_
_
_
_

Hollywood contra Madonna: “Mucha gente ha intentado escribir una película sobre mí, pero siempre son hombres”

Más de cuatro años después de anunciar su ‘autobiografía visual’, el ambicioso proyecto sigue sin concretarse. Hollywood no ve con buenos ojos que, además de coescribir el guion, quiera asumir el control total de la dirección

Hollywood Madonna
Madonna recogiendo el Globo de Oro a Mejor canción original por 'Masterpiece' de la película W.E.NBC (NBCUniversal via Getty Images)

El pasado 18 de noviembre, tras anunciar en julio su intención de retomarlo, Madonna volvió a hablar del biopic en el que lleva trabajando desde hace más de cuatro años y que dejó en suspenso en 2023 para centrarse en su última gira, The Celebration Tour, aplazada en Estados Unidos debido a una grave infección bacteriana que contrajo. Aunque, a juzgar por lo que publicó en Instagram, parece más probable que las obras de la Sagrada Familia terminen antes de que siquiera comience su rodaje. “Después de pasar unos días en Los Ángeles, escuchando a productores y agentes que me explicaban por qué no podía realizar mi película, me di cuenta de que seguiré enfrentándome a obstáculos. Ningún camino es fácil para mí. Supongo que debería estar agradecida, porque esto me permite pensar de manera diferente. No tuve una vida normal, así que no puedo hacer esto de manera normal”, confesó a sus cerca de 20 millones de seguidores.

Para sorpresa de sus estoicos fans, también lanzó una pregunta que evidencia el incierto estado en el que se encuentra el proyecto, que por ahora lleva el nombre de Who’s That Girl: “¿Debería hacer una serie o un largometraje?”. Las respuestas, como cabía esperar, fueron mixtas. Por un lado, pese a su mastodóntico legado cultural, muchos apoyan que condense su historia en un filme de dos horas, al estilo de Bohemian Rhapsody o Rocketman, dos cintas que recaudaron 911 y 195 millones de dólares en taquilla, respectivamente. Por otro, están quienes se inclinan por un formato que le permita profundizar y explayarse todo lo que desee, a través de varias temporadas, en una producción respaldada por alguna plataforma de streaming.

En los comentarios de Instagram, otros tantos propusieron una tercera vía, la más común en estos casos: que escriba sus memorias. Bruce Springsteen, Elton John, Barbra Streisand y, más recientemente, Cher, lo han hecho en los últimos años. Sin embargo, parece que Madonna no está dispuesta a seguir sus pasos o recurrir a un escritor fantasma. Tiene sentido. Como una de las pioneras en el arte del videoclip, que transformó en una plataforma de autoexpresión y provocación en lugar de una mera herramienta promocional, prefiere narrar los logros y vicisitudes de su carrera a través de imágenes, no solo palabras.

En realidad, el asunto viene de lejos, ya que la idea de esta futura película o serie se originó en un biopic no autorizado que Universal Pictures concibió en 2017 con el título de Blond Ambition, en clara referencia a su icónica gira de 1990. Producido por Michael De Luca, responsable de Cincuenta sombras de Grey y La red social, y con guion de Elyse Hollander, la trama iba a centrarse en sus primeros años en Nueva York, a principios de los ochenta. En concreto, cómo, tras su paso por las bandas The Breakfast Club y Emmy, firmó con Sire Records en 1982 y comenzó a enfrentarse al machismo de la industria mientras la fama asomaba en el horizonte.

Sobre el papel, la premisa prometía. No obstante, apenas dos días más tarde de que The Hollywood Reporter adelantara en exclusiva la noticia, el 24 de abril de 2017, la estrella fue tajante al expresar su opinión en un post de Instagram, luego borrado: “Nadie sabe lo que yo sé y lo que he visto. Solo yo puedo contar mi historia. Cualquier otro que lo intente es un charlatán y un tonto que busca gratificación instantánea sin hacer ningún trabajo. Es una enfermedad en nuestra sociedad”. Desde entonces, no se volvió a saber nada de ese proyecto ni de otros similares.

Todo cambió el 8 de agosto de 2020. Aquel día, en su red social favorita, la Reina del Pop compartió un breve video junto a Diablo Cody, ganadora del Óscar al Mejor Guion Original en 2008 por Juno, sugiriendo que ambas estaban tramando algo juntas. El 10 de septiembre se despejaron las dudas. En un directo de Instagram de una hora de duración, revelaron que llevaban semanas elaborando una “autobiografía visual” para Universal que ampliaría los temas de la fallida Blond Ambition. Eso sí, en la transmisión omitieron un detalle crucial: como confirmaría Variety, Madonna no solo planeaba coescribirla, sino además dirigirla.

