Íñigo Errejón: “He hecho lo que Podemos me enseñó: la cosa no iba bien”
Tras unirse al proyecto de Manuela Carmena, el exdiputado reflexiona sobre su futuro
Íñigo Errejón (Madrid, 1983) vive horas clave para su supervivencia política. Tras aliarse con Manuela Carmena para extender el proyecto municipal de Más Madrid a su candidatura autonómica, busca construir una única lista que integre a Podemos, IU y Equo. Sin embargo, ha tenido que dimitir como diputado nacional y lleva más de una semana sin hablar con Pablo Iglesias, que apuesta por presentar a su propio candidato a gobernar la Comunidad y que le ha situado fuera del partido que fundó.
Pregunta. ¿Es un traidor?
Respuesta. He hecho lo que el partido que fundé me enseñó. Cuando las cosas no van bien, es más importante la gente que los partidos, y hay que abrirse. Es lo que hicimos en las europeas, lo que hicimos en las municipales, y lo que nos llevó a las principales alcaldías del país. No hay nadie que pueda discutir que las cosas no iban bien [en Podemos]. La inmensa mayoría de la ciudadanía demócrata y progresista estaba entre desanimada y huérfana. En esos momentos hay que anteponer la capacidad de construir una mayoría nueva a las necesidades de los partidos. Y hay que asumir el precio que eso cueste. Yo lo he asumido.
P. ¿Pero ha tomado esta decisión a espaldas de Podemos o la comunicó previamente?
R. Podemos me enseñó que la comodidad de los partidos va en contra de la posibilidad de reunir a mucha gente. A nadie le puede sorprender esta invitación. Lo llevo diciendo en conversaciones privadas y públicas con dirigentes de Podemos desde hace mucho.
P. Una cosa son los artículos en prensa, o las declaraciones, y otra es plantear estrategias en los órganos internos de los partidos, que es donde se toman las decisiones. ¿Lo hizo?
R. En 2015 ya defendí que había que aprender que algo se había hecho mejor en la ciudad que en la Comunidad [Carmena sacó mejores resultados que José Manuel López]. Todavía no he escuchado una sola razón política que explique que lo que ha sido bueno en Madrid y Barcelona no puede serlo para la Comunidad.
P. Entonces, ¿sus compañeros no le respondieron cuando les hizo su propuesta?
R. Supongo que esa tesis no convencía a todo el mundo.
P. Es decir, le dijeron que no.
R. Hay muchas formas de decir que no. Hay una forma que es dejar que el tiempo pase. Hoy la gente demanda recuperar confianza en candidaturas amplias que pongan los intereses de la ciudadanía por delante de las propias siglas y estoy hablando de unas que llevo tatuadas. Tenemos que ser factor de reunión. En los últimos tiempos habíamos disminuido la capacidad de hablar con ciudadanos que no son de nuestro partido. Queremos una candidatura en la que tiene que caber Podemos, IU, Equo y mucha gente más.
P. ¿Entre esa gente está Ramón Espinar, que ha dimitido de todos sus cargos en Podemos?
R. He hablado con él y me ha dicho que no.
P. ¿Pero se lo ha ofrecido?
R. No, antes de que le dijera nada me ha dicho que no.
P. ¿Quién estará en Más Madrid?
R. Una de las cosas que he hablado con Manuela Carmena es que hacen falta independientes, expertos y profesionales en las listas de los partidos. Hay que hacer un sobresfuerzo para invitarles. El paradigma del siglo XX es que el político era un hombre con respuestas y soluciones para todo. Hay que romper una lanza por una forma diferente de hacer política que tiene que ver con el siglo XXI. Yo no tengo respuestas para todo. No sé solucionar todos los problemas que tiene la Comunidad. Puede que haya otros candidatos que digan que sí. O no están diciendo la verdad o son más sabios que yo. Aspiro a generar un lugar de encuentro tan amplio como para que el que la tenga pueda contribuir. Y a veces los partidos dificultan hacer eso.
P. ¿Va a ir el 2 de febrero al Consejo Ciudadano Estatal de Podemos?
R. Me imagino que sí.
P. ¿Sigue formando parte de este órgano de dirección?
R. Claro. De hecho, soy miembro fundador de Podemos.
P. El día que renunció al escaño dijo que era militante.
R. Lo más importante es la militancia, los cargos vienen y van. Cuando alguien te los pide, se los das. Si hay que pagar un precio por defender tus ideas, lo pagas.
P. ¿Cómo creen que le van a recibir sus compañeros? Muchos consideran que usted ya no forma parte del partido.
R. No creo que lo piense tanta gente. ¿Los concejales de Podemos en Barcelona que van a concurrir a las primarias de Barcelona en Comú son de Podemos? Sí. ¿Ir de la mano de Manuela Carmena y con Podemos es incompatible? Primera noticia. Creo que no.
