Los ciudadanos de Turquía responden al encarcelamiento del principal opositor a Erdogan con una movilización masiva y millones de votos
El partido de Imamoglu, alcalde de Estambul, desafía al Gobierno con unas primarias en las que el regidor detenido y destituido recibe 15 millones de papeletas

Un tribunal de Estambul ha dictado este domingo prisión provisional para el alcalde metropolitano de Estambul, Ekrem Imamoglu, ahondando la crisis política que vive el país desde la detención el pasado miércoles de este popular político socialdemócrata, uno de los principales líderes de la oposición al Gobierno del presidente Recep Tayyip Erdogan. Su formación, el socialdemócrata Partido Republicano del Pueblo (CHP), ha denunciado esta decisión —calificada de “vergüenza para el sistema judicial” por el alcalde de Ankara, Mansur Yavas— y llamó a una participación masiva en las elecciones primarias simbólicas que celebró este mismo domingo para proclamar la candidatura de Imamoglu a los comicios presidenciales, previstos para 2028. La Turquía que se opone al actual Ejecutivo islamista respondió con una movilización multitudinaria y casi 15 millones de personas depositaron su papeleta a favor de Imamoglu, según los datos ofrecidos por el CHP con algo más de la mitad de las urnas escrutadas.
Después de cuatro días bajo custodia policial, Imamoglu fue llevado en la tarde del sábado al Palacio de Justicia de Çaglayan, donde, durante toda la noche, una treintena de fiscales tomaron declaración al alcalde y a otros 90 acusados por dos casos separados sobre corrupción y cooperación con organización terrorista. Ya entrada la mañana de este domingo, un juez de guardia imputó a Imamoglu y decretó prisión preventiva por la acusación de corrupción —no por la de terrorismo—, alegando la posibilidad de que escape o destruya pruebas.

El Ministerio del Interior anunció a su vez que, a raíz de la imputación, destituye a Imamoglu “de forma temporal” de su cargo de alcalde metropolitano, así como a otros dos alcaldes de sendos distritos de Estambul (Beylikdüzü y Sisli). En el caso del Ayuntamiento de Sisli nombra un interventor, como ha hecho con otros municipios en los que ha depuesto alcaldes, pero no así en los casos del Ayuntamiento Metropolitano de Estambul y en el de distrito de Beylikdüzü, donde permitirá que sea la asamblea municipal quien elija a los sustitutos. En Estambul, los socialdemócratas tienen la mayoría.
Tras conocerse la decisión judicial, el equipo de Imamoglu ha publicado varios mensajes en su cuenta de la red social X en los que el líder opositor hace un llamamiento a los ciudadanos a continuar con las protestas y apoyar hoy las primarias de su partido. “Querida nación, no os entristezcáis, no os desaniméis, no perdáis la esperanza. Juntos de la mano derrotaremos este golpe de Estado, esta mancha negra sobre nuestra democracia. Me mantengo firme, nunca me rendiré. ¡Todo irá bien!”, dice el regidor en un primer mensaje. En otros posteriores sostiene que lo ocurrido hoy “no es un proceso judicial, sino una ejecución extrajudicial” y una “traición”, e insta a la población a “luchar por sus derechos” y manifestarse “de forma responsable”.
La acusación de corrupción señala al alcalde de Estambul como “líder de una organización criminal” creada para desfalcar fondos municipales mediante facturas infladas y empresas pantalla a través, sobre todo, de contratos de publicidad. La de terrorismo afirma que Imamoglu llegó a acuerdos con el movimiento nacionalista kurdo (legal) para incluir en las instituciones municipales a miembros vinculados con el grupo armado PKK (con el que el propio Gobierno negocia actualmente que deponga las armas). El Ayuntamiento responde que eso es imposible, ya que tanto los empleados municipales como los candidatos a las elecciones deben recibir una autorización del Estado y presentar sus antecedentes.
Los abogados de Imamoglu han denunciado que ambos casos están construidos sobre la base de rumores y las confesiones de testigos secretos, y la oposición los ha definido como un intento del Gobierno de deshacerse de un rival político, ya que algunas encuestas muestran que Imamoglu rivaliza en popularidad con Erdogan. De hecho, desde su llegada a la alcaldía de Estambul en 2019, se le han abierto medio centenar de investigaciones judiciales, la mayoría aún en curso.
Desde la derrota del candidato del CHP frente a Erdogan en las presidenciales de 2023, Imamoglu no ha escondido su intención de presentarse a los próximos comicios. Así que la formación centroizquierdista convocó hace un mes unas primarias para este domingo, a fin de dirimir qué apoyo tiene Imamoglu entre el millón y medio de miembros del partido. También el alcalde de Ankara valoraba su candidatura a las presidenciales, aunque no quiso participar en las primarias. Imamoglu es, así, el único aspirante hoy, por lo que su victoria en esas primarias está asegurada.

Sin embargo, tras lo ocurrido esta semana, la votación se convirtió en algo más que una lucha dentro del partido: ha tomado la forma de desafío de la oposición al Gobierno, para el apoyo al alcalde de Estambul no ya dentro del CHP sino en el conjunto de la sociedad turca. Y es que el partido decidió colocar también “urnas de solidaridad” para que todos aquellos que no son miembros del partido pudieran depositar hoy su voto. La iniciativa es, sobre todo, simbólica. No existen los controles habituales en unos comicios regulados: todo aquel que se acercase podía depositar la papeleta, sin importar su edad, simplemente inscribiendo su nombre y número del carnet de identidad.
Millones de personas acudieron a los más de 5.600 centros de votación establecidos por el CHP en todo el país. La afluencia ha sido tal que en algunos puntos de votación se han agotado las papeletas, según informó la cadena de televisión NTV, y el partido decidió ampliar en dos horas el horario de votación. Según afirmó el presidente del CHP, Özgür Özel, 1,65 de los 1,75 millones de militantes del partido depositaron su papeleta de apoyo a Imamoglu. En las urnas de solidaridad, con poco más de la mitad escrutadas, se registraron 13,2 millones de votos, lo que sitúa el total en alrededor de 15 millones. “Esta es la poderosa respuesta ante el golpe contra Imamoglu”, dijo Özel.
“Ya no vemos futuro en Turquía, así que esta es la última oportunidad de cambiar las cosas. Lo daremos todo en esta lucha”, explicaron dos jóvenes, Zeynep y Burak (ella estudiante y él empleado), tras votar y poco antes de desplazarse a la sede del Ayuntamiento, donde decenas de miles de personas se manifestaron para exigir la liberación de Imamoglu y la dimisión del Gobierno. Por quinta noche consecutiva, en prácticamente todas las provincias del país se reprodujeron multitudinarias protestas. “Lograr el cambio no será fácil, pero esta resistencia popular hace que no nos sintamos solos”, subrayó Bilgi, otra joven que se acercó a votar pese a no ser militante del CHP.
El alcalde de Ankara, Mansur Yavas, afirmó que el hecho de que tantos ciudadanos votaran en unas primarias en las que el voto no es obligatorio (en los comicios oficiales sí lo es) muestra que “ha llegado el momento de adelantar las elecciones”.
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