La reforma del teleclub de un pueblo de Soria que ha puesto la España vacía en el mapa de Europa
La rehabilitación del centro, ideada por los jóvenes Rocío García y Pedro Torres, nominada al premio de Arquitectura Contemporánea de la Unión Europea, también ha sido finalista de los FAD y ha recibido una mención especial en los galardones de arquitectura Hispalyt
El primer televisor llegó a Noviercas (Soria, 150 habitantes) en 1970. Semejante acontecimiento requirió una infraestructura a la altura de la ocasión. Se construyó un local conocido como teleclub, que también alojaría al único bar de la localidad. Desde entonces, este espacio y otros de similares características en otras pequeñas localidades se han convertido en centros sociales, ágoras para la tertulia y el entretenimiento de la cada vez más envejecida población rural.
Medio siglo después, el teleclub de Noviercas, que recibe el nombre del poeta Gustavo Adolfo Bécquer –residió en la localidad durante varios años con su familia–, ha vuelto a ser noticia. Pero con un alcance infinitamente mayor. La rehabilitación del centro, a cargo de dos jóvenes arquitectos, está nominada a los premios de Arquitectura Contemporánea de la Unión Europea, los afamados Mies van der Rohe, que se entregarán en 2022. El proyecto también ha sido finalista de los premios FAD 2020 y ha recibido una mención especial en los galardones de arquitectura Hispalyt.
La propuesta de BIZNA Estudio, compuesto por Rocío García (32 años) y Pedro Torres (33), para esta pequeña construcción en tierras sorianas se apoya en el respeto hacia la arquitectura clásica del entorno y la optimización de las temperaturas en unos parajes de duros inviernos y veranos sofocantes. La filosofía de los integrantes del estudio consiste en estudiar el contexto en el que van a actuar para adaptarse y actualizarlo sin olvidar dónde se encuentran: “Siempre intentamos sacarle el máximo partido al lugar, al clima, al programa y al presupuesto”. Su proyecto en Noviercas, sostienen, es un buen ejemplo de lo que siempre buscan, porque maximiza el espacio con “un presupuesto muy modesto” gracias a soluciones sencillas, tanto en lo climático como en la flexibilidad y el uso de los materiales.
Unos colchones térmicos favorecen el equilibrio durante todas las estaciones y sirven como desahogo espacial. Asimismo, está cegada hacia el norte para cubrirse del viento y se abre hacia el sur para beneficiarse de las horas de sol. Una capa de policarbonato sirve como captador solar en invierno y unos recuperadores de calor favorecen al sistema de climatización.
El sistema de autoventilación y la propia geometría modulan la temperatura, ya que pueden abrirse por completo actuando de terraza cubierta, proporcionando ventilación cruzada por todo el inmueble. Los arquitectos han abogado también por sacar partido de la luz natural, que se refleja en el hormigón de los forjados y en el pavimento. Por la noche, los policarbonatos transforman el teleclub en un faro que ilumina el principal punto de encuentro en Noviercas.
La gran preocupación del alcalde, Pedro Millán, de 56 años, era renovar este espacio social que necesitaba urgentemente una reforma. La consigna era clara: que el local permitiese organizar eventos y hacer comidas. El pueblo no requería mucho más. Entonces, en 2017, sacaron ese concurso, totalmente anónimo y con un presupuesto de unos 540.000 euros, sin saber que el proyecto que más les gustó por ser “apropiado e innovador” iría mucho más allá de sus ambiciones originales y acabaría poniendo a Noviercas en un mapa europeo de arquitectura.
“¡Ostras! Nos hacía falta un local así, y bienvenida toda la gente que quiera verlo”, celebra el alcalde. Este municipio soriano ahora confía en que su patrimonio cultural, tanto el romántico que les aporta Bécquer como el contemporáneo que ahora proporciona el nuevo teleclub, consiga atraer a turistas y curiosos. El medio rural necesita visibilidad y turismo que pueda insuflarles vida. El regidor explica que, “cuando acabe esta dichosa pandemia”, tratarán de lanzar campañas para atraer visitantes al pueblo y a “las raíces de Bécquer”, a partir de ahora aderezadas con este moderno y premiado edificio.
Los arquitectos no conocían Soria hasta que se embarcaron en este proyecto. Rocío García, bilbaína con sangre de Cádiz, celebra que lo laboral les ha permitido conocer el patrimonio y la cultura de la provincia. Pedro Torres, por su parte, se enorgullece cuando el alcalde les envía fotos de la gente celebrando cumpleaños o atendiendo a obras de teatro en el edificio. Estos exalumnos de la Universidad Politécnica de Madrid agradecen la visibilidad que les dan los premios o nominaciones y, a su vez, los beneficios que esta repercusión puede tener “para que se hable más de la España vacía y las actuaciones posibles para fomentar el mundo rural”.
Estos jóvenes profesionales insisten en que les satisface su compromiso con el medio ambiente, las construcciones ecológicas y la adaptación a nuevas técnicas. De momento ya tienen encargos de viviendas unifamiliares a las que incorporarán esa impronta particular que les ha dado un alcance que jamás hubieran sospechado en Noviercas cuando decidieron renovar ese viejo teleclub.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.