Los familiares de las víctimas del ‘caso Heavens’ no reconocen los restos de ropa
La Fiscalía encontró prendas donde aparecieron los cuerpos de los jóvenes raptados en el DF
“Es una puta burla, esa ropa no es de los muchachos”, dijo una. “Esa ropa no corresponde a ellos”, dijo otra. Cada una a su manera, más formal o más abrupta, las madres de las víctimas del grupo de jóvenes secuestrados en la discoteca Heavens de México DF mostraron este martes por la mañana su decepción al salir de una reunión en la que la Fiscalía les enseñó prendas que encontró en el lugar de la fosa en la que aparecieron el jueves pasado restos de 13 cadáveres entre los que las autoridades han identificado de momento a 10 de los secuestrados.
La madre que lidera al grupo de familiares, Leticia Ponce, explicó que la Fiscalía no sabía si esa ropa era de las víctimas del Heavens, y que por eso le pidió a los familiares que la vieran. Según dijeron estos las autoridades encontraron la ropa en bolsas, no se sabe si dentro o alrededor de la fosa. Los cuerpos estaban desnudos. La señora Ponce dijo que nadie de ellos identificó ninguna prenda que perteneciese a las víctimas. Precisó que solo había ropa de hombre (entre los secuestrados hubo cinco mujeres) y que el tipo de ropa no era del que suelen llevar los jóvenes del barrio de donde son la mayoría de las víctimas, en el que muchas familias viven del comercio callejero de prendas de vestir, auténticas o pirateadas. “Tepito no usa esa ropa, usa ropa de marca, y más entre los chavos, que cuando se van de antros [de discotecas] siempre quieren llevar lo mejor”.
Las familias de las víctimas se encuentran desorientadas y no confían en el Gobierno
Las familias de las víctimas se encuentran desorientadas. No confían en que la Fiscalía del DF (encargada del caso) sea capaz de encontrar a quienes hayan ordenado el secuestro, pese a que ya ha detenido a tres partícipes directos de los hechos, y tampoco confían en que la Fiscalía federal (Procuraduría General de la República, encargada del peritaje forense de los cuerpos) identifique correctamente los restos hallados en la fosa, por lo que un grupo de forenses argentinos ha llegado a la capital mexicana para hacer un examen independiente. Metidas en un vaivén de citas entre un organismo y el otro y engullidas por la polémica mediática que ha despertado el caso, apenas se dedican entre tanto a comentar entre ellas sus incertezas.
Este martes delante de la sede pericial de la PGR se intercambiaban sus perplejidades. Una decía que el tatuaje de la Santa Muerte de su hijo era de tal tamaño y que el que le habían enseñado a ella en imágenes las autoridades era más pequeño. Otra le respondía que su hija también tenía un tatuaje de “la Santa”, pero al final de la espalda. Hablaban de pruebas periciales como un dispositivo anticonceptivo o como un implante de pechos, o de si los forenses argentinos serán tan buenos como dicen o si serán mejores los peruanos o los guatemaltecos. Si hay algo claro en el confuso caso Heavens es que a las autoridades les está costando mucho ayudar a las familias a entender lo que les ha ocurrido y a pasar por el trauma sin más penurias que las inevitables.
Mientras algunas madres hablaban en la calle después de haber entrado a ver la ropa, una de ellas le preguntó a otra: “¿Usted qué piensa?”, y la otra le dijo que ella solo esperaba un milagro. La que hizo la pregunta le dijo que ella también esperaba un milagro. Y aún habló otra más que estaba a su lado, Pilar Díaz, la abuela materna de una de las víctimas, una señora morena, de rasgos indígenas, que suele estar sin decir nada allá donde están las demás, nada más fumándose algún cigarro que otro. “Todas esperamos un milagro”.
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