El extraordinario éxito de la actriz de los dientes imperfectos de ‘The White Lotus’
En una industria repleta de dientes irreales y artificiales, la actriz Aimee Lou Wood, ha conseguido que la imperfección sea la forma de destacar más deseada

Hubo un momento en el que las carillas dentales eran unas aliadas de belleza excepcionales y casi secretas, pero, desde hace algunos años, se han convertido en un extendidísimo símbolo de estatus. En 2023, The Washington Post ya alzó la voz para lamentar que todo el mundo lucía una sonrisa idéntica, pues tanto celebridades como anónimos habían decidido que la perfección artificial se instalara en sus dentaduras. La denominada sonrisa Hollywood llegó tan lejos que la película Don´t look up, gracias a los dientes creados por Chris Lyon, se mofaba de las dentaduras postizas e inquietantemente blancas que priman en la televisión americana y que como aseguró Noelia Rodríguez en S Moda, eran ya “el nuevo bótox”.
Quien definitivamente no ha caído en las redes de la perfección odontológica es Aimee Lou Wood, que en la tercera temporada de The White Lotus se ha convertido en una de las actrices favoritas de la serie gracias a su particular dentadura, que en el colegio le valió el mote “dientes de conejo”. En una entrevista concedida a On Demand Entertainment, la actriz asegura que siempre ha creído que sus dientes “le impedirían interpretar de manera convincente a una estadounidense”.

La directora de casting Marta Noguera comenta que una sonrisa tan poco normativa como la de la británica le parece sumamente interesante y es capaz aportar mucha personalidad al personaje. “Sin embargo, desde producción no se nos pide que centrarnos en fiscalidades concretas. Es un trabajo que hacemos desde casting de modo artístico. Aunque nunca me han pedido tener en cuenta las carillas y sonrisas blanqueadas, ya que eso se puede alterar con el departamento de peluquería y maquillaje, se tiene que tener en cuenta sobre todo trabajando en proyectos de época, ya que bótox muy pronunciados o sonrisas demasiado blanqueadas pueden hacer que los personajes, en el momento histórico que representan, no parezcan realistas”, advierte.
La actriz de Euphoria Chloe Cherry era una de las pocas de la industria del espectáculo que tampoco había cedido ante presión estética al mantener su estética dental, pero hace poco, tiró la toalla… Con inesperados resultados. “Me he gastado 200.000 dólares en carillas y todo el mundo se mofa de ellas”, dice la actriz en un vídeo en el que muestra con humor su nueva sonrisa. “Mi caballo preferido de Spirit”, comenta un usuario. “Espero que puedas quitártelos, porque el resultado es aterrador”, señala otro. El Dr. Bill Dorfman, que ha trabajado con figuras de la talla de Hugh Jackman, Eva Longoria y Anne Hathaway, explicaba a The Hollywood Reporter que su trabajo consiste en que nadie crea que sus clientes llevan carillas. “Para mí, lo peor que puede pasar es que alguien se te acerque y te diga: ‘Dios mío, ¡tus carillas lucen geniales!’ No quiero que la gente sepa que las tienes”. El afamado dentista, que se asegura de agregar textura a la dentadura aplicando capas finas de porcelana, aboga por la gradación de la línea de las encías e introduce translucidez en el borde de mordida de sus carillas personalizadas.
Por su parte, la dentista neoyorquina Lana Rozenberg, responsable de las sonrisas de Scarlett Johansson y Justin Theroux, comentó en una entrevista publicada en el mismo medio dos años antes que a medida que la odontología cosmética comenzó a ganar notoriedad, llevar carillas se convirtió en un honor. “Es como llevar un bolso de diseñador, pero ahora ocurre como en la cirugía plástica: la gente no quiere que se note que se ha hecho algo”, dijo. La doctora Belkys Martínez, odontóloga especialista en prostodoncia y estética, cirugía bucal e implantología de la Clínica Dental Smile’s Art, comenta a S Moda que la tendencia actual se aleja de las sonrisas “de catálogo”. “Los pacientes buscan mejoras sutiles que embellezcan sin que parezca que han pasado por un tratamiento dental. Técnicas como las carillas de porcelana ultrafinas o los blanqueamientos personalizados nos permiten realzar la sonrisa sin perder naturalidad. Lo ideal es que la sonrisa luzca radiante, pero sin que los demás puedan decir exactamente qué se ha hecho”, asegura. “Cada vez hay más conciencia sobre la individualidad en la belleza, y eso también se refleja en la odontología estética. La sonrisa perfecta no es una sola, sino aquella que encaja con la persona y resalta sus mejores rasgos sin borrar su esencia. Estamos viendo un cambio donde la salud y la autenticidad son la prioridad, y eso es algo muy positivo”, añade.

