Guerra en Oriente Próximo: resumen del 19/12/2024
La milicia kurda advierte a Turquía de que sus ataques tendrán consecuencias | Netanyahu, a los hutíes de Yemen: “Quien daña a Israel paga un precio muy alto” | El ejército hebreo ataca por primera vez la capital de Yemen tras el impacto de un misil de los hutíes en Tel Aviv | Israel carga contra la ONG Human Rights Watch y le acusa de mentir en el informe que recoge “actos de genocidio” en Gaza
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Las fuerzas kurdas en Siria insistieron este jueves en la necesidad de “un cese de todas las operaciones militares” para abrir “un diálogo pacífico” en el país y han advertido de que las hostilidades de Turquía recibirán respuesta. “Un ataque a Kobane no será un pícnic”, prometieron en un comunicado. “Pese a los esfuerzos de la coalición internacional y Estados Unidos para rebajar las tensiones y aplicar un alto el fuego en Manbij y otras regiones, la ocupación turca y sus mercenarios no han hecho caso a estos llamamientos y han persistido en sus ataques en las líneas de frente al sur de Kobane en Qaraqoz y la presa de Tishrin”, puede leerse en el texto.
Previamente, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, advirtió a los rebeldes hutíes de Yemen, aliados de Irán, que “quien daña a Israel paga un precio muy alto”, después de que la milicia lanzase un misil balístico en el área metropolitana de Tel Aviv, sin que hubiera heridos. “Después de Hamás, Hezbolá y el régimen de Bachar el Asad en Siria, los hutíes son casi el último brazo que queda del eje del mal de Irán. Están aprendiendo y aprenderán por las malas que quien daña a Israel paga un precio muy alto por ello”, afirmó el mandatario hebrero en un vídeo enviado por su oficina.
En respuesta a la agresión de los hutíes, la aviación hebrea atacó por primera vez Saná, la capital de Yemen, en un bombardeo dirigido a instalaciones portuarias y centrales de energía que dejó al menos nueve muertos. La milicia chií replicó que sus puertos siguieron operativos tras el bombardeo, y que los ataques a Yemen no van a impedir “una respuesta a la agresión israelí contra Gaza”. Casi al mismo tiempo, el secretario general de la ONU, António Guterres, exigió a Israel que restaure por completo la integridad territorial de Siria, tras desplegarse en la zona desmilitarizada de los Altos del Golán, y cese de inmediato los ataques de su aviación de combate que han destruido gran parte de las instalaciones y equipos militares del país árabe.
En paralelo, la ONG Human Rights Watch (HRW) presentó un informe en el que acusa a Israel de “exterminio y actos de genocidio” por negar el acceso al agua a los palestinos de la franja de Gaza, y estima que miles de personas han muerto por este motivo durante la guerra. “El agua es esencial para la vida humana, pero durante más de un año el Gobierno israelí ha negado deliberadamente a los palestinos de Gaza el mínimo que necesitan para sobrevivir”, puede leerse en un comunicado de la directora ejecutiva de HRW, Tirana Hassan. Según HRW, que entrevistó a 66 gazatíes, 31 trabajadores sanitarios y 15 empleados de la ONU, la situación “muy probablemente ha resultado en miles de muertos”, algo que la diplomacia hebrea ha calificado de mentiras.
El portavoz del Ministerio de Exteriores de Israel, Oren Marmorstein, dijo en un mensaje de X que el informe de WRW “está lleno de mentiras espantosas, incluso para los bajos estándares de HRW”. Marmorstein manifestó que “desde el principio de la guerra, Israel ha facilitado el acceso continuo de agua y de ayuda humanitaria en Gaza”, eso a pesar de que múltiples organizaciones humanitarias —como la UNRWA, Humans Rights Watch y Médicos sin Fronteras— han denunciado en repetidas ocasiones los bloqueos y el entorpecimiento de Israel a ese proceso de reparto de ayuda en la Franja.
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