P. ¿Dejará usted la política si no gobierna en Madrid?
R. No me planteo otra cosa que no sea ganar. Nunca me embarco en nada con plan b, porque lo miras de reojo. Nunca me embarco en nada que no crea que no pueda transformar las cosas. Hacía mucho tiempo que no tenía esta convicción y estas ganas. Me siento renovado, como nuevo. Sin eso, no tienes la gasolina para correr lo que hace falta. Y quedan cinco meses [para las elecciones].
P. En ese tiempo, ¿qué gestos hará para que Podemos y Más Madrid formen una sola lista?
R. Todo lo que esté en mi mano. Espero que la dirección de Podemos tome la decisión correcta. Ganar no se hace solo con los que piensan como uno.
P. Eso pensaron sus compañeros de Andalucía cuando se unieron a IU y formaron Adelante Andalucía. Perdieron 300.000 votos.
R. No conozco mucho el caso andaluz y respeto la decisión de los compañeros. Estoy siguiendo el camino de Manuela Carmena.
P. ¿La diferencia es Carmena?
R. No, la diferencia es una forma de hacer las cosas que da por hecho que no basta con sumar partidos.
P. ¿Qué distingue a la alcaldesa de Madrid de otros líderes?
R. Tiene capacidad estratégica de largo recorrido, pero no para las cosas de los partidos, sino para tener una idea de Madrid, y al mismo tiempo tiene la voluntad de que lo humano prime siempre. Es una referencia.
P. ¿Qué pasó en la noche del 21 de diciembre? Cenaron en casa de Carmena, pactaron la alianza y la alcaldesa se rompió el tobillo.
R. El Samur vino a buscarla. Llevábamos tiempo charlando. Aquella noche hablamos de política. Primero, de que las administraciones municipales y autonómicas tienen que cooperar. Y una segunda idea: un cierto shock por Andalucía y la noción de que los partidos progresistas no estaban siendo capaces de reunir a la mayoría que quería el cambio. Las siglas no estaban funcionando.
P. La lección de las elecciones andaluzas es que lo que hoy moviliza a los votantes es Cataluña, no las reivindicaciones sociales.
R. No comparto que haya dos agendas, la nacional y la social, y que hay que pelear por cuál se impone. No hay que elegir entre una y otra. Son la misma.
P. ¿Cómo? Con Adelante Andalucía no funcionó.
R. Hay que encarnarlo en cosas concretas. Hay muchos motivos para estar orgulloso de ser español. Y hace falta que haya fuerzas progresistas que lo digan.
P. ¿La candidatura unitaria con Podemos llegará antes o después de las elecciones?
R. Prefiero antes. Si no, habrá que entenderse después. Hay que trabajar por ello. Hay tiempo.
P. ¿Cuándo se comunicó por última vez con Iglesias?
R. Hace una semana.
P. ¿Cuando le llamó para anunciarle su alianza con Carmena?
R. Sí, desde entonces no ha habido comunicación. Pero tiene que haberla. Puede haber una tentación de interpretar esto como una cuestión personal. La dirección de Podemos tiene que tomar una decisión política. Me parece legítima cualquiera que se tome.
P. ¿Se mantiene su amistad?
R. No en los mismos términos. Hay cosas que han cambiado.
P. Sol Sánchez, portavoz en IU Madrid, dice que no se rompió el acuerdo con Podemos para una lista única porque usted no la quisiera como número dos.
R. Tiene razón.
P. Se entiende entonces que no tendrá problemas en que sea la número dos de Más Madrid.
R. Lo que se entiende de eso es que ella tiene razón en decir que ella no fue el problema. Todavía no he hablado con nadie ni de números ni de personas. Así comienzan las aventuras pequeñas. Lo importante es si somos capaces o no de abrirnos tanto, tanto, tanto, como para que quepan una mayoría de madrileños que quieren cambio. Si es que no, no me interesa quién va delante. No vine a la política para calentar una silla.
P. ¿Para qué vino?
R. Fundamos Podemos para reunir a españoles que habiendo votado cosas muy diferentes estuvieran de acuerdo en torno a ideas de sentido común. Logramos mucha parte del camino, pero en los últimos años nos ha faltado ser un poco más permeables, escuchar un poco más, regañar un poco menos, abrirse un poco más, y cerrarse un poco menos. Es lo necesario para transformar Madrid. Sin eso, no me interesa.
