El alcalde de Santo Tomás de los Plátanos, en el Estado de México, huye en plena toma de protesta tras el asedio de las autoridades
Pedro Luis Hernández de Paz y su esposa fueron señalados en el ‘Operativo Enjambre’ por presuntos vínculos con la delincuencia. Ambos huyeron ante la llegada de agentes de la Fiscalía
La escena ha provocado burlas y críticas entre la opinión pública: el alcalde de Santo Tomás de los Plátanos, en el Estado de México —a unos 170 kilómetros de Ciudad de México— termina apenas su discurso de toma de protesta en el cargo con un “gracias”, cuando el caos comienza a apoderarse del escenario. Ruido de micrófonos aún encendidos azotados sobre la mesa y una trifulca entre hombres que intentan retenerlo y otros que se interponen para evitarlo ha sido lo que presenciaron los asistentes a la ceremonia de este martes en el municipio mexiquense.
Aunque todavía no ha sido confirmado por la Fiscalía del Estado, los primeros señalamientos apuntan a que se trató de una acción que formaba parte de las investigaciones emanadas de la Operación Enjambre, el operativo del Gobierno de Claudia Sheinbaum contra una red de funcionarios corruptos en el Estado de México acusados de colaborar con la delincuencia y de estar involucrados en asesinatos, secuestros y extorsiones.
Pedro Luis Hernández de Paz, quien tomaba protesta de su cargo como alcalde por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y su esposa, María del Rosario Matías, la alcaldesa saliente del mismo cargo de ese municipio, fueron interceptados por policías de investigación de la Fiscalía de Justicia del Estado de México (FGJEM) que, según las autoridades locales, trataron de ejecutar órdenes de aprehensión en contra de ambos por presuntamente tener nexos con el crimen organizado. A pesar de la presencia de varios agentes vestidos de civil, y de vehículos de la policía estatal y de la Marina en el municipio, Hernández de Paz y Matías lograron huir y permanecen en paradero desconocido.
Algunos videos compartidos en redes sociales también muestran los momentos posteriores a la huida de ambos funcionarios, en los que se puede ver cómo habitantes del municipio rechazan la presencia de las patrullas y de los agentes con gritos de “fuera, fuera” y algunos, hasta con piedras en las manos dispuestas a arrojarlas contra los uniformados. “¡Si se los van a llevar, llévense a todo el pueblo!”, se escucha gritar en uno de los videos a una mujer.
El alcalde electo había llegado a la ceremonia de su toma de protesta presuntamente con un amparo que le permitía acudir a ese evento en compañía de su esposa, pese a que tenía la orden de aprensión en su contra.
El pasado 22 de noviembre, el Operativo Enjambre, que implicó a centenares de efectivos de la Federación y del Estado de México, ejecutó la mitad de catorce órdenes de aprehensión en contra de varios funcionarios de diversos municipios por su presunta complicidad con el crimen organizado. “No habrá protección contra funcionarios coludidos con la delincuencia”, dijo la presidenta Claudia Sheinbaum en su conferencia de prensa de esa misma semana.
En esa fecha, el operativo puso en la mira a siete funcionarios en activo, que cayeron después de que la Fiscalía estatal les siguiera la pista durante meses por sus vínculos y los anillos de protección que brindaban al crimen organizado. Los arrestos se dieron uno tras otro, en coordinación con elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional, la Guardia Nacional, la Marina, la Policía del Estado de México y la Secretaría de Seguridad de Harfuch, el hombre a quien Sheinbaum ha encomendado la pacificación del país. El despliegue incluyó más de 1.500 elementos de las distintas corporaciones.
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