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Desaparecen archivos del teléfono del exmilitar español que espió a Assange para la CIA

La Policía no entregó al juez las conversaciones por WhatsApp, Signal, Telegram, Proton Mail y Skype de David Morales. El magistrado ordena su recuperación inmediata

Julian Assange
Activistas en defensa de Julian Assange protestan el pasado 21 de febrero ante el Tribunal Superior de Justicia en Londres contra una posible extradición del activista a EE UU.Leon Neal (Getty Images)
José María Irujo

Una de las principales pruebas contra David Morales, el exmilitar español cuya empresa espió las conversaciones de Julian Assange y sus abogados durante su estancia en la Embajada de Ecuador en Londres, ha desaparecido. La Policía española no entregó al juez que investiga el caso el archivo íntegro del teléfono Samsung S7 que utilizaba Morales para comunicarse con los presuntos agentes de la CIA a los que facilitó la estrategia de defensa del fundador de Wikileaks, según documentos de la investigación judicial a los que ha tenido acceso EL PAÍS. Tras reiterados requerimientos judiciales, los agentes han respondido que “desconocen dónde puede encontrarse” y el juez Santiago Pedraz les ha ordenado su recuperación inmediata.

El fiscal Carlos Bautista se ha quejado por la desaparición de este archivo, que califica de “esencial” y ha pedido su búsqueda “pues contiene más datos que el puesto a disposición de las partes”. “Llama sobremanera la atención que la unidad policial haya entregado archivos UFDR (Universal Forensic Data Report) y UFDX (Universal Forensic Data Exchange) de los demás dispositivos y justamente de este no lo haya hecho”, critica el ministerio público. Anteriormente, la Fiscalía había expresado, también, la “cierta parálisis” a que les aboca “la exasperante lentitud de la fuerza policial actuante en el análisis de la totalidad de los elementos intervenidos”.

El magistrado ha citado a los agentes de la Unidad de Ciberdelincuencia para que comparezcan en el juzgado y hagan una copia en su presencia de ambos ficheros del Samsung S7 en un intento de recuperar la información omitida y conocer al responsable de su desaparición. La Policía Nacional ha declinado responder a las preguntas de este diario.

El Samsung S7 clave

Durante el registro de la vivienda y oficinas de Morales en Jerez de la Frontera, en septiembre de 2019, el objetivo primordial de los investigadores era precisamente la intervención del teléfono Samsug S7 G930F que los testigos protegidos (trabajadores de la empresa) le habían configurado para comunicarse presuntamente con la CIA. Un detalle que se comunicó antes del arresto a los agentes que participaron en la detención. Pero los policías entregaron al juez Pedraz los archivos completos de todos los teléfonos, ordenadores y dispositivos electrónicos incautados, menos los del Samsung. Esta actuación policial ha provocado que se haya eliminado de la causa la carpeta Userdata, donde se ubicaban las conversaciones mantenidas por Morales en las aplicaciones WhatsApp, Signal, Telegram, Proton Mail y Skype.

El dueño de la compañía UC Global SL, empresa que se ocupaba de la seguridad en la embajada londinense, fue detenido dos meses después de que una investigación de este diario difundiera los audios y vídeos que sus trabajadores grabaron al activista australiano en el interior de la legación diplomática. Ese material se presentó como prueba en una querella de Assange e inició una investigación en la Audiencia Nacional por delitos de violación de las comunicaciones abogado-cliente, apropiación indebida y blanqueo de capitales.

El Samsung S7 fue el único teléfono al que se extrajo la información in situ durante las entradas y registros de la operación policial, práctica que no se llevó a cabo con ninguno de los otros teléfonos y dispositivos incautados, según ha respondido la Policía a los requerimientos del magistrado, que ha tenido que esperar meses hasta recibir una respuesta de los agentes. El oficio policial enviado al Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, que lleva la causa, contrasta con el testimonio del letrado de la administración de Justicia que dejó constancia de la intervención de todos los teléfonos.

La consecuencia de esta anomalía ha sido que el archivo subido por la unidad policial a la nube ―en la que se descargan las pruebas obtenidas y a la que acceden las partes personadas en el caso― no es el archivo UFDX, original e íntegro, sino únicamente el archivo UFDR, que deriva del anterior pero que no representa la copia completa del dispositivo. Y al archivo UFDR aportado por los agentes le falta la carpeta Userdata, donde se almacenan los datos de las aplicaciones que han desaparecido. Además, la representación de Assange destaca que el archivo UFDR subido a la nube no proviene de la máquina de volcados UFED Touch, como ocurre con todos los demás teléfonos en esta investigación, sino de un ordenador personal que ha quedado registrado.

El agente ‘Paisa’

El teléfono Samsung S7 disponía de un teclado alternativo externo denominado Swiftkey que registra las palabras que se escriben en ese dispositivo y gracias a esa particularidad los peritos han podido rescatar parcialmente algunas conversaciones en inglés sobre la embajada, Assange, la CIA o el agente Paisa, un colaborador de Morales en EE UU presuntamente vinculado a la CIA. Pero estás conversaciones no aparecen grabadas en otro lugar que no sea el teclado al haberse eliminado la carpeta Userdata donde se almacenaban todas las conversaciones de las aplicaciones desaparecidas.

La Comisaría General de Policía Judicial ha respondido al juez Pedraz que el pasado 7 de febrero se “entregaron todas las copias de los dispositivos, no quedando ninguno en esta sección. Así, se desconoce dónde pudieran encontrarse dichos ficheros y la ubicación dentro de los dispositivos entregados”, dice el oficio policial. El magistrado ha ordenado al Grupo Técnico de la Unidad de Ciberdelincuencia, unidad que llevó a cabo los volcados, que examine los discos duros entregados por los investigadores y extraiga copia de los ficheros UFDX Y UFDR del Samsung S7 del exmilitar.

Esta en la segunda vez en que los querellantes descubren que la Policía ha omitido información relevante contenida en los dispositivos electrónicos intervenidos al dueño de UC Global, SL. Un nuevo volcado del ordenador portátil de Morales alumbró más de 213.1 gigas, 551.616 ficheros y 973 archivos de correos que se ocultaron al instructor judicial. Es la diferencia del volumen de las dos copias, la volcada por la policía y la obtenida por la defensa de Assange.

Entre esos nuevos archivos, Morales guardó una carpeta denominada “Operations&Projets” (Operaciones y Proyectos) con directorios organizados por zonas geográficas, en los que se detallan ficheros sobre la región o país y los servicios a desarrollar. En el área correspondiente a América del Norte, dentro del directorio USA, aparece una carpeta denominada CIA y una carpeta llamada Vídeos donde se almacenaron imágenes de las grabaciones que las cámaras y los micrófonos ocultos de UC Global, SL registraron de las reuniones del fundador de Wikileaks.

Investigacion@elpais.es

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Sobre la firma

José María Irujo
Es jefe de Investigación. Especialista en terrorismo de ETA y yihadista, trabajó en El Globo, Cambio 16 y Diario 16. Por sus investigaciones, especialmente el caso Roldán, ha recibido numerosos premios, entre ellos el Ortega y Gasset y el Premio Internacional Rey de España. Ha publicado cinco libros, el último "El Agujero", sobre el 11-M.
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