Portugal se encamina hacia las terceras elecciones anticipadas en tres años

Cada día que pasa, Portugal da pasos hacia unas nuevas elecciones. El primer ministro, Luís Montenegro, confirmó esta tarde que se someterá a una moción de confianza durante el debate de una moción de censura, que no representaba ninguna amenaza para su continuidad dado que los principales partidos de la oposición (Partido Socialista y Chega) se abstuvieron ante la iniciativa del Partido Comunista Portugués (PCP), que tiene solo cuatro diputados en la Asamblea de la República. La moción fue rechazada con los votos de la coalición de gobierno e Iniciativa Liberal. A favor votaron los partidos minoritarios de la izquierda: PCP, Bloco de Esquerda, Livre y Pessoas-Animais-Natureza (PAN).

Distinto será el desenlace de la moción de confianza, tras el anuncio de Pedro Nuno Santos y André Ventura, líderes del Partido Socialista y Chega, los dos grupos más numerosos de la oposición, de que votarán en contra. El primero recriminó a Montenegro por preferir las elecciones a dar explicaciones sobre su empresa y su patrimonio. El segundo le reprochó que haya optado por “una huida hacia delante”.

De este modo, la puerta del adelanto electoral se ha abierto de par en par, ya que la voluntad del presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, es convocar elecciones si fracasa la moción de confianza. Esta tarde, tras la votación en el Parlamento, Rebelo de Sousa indicó que los comicios podrían celebrarse en mayo.

Montenegro había aludido a la moción de confianza el pasado sábado en un discurso institucional, destinado a atajar la crisis política, pero que a la postre acabó atizándola. En las horas siguientes algunos de sus ministros apartaron ese escenario, aprovechando la coyuntura ofrecida por la moción de censura anunciada por el PCP. El argumento político era sencillo: si la Cámara tumbaba la iniciativa comunista podía interpretarse como una revalidación de la confianza en el Gobierno.

Sin embargo, el aumento del escrutinio sobre el patrimonio y los negocios familiares del primer ministro ha decidido a Montenegro a tratar de acabar con el viacrucis. En los últimos días, el PS avanzó con una comisión de investigación en el Parlamento, pero también el Colegio de Abogados ha abierto un proceso para dilucidar si ha habido irregularidades en Spinumviva (en cuestión está si ha habido intrusismo profesional) y la Fiscalía General del Estado estudia una denuncia anónima contra el primer ministro.

Esta tarde el primer ministro evidenció que está dispuesto a ir a las urnas. “Si los partidos de la oposición no asumen la legitimidad política del Gobierno para gobernar, es mejor dos meses de suspensión de la estabilidad política que un año y medio de deterioro y parálisis”, retó. Montenegro fue especialmente crítico con el Partido Socialista, la mayor fuerza de la oposición, al que acusó de deteriorar el ambiente político.

La necesidad de clarificar la situación es lo único en lo que han coincidido el primer ministro y el líder comunista Paulo Raimundo, que acusó al Gobierno de “estar al servicio” de intereses privados de empresas. Además de criticar los negocios familiares del primer ministro, Raimundo justificó la moción de censura por las políticas públicas desplegadas por la coalición conservadora que lidera Luís Montenegro. “Su Gobierno está derrotado”, aseguró.

Poco antes de que la Asamblea de la República iniciase el pleno para debatir la segunda moción de censura contra el primer ministro, Luís Montenegro, en menos de dos semanas, la empresa Solverde anunció que rescindía el contrato con Spinumviva, la sociedad de la familia de Montenegro que está en el centro del vendaval desde hace pocos días. Solverde, un grupo que gestiona hoteles y casinos, abona desde 2021 una contribución mensual de 4.500 euros a Spinumviva por “servicios especializados de compliance [cumplimiento normativo] y definición de procedimientos en el dominio de la protección de datos personales”.

La relación de Solverde con la empresa familiar, que Montenegro puso en manos de su esposa en 2022 pero de la que ha seguido siendo beneficiario al estar casado en régimen de gananciales, ha sido el asunto más controvertido. Para la oposición, Montenegro no ha dado suficientes explicaciones sobre la actividad de la sociedad. Incluso un grupo más afín al actual Gobierno conservador que la bancada de la izquierda como es Iniciativa Liberal le criticó con dureza. “Un primer ministro en ejercicio no puede recibir dinero”, afirmó su líder, Rui Rocha, que acusó al primer ministro de ser “el principal foco de inestabilidad”.

En la misma línea se pronunciaron otros políticos como el socialista Pedro Nuno Santos, que le censuró por no haber dado “explicaciones cabales sobre el caso”. El socialista recordó que en el pasado su gestión ministerial fue examinada en una comisión de investigación y que también su patrimonio y el de su familia fue escudriñado a fondo. “Esas noticias no me causaron ningún problema, porque di explicaciones”, comparó.

Montenegro negó que hubiese recibido dinero desde que se convirtió en presidente del PSD en 2022 de ninguna empresa y aseguró que había facilitado toda la información exigida sobre su patrimonio. “No podemos jugar con el país. Es necesaria una clarificación”, exigió.

La moción de confianza se votará la próxima semana.