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Zelenski espolea a Occidente señalando en Davos los riesgos que corre si no respalda a Ucrania

“Putin es un depredador que no se conforma con productos congelados”, dijo el mandatario, alertando contra parches diplomáticos que busquen enfriar el conflicto

Andrea Rizzi (Enviado especial)
Zelenski
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, este martes en el foro de Davos.GIAN EHRENZELLER (EFE)

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha intentado este martes en Davos reavivar, con una potente descarga eléctrica de discursos y reuniones, la ayuda occidental a su país. Lo hizo detallando cuáles serían, a su juicio, las crudas consecuencias de dejar a las fuerzas ucranias debilitadas, no solo para el país que preside, sino para Europa, Occidente, y el mundo. “Mi consejo es no experimentar con eso de retirar la ayuda a Ucrania”, resumió Zelenski, en un encuentro con un grupo de periodistas después de su discurso en la sesión plenaria.

La visita a Davos de Zelenski se produce en un momento en el que las nuevas ayudas de EE UU y la UE se ven paralizadas por las resistencias de los republicanos, en el primer caso, y de Hungría, en el segundo. Para espolear el desbloqueo, el presidente señaló que el combate de Ucrania es de vital importancia para la seguridad de Europa. “Si alguien piensa que esto solo va de Ucrania, comete un error fundamental. Las posibles direcciones e incluso el calendario de una nueva agresión rusa más allá de Ucrania se tornan cada vez más claros”, dijo Zelenski, que no detalló más, pero preguntó en Davos qué ejército europeo está tan preparado como el ucranio para repeler un ataque ruso.

La pregunta adquiere mayor calado en un día en el que Trump ha demostrado la fortaleza de sus opciones para regresar a la Casa Blanca, con unos planteamientos que ponen en duda la credibilidad de su compromiso tanto con Ucrania como con los aliados europeos. Preguntado por la perspectiva de un nuevo mandato de Trump, Zelenski respondió con palabras diplomáticas, aunque emitió un breve suspiro, perfectamente perceptible en una sala de reducidas dimensiones.

Zelenski también fue contundente en sus observaciones hacia aquellos que contemplan posibilidades diplomáticas que congelen el conflicto. “Putin es un depredador que no se conforma con productos congelados”, dijo. “Putin no cambiará. Tenemos que cambiar nosotros”, advirtió. De ello depende la paz en el mundo en el futuro, añadió después.

A la vez que esbozaba los riesgos del flaqueo en el apoyo y los errores cometidos en el pasado por los socios occidentales, Zelenski se mostró en repetidas ocasiones dispuesto al humor. Tal vez, haya recabado señales positivas en sus encuentros en Davos; eso es lo que dijo con respecto al pronto desbloqueo de la ayuda de la UE.

La lista de pedidos de Zelenski es amplia. Por supuesto, más apoyo de armamento y financiero, pero también el uso de las reservas congeladas a Rusia para la reconstrucción del país. De forma implícita, Zelenski también mostró su incomodidad con las restricciones sobre el uso de las armas de largo alcance que Ucrania recibe, para las cuales los socios occidentales reclaman que no se usen para golpear en territorio ruso. “Comprenderán que no entre en detalles en esta materia, pero puedo decirles que tenemos preguntas”.

Zelenski reprocha a Occidente excesiva timidez en la ayuda. En el discurso en la sesión plenaria, subrayó que los titubeos iniciales a la hora de entregar armas hicieron “perder oportunidades”, que todas las preocupaciones acerca de riesgos de escaladas se revelaron infundadas, que tantas amenazas rusas eran solo blufs que buscaban inhibir, y que lo lograron.

Reprochó también que las sanciones son ineficaces, porque no están realmente frenando la industria de defensa rusa y no golpean adecuadamente al sector nuclear. Algo que consideró como un “síntoma de debilidad de Occidente”. También reclamó que los fondos congelados rusos se usen para la reconstrucción, que considera que necesita actualmente unos 700.000 millones.

Zelenski alertó del desafío descomunal que supone la escasa capacidad de producción de artillería de calibre 155, el que usan los aliados OTAN. Señaló que toda la producción mundial actual no sería suficiente para abastecer apropiadamente las necesidades de Ucrania, y relató el episodio de un mandatario ―cuyo nombre no especificó― que le contó las enormes dificultades que había encontrado para suministrar 2.000 balas a Ucrania y que después le preguntó para cuanto darían esos proyectiles. La respuesta de Zelenski fue que, más o menos, un tercio de un solo día.

El mandatario alabó la extraordinaria solvencia de las baterías Patriot, de las cuales sostuvo que tienen a los rusos en estado de “choque”.

Pero Zelenski también se dirigió a la comunidad financiera y empresarial. Mantuvo reuniones con altos dirigentes, entre ellos Jamie Dimon de JPMorgan Chase. En su discurso en la plenaria dijo: “Reforzad nuestra economía, nosotros reforzaremos vuestra seguridad”. Presumió de que la economía ucrania ha vuelto a una senda de crecimiento, de que la inflación está contenida, y que a pesar de la guerra avanza la senda de reformas.

El mandatario cosechó claras palabras de apoyo tanto de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, como del secretario de la OTAN, Jens Stoltenberg. Pero los obstáculos políticos para que Kiev reciba más ayuda siguen ahí.

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Sobre la firma

Andrea Rizzi (Enviado especial)
Corresponsal de asuntos globales de EL PAÍS y autor de una columna dedicada a cuestiones europeas que se publica los sábados. Anteriormente fue redactor jefe de Internacional y subdirector de Opinión del diario. Es licenciado en Derecho (La Sapienza, Roma) máster en Periodismo (UAM/EL PAÍS, Madrid) y en Derecho de la UE (IEE/ULB, Bruselas).

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