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Bolsonaro, interrogado en una comisaría de Brasilia sobre las joyas saudíes y otros obsequios

Es la primera cita entre las múltiples investigaciones que afronta el expresidente, que regresó de EE UU la semana pasada y ya no tiene inmunidad

Naiara Galarraga Gortázar
El expresidente de Brasil Jair Bolsonaro abandona la comisaría tras ser interrogado este miércoles en Brasilia por las joyas saudíes.
El expresidente de Brasil Jair Bolsonaro abandona la comisaría tras ser interrogado este miércoles en Brasilia por las joyas saudíes.SERGIO LIMA (AFP)

El brasileño Jair Bolsonaro ha acudido este miércoles por la tarde a la principal comisaría de policía de Brasilia para el primer interrogatorio relacionado con las decenas de investigaciones de las que es objeto. El exmandatario ha abandonado el edificio sin hacer declaraciones tres horas después de su llegada. La Policía Federal lo convocó para preguntarle por unas joyas valoradas en millones de euros que recibió de la familia real saudí e intentó quedarse y por otros obsequios recibidos mientras fue presidente de Brasil (2019-2022). El ultraderechista, que por primera vez en 33 años no tiene inmunidad parlamentaria o presidencial, regresó de EE UU hace menos de una semana, donde estuvo instalado desde el fin de su mandato.

Bolsonaro se ha presentado ante la policía justo un día después de que su adorado Donald Trump entrara en la historia como el primer expresidente de EEUU imputado, en su caso, por 34 delitos. Simultáneamente, han prestado declaración otras tres personas por el mismo asunto: su ayudante de campo, un asesor y el antiguo jefe del servicio de aduanas. La policía intenta de esa manera que no coordinen sus versiones.

Bolsonaro ha regresado a su patria con la intención de liderar la derecha conservadora y la oposición al Gobierno del izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva. Pero por ahora ese papel se limita a enviar algunos tuits presumiendo de acciones impulsadas durante su mandato. No ha protagonizado por ahora actos públicos. Son tantos los casos que afronta y los organismos que lo investigan que todo indica que defenderse de la multitud de acusaciones que pesan sobre él va a mantenerle bastante ocupado.

El anterior mandatario nunca ha ocultado su pavor a acabar en prisión, como le sucedió a la expresidenta de Bolivia Jeanine Áñez, cuyo caso recordaba a menudo en la campaña. Y también a Lula, que estuvo preso más de un año por un caso de corrupción que después fue anulado y que le apartó de la carrera electoral que ganó Bolsonaro en 2018. Éste admitió recientemente en público que alguna de las investigaciones en marcha puede traducirse en una condena de inhabilitación por ocho años que le impida presentarse a las próximas presidenciales en 2026. Anderson Torres, un comisario de policía que fue ministro de Justicia en el Gobierno Bolsonaro, está encarcelado desde enero por su supuesta complicidad en los ataques a los poderes de Brasilia pues era el jefe político de las fuerzas de seguridad que no impidieron la invasión,

El asunto de las joyas es su quebradero de cabeza más reciente, que se suma a investigaciones por alentar el asalto golpista de miles de bolsonaristas a Brasilia, por el supuesto genocidio de los indigenas en pandemia, por dar informaciones falsas sobre el sistema de votación al cuerpo diplomático acreditado en Brasilia durante la campaña electoral.

Lo sucedido con las joyas saudíes y otros obsequios es una trama enrevesada que parece una telenovela. Los protagonistas son, junto al exmandatario, tres lotes de joyas, incluidos un collar de diamantes chopard con su correspondiente certificado de autenticidad, un reloj Rolex de oro blanco, unos gemelos, un rosario…con los que la familia real saudí quiso obsequiar a Bolsonaro y señora.

Cuando saltó la noticia, el asunto venía sazonado con otros detalles jugosos. La comitiva del ministro de Energía introdujo las joyas en 2021 sin declararlas ni pagar los impuestos y fueron descubiertos in fraganti por los eficaces agentes de la aduana en el aeropuerto de São Paulo. Junto a aquel obsequio confiscado allí mismo, había otros dos lotes de joyas que resultaron estar en poder de los Bolsonaro. El expresidente, que al principio negó todo, reconoció después que los tenía y, apurando los plazos, los ha devuelto a las autoridades.

El expresidente ha declarado a la policía, según la defensa, que supo de a existencia de las joyas confiscadas hace solo unos meses, cuando el diario Estadão, el que destapó el caso, sostiene que varios de los ocho intentos de recuperarlas ocurrieron en 2021. Y describió sus gestiones como un amago de evitar un incidente diplomático.

Las revelaciones publicadas por la prensa brasileña han permitido saber que se quedó con casi un centenar de obsequios, incluidos algunos tan llamativos como un fusil semiautomático o un sillón de masajes. Gracias a las investigaciones periodísticas, sabemos también que el expresidente embarcó a ministerios, a otros organismos públicos y a sus más estrechos ayudantes en múltiples e infructuosos esfuerzos durante más de un año para que el servicio de aduanas le entregara el lote de las joyas saudíes de mujer, el más valioso, estimado en tres millones de euros. En su último intento mandó a un ayudante en un vuelo militar de Brasilia al aeropuerto de Sao Paulo a suplicar al funcionario que le dejara llevarse el paquete porque aquellos había que resolverlo antes de la llegada del siguiente mandatario. Quedaban días para el relevo.

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Sobre la firma

Naiara Galarraga Gortázar
Es corresponsal de EL PAÍS en Brasil. Antes fue subjefa de la sección de Internacional, corresponsal de Migraciones, y enviada especial. Trabajó en las redacciones de Madrid, Bilbao y México. En un intervalo de su carrera en el diario, fue corresponsal en Jerusalén para Cuatro/CNN+. Es licenciada y máster en Periodismo (EL PAÍS/UAM).

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