeños, como los que tendrán 1° y 2° de la ESO, las optativas van a pelear por sobrevivir. Actualmente, los estudiantes de esos dos niveles tienen un abanico de hasta seis opciones de asignaturas optativas: segunda lengua extranjera, ciencias de la computación (ambas de oferta obligatoria), refuerzo de lengua castellana y literatura, refuerzo de matemáticas, deporte y música (solo para los estudiantes de segundo). Ante tantas opciones, también es difícil competir por ser el favorito entre los adolescentes, que en muchos casos prefieren dos horas más de juego en el patio al escoger deporte, que una carga académica adicional con francés. “Vamos a seguir perdiendo alumnado porque han aparecido muchísimas optativas que compiten con el francés y los chavales prefieren deporte, computación, música. Y no es que esas no sean válidas, pero el resto de departamentos que las ofrecen tienen sus horas aseguradas, a ellos nunca les va a faltar el alumnado”, asegura Hervás. Y advierte: “Puede pasar lo mismo que con el latín o con el griego, que prácticamente desaparecieron”. Tampoco es fácil ir saltando de asignatura en asignatura, ya que los que no escogen francés en 1° deben hacer un examen de conocimientos para poder entrar los años siguientes.
Ambas consideran que, si bien ya muchos tienen un buen dominio de una segunda lengua, como lo es el inglés, esto ya no es una manera de sobresalir. “El inglés ya no marca la diferencia, el inglés lo saben todos. Somos una asignatura transversal, te puede servir para una carrera científica, para migrar a Canadá a trabajar, para ser enfermera en Francia”, dice la portavoz. “Si antes podías tener tres grupos de Francés, ahora si te sale uno da las gracias”, añade con risa nerviosa.
La Federación de Enseñanza de CC OO de Madrid coincide con la preocupación de los profesionales y considera que es, sin duda, una de las principales desventajas de la medida. “Esto va a dificultar que los centros realicen una oferta amplia de optativas y va a limitar el derecho del alumnado a tener las mismas oportunidades que otros estudiantes de otros centros públicos”, critica Isabel Galvín, portavoz del sindicato. Incluso asegura que este escenario ya ocurre en varios CEIPSOS (colegios de infantil y primaria autorizados para impartir secundaria) que ofrecen la secundaria completa, con lo que el problema sería más grave si solo se imparten los dos primeros años.
La frustración e impotencia ha llevado a la asociación de profesores de francés a pedir un cambio a la Comunidad de Madrid: que el francés se convierta en una asignatura obligatoria, pensando en el beneficio del alumnado y sus profesores. “Tenía que competir con mis propios compañeros para que los chicos cogieran la mía. No solo porque consideremos que están en riesgo los puestos de trabajo, sino porque los alumnos necesitan esta asignatura que les va a servir para todo en la vida”, sostiene Gómez. Para esto enviaron una carta a la Consejería de Educación solicitando una reunión, a la que se les contestó el acuse de recibido. La Administración ha confirmado a este diario que la reunión se llevará a cabo, pero que todavía no hay una fecha prevista.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.