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Uno de los mayores buques de la Armada de Irán se hunde por causas desconocidas en el golfo de Omán

Un incendio asoló durante horas el barco cisterna ‘Kharg’, pero la tripulación pudo ponerse a salvo

Ángeles Espinosa
El 'Kharg' de la Marina iraní, poco antes de irse a pique en aguas del golfo de Omán el 2 de junio de 2021.
El 'Kharg' de la Marina iraní, poco antes de irse a pique en aguas del golfo de Omán el 2 de junio de 2021.IRAN STATE TV IRIB HANDOUT (EFE)

Uno de los mayores navíos de la Armada de Irán, el buque cisterna Kharg, se ha hundido este miércoles en el golfo de Omán, tras incendiarse la víspera por causas desconocidas, según informan los medios iraníes. Aunque los intentos por controlar el fuego fracasaron, la tripulación pudo ser rescatada y trasladada al cercano puerto de Jask, al suroeste del país, a la entrada del estrecho de Ormuz. Horas después, la televisión estatal daba cuenta de otro incendio en una refinería al sur de Teherán.

De acuerdo con la agencia estatal de noticias, IRNA, el incendio se inició el martes, pero tras 26 horas, no fue posible controlarlo. “Todos los esfuerzos para salvar el navío han resultado infructuosos y se ha hundido”, informa la agencia. Las imágenes que ha difundido muestran una enorme bola de fuego sobre el barco en diferentes momentos del día y a varios marinos a bordo antes de la evacuación. Solo 20 de sus 400 tripulantes y reclutas que viajaban a bordo requirieron atención médica por heridas menores.

El Kharg, que toma su nombre de la isla donde se halla la principal terminal petrolera iraní, realizaba una misión de entrenamiento, según la televisión estatal. Con cuatro décadas de servicio, el navío era uno de los pocos de la Armada iraní capaz de reabastecer a otros barcos en alta mar y el segundo mayor de su flota tras el Makran. Además, contaba con grúas para mover carga pesada y disponía de helipuerto.

Aunque las autoridades iraníes no han explicado la causa del incendio, los observadores analizan la posibilidad de que no se trate de un accidente. El pasado marzo salió a la luz una guerra naval secreta entre Irán e Israel a raíz de que el primer ministro de este país, Benjamín Netanyahu acusara a Teherán del ataque al mercante Helios Ray, registrado en Bahamas por una empresa de Israel.

Aquel incidente, también en aguas del golfo de Omán, no era un caso aislado. Al menos otro navío comercial israelí había seguido la misma suerte, al parecer en respuesta a una docena de operaciones de comandos israelíes contra petroleros y otras naves iraníes. En abril, el Saviz, un barco que llevaba años anclado en el mar Rojo frente a las costas de Yemen y del que se sospechaba que era una base de la Guardia Revolucionaria iraní, sufrió un ataque atribuido a Israel.

Desde 2019, varios cargueros han sido objeto de misteriosas explosiones en el mar de Omán, que comunica con el estrecho de Ormuz, una vía de agua estratégica por la que a diario cruza una quita parte del petróleo que se comercializa en el mundo. La Marina de Estados Unidos ha acusado a Irán de esos incidentes, al parecer causados por minas lapa adheridas al casco de los barcos.

Teherán ha negado cualquier implicación en los incidentes que se produjeron en un momento de tensión con Washington por su retirada unilateral del acuerdo nuclear y la reimposición de duras sanciones económicas a la República Islámica. Ahora, ambos negocian en Viena, con la mediación europea, cómo reactivar aquel pacto.

El hundimiento del Kharg es el último desastre de la Marina iraní. En 2020, durante unos ejercicios militares, un misil que atacó por error a un navío de su flota causó la muerte a 19 marinos e hirió a otros 15, también frente al puerto de Jask. Dos años antes, un destructor se hundió en el mar Caspio.

La televisión iraní informó más tarde de un aparatoso incendio en la refinería de Tondguyan, al sur de Teherán. “El fuego se ha iniciado en la conducción de gas licuado”, declaró un responsable de la Oficina de Gestión de Crisis a la cadena. Sus imágenes mostraban una impresionante columna de humo negro. El responsable de la empresa que gestiona la refinería, Shaker Khafaí, ha descartado la posibilidad de un sabotaje. Aunque según el noticiario no había heridos, los servicios de emergencia han enviado una decena de ambulancias y puesto en alerta a varios hospitales como medida preventiva.

En los últimos años este tipo de accidentes se han hecho relativamente frecuentes en las instalaciones petroleras iraníes, algo que sus responsables atribuyen a la “falta de medidas de seguridad”. El miércoles de la semana pasada, una persona resultó muerta y otras dos heridas en una explosión en el complejo petroquímico de Asaluyeh, en la provincia meridional de Bushehr. Apenas cuatro días antes, tres personas resultaron heridas en la refinería de Abadán, la mayor del país, debido a “exceso de temperatura” que provocó un incendio, según los medios locales.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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