Un estudio de la empresa estadounidense de analítica de mercado Grand View Research indicaba en 2023 que la industria de la odontología había movido el año previo a nivel mundial 2.300 millones de dólares, estimando que a finales de 2024, su valor superaría los 7.500 millones. Prueba de ello es que las sonrisas no solo se perfeccionan hoy mediante carillas, sino que los blanqueamientos y los tratamientos de ortodoncia invisible se han popularizado tanto que incluso ya existen alternativas low cost, de las que advierte la Dra. Eugenia Cervantes. “La gente busca lo rápido y económico, que es el mensaje con el que muchas marcas bombardean a la gente en redes sociales y televisión: “Alinear los dientes en pocos meses”. Esto no es viable en todos los casos. No es lo mismo un caso de dientes ligeramente torcidos que uno severo, como una mordida que le impide al paciente cerrar la boca completamente; esto no se puede corregir solo con un aplicativo móvil y sin acudir a la clínica. Además, la ortodoncia puede ser multidisciplinar, se pueden combinar tratamientos quirúrgicos, periodontales y de estética. No es solo alinear los dientes, la planificación busca un resultado primero saludable y funcional a largo plazo”, dice.
Irene Esteve, odontóloga y experta en estética dentofacial, asegura que cada vez más gente se preocupa por su estética dental. “Hay pacientes que quieren colores más naturales y ligeras irregularidades que puedan presentar como por ejemplo diademas, que son las palas separadas. Tengo casos de diseño de sonrisas preservando estas irregularidades, pero también podemos en consulta pacientes que tienen ciertas diferencias de tamaño entre los incisivos de detrás y los laterales, o caninos muy afilados. Diseñamos sonrisas que son como una huella digital: absolutamente personalizadas. A veces son los propios pacientes quienes nos piden preservar esos pequeños detalles que los hacen diferentes y en otras ocasiones, somos nosotros quienes aconsejamos que lo respeten”, explica.
Clara Freitas, al frente de la Clínica Dental Dra. Fleitas, también piensa que en la actualidad, se tiende a buscar una mejora estética dental que no sea excesivamente llamativa, quedando cada vez más lejos el amor por las sonrisas Hollywood. “Se busca un color y formas de dientes más naturales de lo que se buscaba hace 30 años. Por este motivo, la demanda de los tratamientos de ortodoncia estética con alineadores ha crecido mucho, ya que los resultados son muy estéticos, naturales –si no queremos cambiar la forma, tamaño o color de los dientes– y duraderos”, comenta.
Aimee Lou Wood confesaba a Stylist que pese a haberse sentido siempre muy segura de sí misma al acudir a castings con los que optar a papeles teatrales, cuando las audiciones eran para la televisión, se sorprendía cuando le llamaban. “A veces pensaba: ‘Si es para Channel 4, quizás tenga alguna oportunidad’. Luego llegó Sex Education y pensé que en Netflix todos tienen esos dientes perfectos de Hollywood”, dijo la actriz. Tras conseguir el papel de The White Lotus, asegura recibir cada día cientos mensajes de fans que comentan con emoción lo bien que se sienten al ver que alguien tiene una dentadura como las suyas y que al ir a clase, en lugar de recibir apodos como “dientes de conejo”, ahora son alabados por tener “una sonrisa como la de Aimee”.
The White Lotus ha conseguido en esta nueva temporada que la gente no solo disfrute de una irresistible sátira sobre superricos que sigue la consigna “eat the rich” (cómete al rico), sino que en su intento por mordisquear la irresistible y opulenta vida del 1%, pueda hacerlo con una sonrisa imperfecta.
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