Romney gana en los cinco Estados donde se celebraban primarias
El exgobernador de Massachusetts está obligado a girar hacia posiciones más moderadas
Con Rick Santorum fuera de juego tras abandonar la carrera por la nominación republicana a principios de mes, Mitt Romney venció el martes por la noche en los cinco Estados que convocaron primarias del Partido Republicano. Nueva York, Connecticut, Delaware, Rhode Island y Pensilvania elevaron el crédito de los delegados de Romney casi hasta los 800 con los cerca de 200 que se jugaban anoche —son necesarios 1.144 delegados para obtener la nominación, sobre un total de 2.286—. Contra Romney solo están en liza Newt Gingrich —quién especuló el lunes que podría tirar la toalla hoy— y Ron Paul, ambos muy por detrás en número de delegados y en las proyecciones estadísticas.
El candidato y exgobernador de Massachusetts obtuvo alrededor del 60% de los apoyos en las primarias de los cinco Estados, consiguiendo algunas de las victorias más claras desde que comenzara el proceso de selección del representante del Partido Republicano en las próximas elecciones. El congresista Ron Paul quedaría en segundo lugar en todos los Estados excepto en el caso de Delaware, donde el puesto correspondió a Gingrich.
Romney, sin embargo, no estuvo presente en ninguno de los cinco Estados que celebraron comicios para celebrar su victoria. El multimillonario pasó la velada en New Hampshire, el lugar en el que un contundente triunfo en enero le colocó en el camino de salida hacia la Casa Blanca.
Romney ya no diseña su campaña en término de primarias si no para hacer frente a Barack Obama
El título del discurso de Romney en New Hampshire volvió a ser Una mejor América comienza esta noche ciertamente significativo de que el republicano ya no juega en las ligas menores si no en las grandes ligas. Romney ya no diseña su campaña en término de primarias si no para hacer frente a Barack Obama. Las encuestas hablan bien a favor de un supuesto rival de Obama llamado Romney puesto que los sondeos nacionales muestran que la carrera está muy reñida entre ambos.
Dentro del arte de la especulación —y cuando todas las posibilidades están abiertas—, Romney iniciaba la semana política con una aparición en Pensilvania junto a Marco Rubio, el joven senador cubano americano por Florida y estrella mimada del Tea Party, con mucha menos experiencia de Gobierno —dos años— de la que tenía Obama cuando llegó a la Casa Blanca, algo que el candidato mormón no deja de recalcar en sus ataques al presidente demócrata.
Una vez cortejado el electorado más de derechas, Romney debe de iniciar ahora un giro que le acerque a posiciones más moderadas en temas como la inmigración
Cierto es que Romney ha hecho campaña antes con otros grandes nombres que están en su lista de posibles candidatos a vicepresidentes. Desde el representante de Wisconsin Paul Ryan —el ultraconservador fiscal— al senador de Ohio Ron Portman; el Gobernador de Virginia Bob McDonell; la senadora de New Hamshire Kelly Ayotte o la Gobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley. Romney se ha dejado ver con todos ellos pero cuando se le pide en rueda de prensa que se defina evita con más o menos gracia la cuestión y remite a su ayudante, Beth Myers, quien “ha comenzado a considerar una serie de nombres pero sobre los que no hay nada definitivo”.
Una vez cortejado el electorado más de derechas durante los meses de primarias y caucuses, Romney debe de iniciar ahora, a seis meses de las elecciones de noviembre, un giro que le acerque a posiciones más moderadas en temas como la inmigración, lo que hace de Rubio una figura clave. Obama le saca a Romney en intención de voto del grupo hispano 40 abrumadores puntos, lo que empuja al republicano a competir por Estados donde el voto latino será determinante, como Nuevo México o Nevada.
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