El Supremo de Estados Unidos avala las restricciones a las armas fantasma que impuso Biden
El Tribunal de mayoría conservadora ve justificada la regulación que facilita el rastreo de las armas de fabricación casera


El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha avalado este miércoles las restricciones durante la presidencia de Joe Biden a la venta de armas por piezas, habitualmente por internet, para la fabricación doméstica. Se conocen como armas fantasma porque escapaban a los requisitos de registro, identificación y control de antecedentes con que se venden normalmente las armas de fuego, de modo que resultaban muy difíciles de rastrear. En una sentencia con mayoría de siete jueces a dos, el Supremo respalda la regulación impuesta por Biden para frenar su proliferación. Según la sentencia, a la hora de considerar alguno de esos productos como un arma de fuego, “el nombre del kit lo dice todo: ‘comprar, montar, disparar”.
Los grupos de defensa de las armas impugnaron la norma ante los tribunales y un tribunal inferior les dio inicialmente la razón, sentenciando que el Gobierno federal se había excedido de sus competencias. El Supremo suspendió esa decisión judicial por una mayoría de cinco votos a cuatro y ahora la revoca con los únicos votos en contra de los dos jueces más conservadores: Samuel Alito y Clarence Thomas. El Alto Tribunal tiene un predominio conservador de seis jueces a tres.
La normativa de 2022 respaldada ahora por el Supremo exige a los fabricantes y vendedores de armas por kits de piezas o de plantillas que tengan licencia para venderlas, impone que los productos lleven un número de serie que permita rastrearlos y obliga a que los posibles compradores pasen una comprobación de antecedentes, entre otros requisitos.
“Las ventas de estos kits han crecido exponencialmente”, señala el juez Neil Gorsuch en la sentencia, en el que resume el estado de situación previo a la aprobación de la nueva normativa. “A los aficionados al bricolaje les gusta montarlos. Pero los delincuentes también los encuentran atractivos. Esto se debe en gran medida a la forma en que se venden los kits. Algunos fabricantes y distribuidores sostienen que los kits de piezas de armas no están sujetos a la Ley de Armas de Fuego (GCA) como ‘armas de fuego’. Como resultado, dicen, son libres de vender sus productos sin obtener una licencia federal, realizar verificaciones de antecedentes, mantener registros de ventas o marcar los componentes con números de serie. ¿El resultado? Los departamentos de policía de todo el país se han enfrentado a una explosión de delitos relacionados con estas armas fantasma”, explica.
Las armas fantasma se encontraron en escenas del crimen en cantidades cada vez mayores en todo Estados Unidos antes de que se aplicara la normativa, pasando de menos de 1.700 recuperadas por las fuerzas del orden en 2017 a más de 27.000 en 2023, según datos del Departamento de Justicia citados por Associated Press.
Desde que se aprobó la nueva regulación, el número de armas fantasma se ha estabilizado o ha disminuido en varias ciudades importantes, como Nueva York, Los Ángeles, Filadelfia y Baltimore, según documentos judiciales. La fabricación de piezas de armas diversas también se redujo en un 36% en general, según las autoridades.
La sentencia equipara esas armas de fuego vendidas por piezas con otras que están desmontadas, pero siguen siendo armas. “Imagine un rifle desmontado para su almacenamiento, transporte o limpieza. Puede llevar tiempo hacer que el rifle sea útil para el combate, pero su función prevista es clara. Y, en el lenguaje cotidiano, ese rifle es un arma, ya sea desmontado o listo para el combate. De la misma manera y por la misma razón, un orador común podría describir el kit ‘Comprar, Montar, Disparar’ como un ‘arma’. Sí, tal vez se requiera media hora de trabajo antes de que alguien pueda disparar. Pero incluso tal como se vende, el kit viene con todos los componentes necesarios, y su función prevista como instrumento de combate es obvia. Realmente, el nombre del kit lo dice todo: ‘comprar, montar, disparar”, explica el juez Gorsuch en la sentencia.

Ya durante la vista oral de octubre pasado, quedó claro que las tres juezas progresistas, más restrictivas en lo relativo a las armas, apoyarían la regulación. Además, tanto el presidente del Supremo, John Roberts, como la conservadora Amy Coney Barrett dejaron ver su escepticismo frente a las posiciones de quienes abogaban por la comercialización sin restricciones de esas armas fantasma. Finalmente, los también conservadores Neil Gorsuch, ponente del fallo, y Brett Kavanaugh, han avalado también las restricciones.
No se discutía el derecho a que esas armas se comercialicen o se posean y, en ese sentido, no se trataba de un caso sobre el alcance de la Segunda Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que consagra el derecho a poseer y portar armas, y que se ha abordado en anteriores sentencias. Lo que se discutía es si la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de Estados Unidos se extralimitó o no en sus competencias al promulgar la norma al considerar a dichas piezas como armas de fuego o si era el Congreso el que debía aprobar las restricciones.
Las armas fantasma se han utilizado en delitos de gran repercusión, como un tiroteo masivo llevado a cabo con un arma fantasma de estilo AR-15 en Filadelfia que dejó cinco muertos. La policía cree que una pistola fantasma utilizada en el asesinato del director general de UnitedHealthcare en Manhattan se fabricó con una impresora 3D en lugar de montarse a partir de un kit.
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