«Lo he logrado, me lo van a dar»: Así consiguió Elizabeth Taylor el mayor contrato firmado por una mujer en Hollywood
En el 90 aniversario del nacimiento de la protagonista de ‘Cleopatra’, repasamos la intrahistoria del salario que cambió Hollywood. “Si alguien es lo suficientemente tonto como para ofrecerme un millón de dólares por hacer una película, yo no soy tan tonta como para rechazarlo”, declaró.
Son varios los momentos que han supuesto un antes y un después para las mujeres en la industria cinematográfica. La entrada de la directora Dorothy Arzner en la maquinaria hollywoodiense de los años 30 y 40, el primer Oscar ganado por una realizadora y que fue a parar a las manos de Kathryn Bigelow (En tierra hostil) o los récords de espectadores del estreno de Wonder Woman son algunos de los hitos más reseñables. Pero para que las estrellas actuales puedan presumir de ser la fuerza creativa detrás de los proyectos más taquilleros, y de salarios que por fin se asemejan a los de sus homólogos masculinos, fue Elizabeth Taylor quien se atrevió a plantarle cara al machismo sistémico que dominaba los despachos de los estudios de cine. Este 27 de febrero, en el 90 aniversario del nacimiento de uno de los mayores iconos jamás vistos en la gran pantalla, recordamos cómo consiguió convertirse en la intérprete mejor pagada de la historia del cine hasta la fecha.
“Si alguien es lo suficientemente tonto como para ofrecerme un millón de dólares por hacer una película, yo no soy tan tonta como para rechazarlo”. Así despachaba la actriz británica el hito que consiguió en 1963, cuando la 20th Century Fox la convirtió en la mujer mejor pagada de la historia del cine por su papel en Cleopatra. Hasta la fecha, solo Marlon Brando, un año antes, había sido capaz de garantizarse un cheque similar por aparecer en una película (Rebelión a bordo). Para hacernos una idea de lo logrado por Taylor, aquel año el salario del presidente John F. Kennedy no superaba los 150.000 dólares; y el de Bill Russell, la mayor estrella de la NBA de la época, apenas llegaba a los 100.000. La actriz fue tan hábil que también se garantizó un 10% de la recaudación del péplum dirigido por Mankiewicz. El éxito en taquilla de la cinta acabó engrosando su paga hasta los siete millones de dólares. Su salario final, ajustado a inflación, equivaldría hoy a unos mareantes 66 millones de euros, tres veces más de lo que consiguió Jennifer Lawrence, la actriz mejor pagada de 2021, por su rol en No mires arriba.
Taylor, que ya tenía tras de sí una dilatada carrera en las colinas de Los Ángeles al debutar ante la cámara siendo solo una niña, era conocida en los despachos de los estudios por su descaro en las negociaciones. Con solo 15 años, la actriz mandó “al infierno” al Louis B. Mayer, el tan legendario como tirano presidente de MGM –era conocido como “el león de la Metro”– por faltarle al respeto a su madre en una reunión. A pesar del desacato, Mayer no se atrevió a tomar represalias contra su estrella emergente. “En ese momento se dio cuenta de que todo giraba sobre la mercancía de ser Elizabeth Taylor. Desde muy pequeña entendió el valor del dinero y la libertad que te puede proporcionar”, confesó en una entrevista Tim Mendelson, su jefe de personal durante 25 años.
Su astronómico salario por Cleopatra fue fruto precisamente del estatus de privilegio del que gozaba la intérprete en los comienzos de la década de los 60, negándose durante varios años a aceptar el papel. Taylor tenía por entonces 29 años y acababa de casarse por cuarta vez con el actor Eddie Fisher, que a su vez había sido infiel a Debbie Reynolds, provocando todo un escándalo mediático. A pesar de que contratar a Taylor para una producción de la magnitud de Cleopatra era todo un riesgo teniendo en cuenta que los tabloides ya le habían colgado la etiqueta de ‘destrozahogares’, el éxito de crítica y público de La gata sobre el tejado de zinc o De repente, el último verano sostenían su candidatura. La estrategia de negociación seguida por la estrella fue desvelada por uno de sus mejores amigos en la meca del cine, el actor Burt Reynolds.
“Ella estaba en mi casa dándose un baño caliente porque se encontraba cansada y me preguntó: ‘¿Qué voy a hacer? Esos bastardos quieren que haga esta película [Cleopatra], pero yo no quiero hacerla”, evocó Reynolds en la revista People, que le aconsejó que pidiera un millón de dólares, una cifra desorbitada, para que no volvieran a molestarla con el tema. “Nadie hasta ese día había pedido tanto dinero y ella lo hizo. Se fue a otra habitación, escuché un grito y cuando volvió le pregunté si estaba bien. Y ella me contestó: ‘Lo he logrado, me lo van a dar”.
Lo que vendría después de aquel acuerdo es una página tan reseñable de la historia del cine como la película de escala inabarcable en la que conoció a su quinto y sexto marido, Richard Burton. Fue un rodaje maldito que duró más de dos años y medio, que estuvo a punto de arruinar al estudio por los sobrecostes de producción, que tuvo a dos directores al cargo y que casi acaba con la vida de Taylor, hospitalizada por una neumonía que la obligó a detener durante seis meses la grabación. El coste total de la película superaría hoy los 350 millones de dólares, más que cualquier blockbuster de los superhéroes de Marvel. A pesar de ser la película más taquillera del año, la 20th Century Fox no consiguió recuperar la inversión realizada y solo se salvó de la desaparición por la sorprendente acogida a una modesta producción de bajo presupuesto, Sonrisas y lágrimas.
La destreza de Elizabeth Taylor negociando en la meca del cine, que marcó un antes y un después en una industria dominada por hombres, cimentó el camino que después transitaron sucesoras como Barbra Streisand o Meryl Streep. “Para ella ir a una negociación era como ir a una batalla. Nunca retrocedía hasta conseguir lo que quería y escuchaba más de lo que hablaba, pero, cuando hablaba, lo hacía con mucha intención. Nunca se mostró débil ni vulnerable”, confirmaba Mendelson. Las nóminas de Taylor, que falleció en 2011, siguieron copando los titulares varios años después de su muerte. El intérprete británico Michael Caine, que compartió protagonismo con ella en el filme Salvaje y peligrosa, evocó la diferencia entre sus sueldos para criticar las recientes denuncias realizadas por varias actrices sobre la brecha salarial existente entre hombres y mujeres. “Es basura. Yo trabajé con Elizabeth Taylor y a ella le pagaron diez veces más que a mí. Y eso fue hace 30 años”, declaró. En 2020 se anunció la producción de un nuevo biopic cinematográfico como Cleopatra, esta vez con Gal Gadot (Wonder Woman) como la famosa reina de Egipto y Kari Skogland como directora.
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