Ucrania solo mantiene un 10% del territorio conquistado en Rusia tras perder la ciudad de Sudzha

El Ministerio de Defensa ruso anunció este jueves haber recuperado el control absoluto de Sudzha, el mayor municipio que había conquistado Ucrania en la provincia rusa de Kursk. Imágenes difundidas desde el miércoles por militares rusos confirmarían que las tropas del Kremlin controlan el núcleo urbano de Sudzha, aunque analistas ucranios y militares en la zona aseguran que continúan los combates en su periferia. La caída de esta localidad sería la penúltima victoria del Kremlin en Kursk: la siguiente será la más que probable salida completa de las tropas ucranias del territorio enemigo que mantenían ocupado desde agosto 2024. Ucrania solo mantiene un 10% del terreno conquistado, según ha reportado Moscú y confirman analistas militares ucranios.

El Estado Mayor ucranio no había publicado a última hora del jueves su esperado parte sobre la situación en el frente, pero Deep State, el principal mapa de análisis ucranio de la guerra, ha asegurado que continúan los combates de infantería en suburbios del norte y del oeste de Sudzha. Rybar, grupo prorruso de análisis de la invasión, afirma que la prioridad es acabar con pequeños grupos de soldados ucranios en la zona aislados del resto del contingente.

El Defensor del Pueblo ucranio, Dmitro Lubinets, abrió este jueves una investigación por las pruebas visuales que han aparecido en redes sociales sobre la ejecución en los últimos días de cinco prisioneros de guerra ucranios en Kursk por parte de combatientes rusos. Los casos de asesinatos de soldados rendidos por parte de unidades rusas han sido recurrentes en Kursk.

Militares ucranios entrevistados el lunes por EL PAÍS en la provincia de Sumi, retaguardia de la operación en territorio ruso, daban por hecho que la retirada de Kursk era “cuestión de días o de semanas”. El Ministerio de Defensa ruso ha informado de que los soldados ucranios están siendo evacuados de su provincia. Esto es parcialmente cierto porque, pese a que de momento no hay una orden de retirada completa, sí hay miles de combatientes que están abandonando la zona, como pudo comprobar este diario el martes desde la zona de frontera. Militares de la 80ª Brigada Aerotransportada de Asalto a 15 kilómetros de la frontera rusa habían conseguido salir de Rusia tras andar 40 kilómetros. La carretera que conecta Sumi con Sudzha, principal vía logística del ejército ucranio, está dominada por el aire por los drones y la artillería rusa.

Oleksandr Sirski, jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, aseguró en la noche del miércoles que su prioridad es “salvar la vida de los soldados ucranios, y para eso, si es necesario, maniobrar hacia posiciones más ventajosas”, es decir, retrocediendo. Sirski confirmó que sus hombres estaban combatiendo en los suburbios de Sudzha y que habían abandonado el centro del municipio. “Continuaremos en Kursk el tiempo que sea efectivo y necesario”, añadió el jefe del ejército ucranio.

El oficial ucranio de fuerzas especiales Bogdan Sigeti explicó el martes en un vídeo compartido en sus redes sociales que tanto la transferencia de armamento como el relevo de los soldados a través de la carretera a Sumi es “prácticamente imposible”. “Los combates son durísimos, nuestros hombres están retrocediendo a pie, 15-20 kilómetros, es como en una película de terror”, dijo Sigeti en referencia a la persecución de los drones bomba rusos contra los soldados que reculan. Sigeti ha añadido este miércoles que las probabilidades de ser alcanzado por un dron ruso en el movimiento de vehículos son del 85%. Un capitán de las Fuerzas de Defensa Territorial valoró en una entrevista el lunes que el porcentaje era del 80%.

El ejército ruso está sobre todo intentando forzar la completa expulsión de los ucranios de su territorio en una operación de embolsamiento que los puede llevar a ocupar de nuevo parte de la provincia de Sumi. Así lo reconoció el miércoles Andrii Demchenko, portavoz de la Guardia Estatal de Fronteras, aunque este ha subrayado que de momento los están frenando. La principal presión se está produciendo en la aldea fronteriza de Novenke, donde ninguno de los dos bandos controla la situación, pero en el que Rusia está ampliando su radio de acción, según Deep State.

Zelenski: “Situación difícil, pero bajo control”

El presidente ucranio, Volodímir Zelenski, aseguró el miércoles que la situación es difícil, pero que está bajo control: “Nuestras tropas en Kursk están cumpliendo con sus funciones. Los rusos están aplicando la máxima presión sobre nuestros combatientes, pero nuestro mando militar está haciendo lo que se debe hacer, salvando el máximo número de vidas de nuestros soldados”. Las palabras de Zelenski coincidían con el relevo del general Dmitri Krasilnikov al frente del Mando de Operaciones Norte, responsable en parte de la ofensiva en Kursk desde Sumi.

El Estado Mayor ha resaltado que Rusia está avanzando rápido este marzo en Kursk en buena parte porque ha transferido a la región algunos de sus mejores regimientos, que estaban por lo menos hasta febrero combatiendo en el frente ucranio de Donetsk. Militares entrevistados esta semana en Sumi por EL PAÍS confirman esto y otro dato destacado por Sirski, que el enemigo los ha desbordado en número gracias a la incorporación de unos 10.000 soldados norcoreanos.

Múltiples fuentes militares han añadido que también ha tenido un impacto en las defensas ucranias en Kursk los 10 días de suspensión de asistencia militar y de inteligencia estadounidense ordenados por Donald Trump. El presidente de EE UU quiso con esta decisión presionar a Zelenski para que aceptara su propuesta de alto el fuego temporal. Tras acordarse una posición común en la reunión del martes en Arabia Saudí entre los enviados de ambos países, Trump levantó el castigo. El principal efecto fue la falta de imágenes por satélite del movimiento enemigo y la falta de suministro de coordenadas para atacar en la retaguardia rusa.

La agencia Associated Press ha informado este jueves que el ejército ucranio se habría quedado sin arsenal de ATACMS, los misiles de largo alcance que el expresidente de EE UU Joe Biden autorizó transferir a Ucrania a finales de su mandato, incluso para golpear objetos en Rusia.

El presidente ruso, Vladímir Putin, visitó el miércoles un centro de mando en Kursk, donde fue recibido por el jefe del ejército ruso, Valeri Guerásimov. Ataviado con uniforme de camuflaje, Putin aseguró que ha dado la orden de “liberar” cuanto antes el territorio ruso donde todavía se encuentran las fuerzas ucranias. Este terreno todavía bajo control de Kiev es un 10% de lo que consiguió conquistar ucrania en su ofensiva sorpresa en Kursk de agosto de 2024.

La victoria en Kursk será para Putin un golpe de efecto propagandístico de cara a su población. El Kremlin había también manifestado que no tiene intención de negociar nada con Kiev hasta que sus soldados no abandonen la provincia rusa. La completa retirada de Kursk será para Zelenski un serio contratiempo político, porque él ha sido el principal valedor de la operación. Oficialmente, se considera que esta incursión en territorio ruso ha sido un éxito porque ha forzado a Moscú a reducir activos militares en su ofensiva en Donetsk. Pero lo cierto es que desde finales de 2024, destacados oficiales ucranios y analistas han criticado al presidente porque consideran que las pérdidas han sido enormes y los cerca de 30.000 soldados que han combatido en Kursk deberían haber estado defendiendo territorio ucranio.