PROTAGONISTAS CLAVE DE UNA CRISIS POLÍTICA
-¿Se mantiene la amistad con Iglesias? “No en los mismos términos”. “Pablo lleva un abrigo que es mío, que ya no me pongo y que todavía tengo”, evoca el fundador de Podemos sobre un viaje académico de los dos amigos a un congreso en Mánchester. “Es un recuerdo hermoso. [De eso queda] respeto y cariño por muchos años y una trayectoria para mí muy querida”, repasa. “Cuando te pones a hacer política hay algo que está por encima incluso de los afectos personales, hay que ser útiles y servir a la gente”, receta. “Hay que mirar un poco más hacia afuera”, pide. ¿Se mantiene la amistad? “No en los mismos términos. Hay cosas que han cambiado”.
“Carmena es una referencia”. “Ahí hay mucho cariño”, sonríe Íñigo Errejón sobre el gesto de la alcaldesa en la última recepción del Dos de Mayo. “Además de las coincidencias políticas, o en lo que hay que hacer, la calidez en el trato lo hace todo muy agradable”, cuenta sobre la relación de los dos aliados. “Tiene capacidad estratégica de largo recorrido, pero no para las cosas de los partidos, sino para tener una idea de Madrid, y al mismo tiempo tener una voluntad de que lo humano prime siempre. Ha sabido conciliarlo. Es una referencia”.
¿Monedero? “No voy a descalificar a nadie”. “Fue el cierre de campaña de 2015 en Madrid Río. Juan Carlos Monedero no estaba previsto que hablara, pero apareció y se acercó al escenario”, dice sobre otro de los fundadores de Podemos, que le acusa de haber dividido al partido por ambición personal. “A mí no me sale con gente que hemos echado tantas horas para levantar esto, meterme. No voy a descalificar a nadie. Hace mucho (que no hablamos)”, contesta.
“Desearía que Tania Sánchez y Clara Serra estuvieran en Más Madrid”. “Fue el último San Isidro”, resume Íñigo Errejón sobre la instantánea, que le reúne con la diputada nacional y la portavoz de Podemos en la Asamblea. “Este año no bailé”, bromea. “Desearía que ellas [Tania Sánchez y Clara Serra] estuvieran en Más Madrid, pero no he entrado en eso. Lo importante no es quién, y en qué orden, lo importante es para hacer qué”.
"Garzón y yo no siempre hemos estado de acuerdo". "Con Alberto Garzón he charlado muchísimo", reconoce Íñigo Errejon sobre el líder de IU, con el que compartió bancada en el Congreso cuando perdió la portavocía de Podemos. "No siempre hemos estado de acuerdo en todo. Siempre me ha resultado muy enriquecedor", prosigue. "Yo quiero que los compañeros de IU estén en Más Madrid, pero Más Madrid tiene que tener la capacidad de hablarle a más gente".
“Tengo manifestaciones sobre Venezuela que ya no comparto”
El vídeo está colgado en YouTube. Un joven Íñigo Errejón diserta sobre el chavismo. Defiende que ha transformado Venezuela para bien. Y cierra su intervención levantando el puño y diciendo: "Les queremos. ¡Chavez vive, la lucha sigue!". Años después, ¿se siente identificado el Errejón de hoy con el de ayer?
"No", contesta rotundo. "A mí me han achacado verdaderas barbaridades que nunca he dicho. Pero es verdad que tengo manifestaciones del pasado que ahora no comparto", sigue. "La situación en Venezuela ha cambiado mucho. Llevo cinco años haciendo política y hacer política es escuchar a mucha gente diferente, también a gente que te dice que lo estaba pasando fatal en su país, que se ha tenido que ir y que esa experiencia ha sido dura. Y cuando hablas con más gente, escuchas más puntos de vista. Y cambias tus opiniones sobre cosas. Sé que en política no es normal esto. Pero es así".
Errejón reconoce que ha borrado "muchísimos" tuits de hace "muchísimo tiempo", entre ellos varios referidos al chavismo. Pide que se convoquen elecciones, reclama una solución que impida el conflicto y evita respaldar al opositor Juan Guaidó como presidente del país. Define como "desastrosa" la situación de Venezuela. Y, sin embargo, hace solo tres meses defendía en una entrevista las bondades de la vida en este país, sumido en la pobreza, roto en dos entre partidarios y detractores de Nicolás Maduro, y convertido en un grifo abierto de emigrantes que luchan por escapar a la hiperinflacción y el caos.
—¿Ha cambiado de opinión porque se acercan las elecciones de mayo?
—Me preguntaron también por eso en España y aclaré desde el principio que la situación en Venezuela me parece un desastre. Y que yo no quiero eso para mi país. En Venezuela, en su momento, se hicieron algunas cosas bien, y también se están haciendo muchas cosas mal. Entiendo el interés no muy responsable de PP y Ciudadanos de intentar jugar con la política internacional para que influya en la política nacional. Pero eso no es lo que más me preocupa. Lo que más me preocupa es que no quiero una situación como la que se vive en Venezuela para mi país o mi región.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.