“La razón por la que lo hago es porque mucha gente ha tratado de escribir películas sobre mí, pero siempre son hombres. Universal Pictures me envió uno de sus guiones porque querían mi bendición. Lo leí, y fue la basura más espantosa y superficial que jamás haya visto. Me quedé pensando, ¿por qué esta gente haría una película sobre mi vida? No hay nada cierto en el guion. El tipo que lo está haciendo no comprende a las mujeres, ni las aprecia, ni las respeta. No hay nadie en este planeta que pueda escribir, dirigir o hacer una película sobre mí mejor que yo”, defendió en 2021 en el programa The Tonight Show de Jimmy Fallon. El argumento es sólido, pero su decisión marca un precedente inédito hasta la fecha. Los famosos, hasta ahora, solían limitarse a desempeñar roles como consultores creativos o productores ejecutivos en este tipo de producciones; bajo ninguna circunstancia se encargaban de escribirlas ni, mucho menos, dirigirlas.

El subgénero del biopic siempre ha sido terreno fértil para experimentos inusuales. No hace mucho, el documental animado Piece by Piece, de Morgan Neville, usó muñecos Lego para ilustrar la historia de Pharrell Williams. Y este 1 de enero, de la mano de Michael Gracey (El gran showman), llegará a las salas españolas Better Man, un filme en el que Robbie Williams es interpretado por un mono generado con CGI. Pero lo de Madonna es diferente. Aferrada a controlar con mano firme su propia narrativa, sin aceptar consejos ni orientaciones externas, corre el riesgo de que su película o serie se convierta en un producto narcisista y sesgado, lo que podría jugar en su contra.

Viniendo de ella, nadie espera que replique esa arrogancia ni las actitudes de diva que sí plasmaba el documental de 1991 En la cama con Madonna, donde Alec Keshishian mostró sin filtros lo que realmente ocurría entre bambalinas en la gira Blond Ambition. Ya lo dijo su hermano, Christopher Ciccone, fallecido en octubre, en el incendiario Vivir con mi hermana Madonna, un libro publicado en 2008 que les enemistó durante años: “Cuando abandona ese control y permite que otras personas lo lleven, consigue mejores resultados, como ocurrió con Evita. Su mala elección y su excesivo control han provocado que su carrera como actriz sea lo que es”. No en vano, ha sido galardonada con nueve Golden Raspberry Awards, los populares Razzies.

A excepción de Buscando a Susan desesperadamente (1985), Ellas dan el golpe (1992) y el mencionado musical de Alan Parker, que la hizo alzarse con el Globo de Oro a la Mejor Actriz en comedia o musical en 1997, los reveses en la gran pantalla han marcado su trayectoria. Y si bien Filth and Wisdom (2008) y W.E. (2011), sus dos incursiones en la dirección, no fueron severamente atacadas por la crítica, ninguna alcanzó la acogida comercial prevista. “No creo que a la gente le guste que tenga éxito en otras áreas además de la música”, declaró a Matt Lauer, de NBC News, refiriéndose al fracaso de Barridos por la marea (2002), una comedia romántica firmada por su entonces esposo, Guy Ritchie, vilipendiada tanto por la prensa como por el público. Hollywood nunca la ha tomado en serio, ni como actriz ni como directora. Ese desprecio, sumado al enfoque personal y arriesgado del biopic, sigue frenando una iniciativa que, aun con un gran estudio como Universal detrás, no ha logrado la financiación ni el apoyo necesarios para despegar. Al menos, por el momento.

Aunque siga sin definirse, los pocos detalles que han trascendido de esta dilatada fase de preproducción han sido suficientes para generar un puñado de titulares explosivos. Sin ir más lejos, The Sun informó en 2021 que Diablo Cody puso fin a su colaboración debido a discrepancias con la artista, algo que Entertainment Weekly desmintió: al parecer, Cody entregó un primer borrador del guion y Erin Cressida Wilson, quien adaptó al cine la novela La chica del tren, tomó las riendas para pulirlo. Pero lo que realmente dio que hablar fue la primicia que The Hollywood Reporter difundió el 2 de marzo de 2022 sobre unas audiciones dignas del mejor reality de supervivencia. Descritas como “un campamento militar”, con jornadas maratonianas de hasta 11 horas, las aspirantes al papel de Madonna debían bailar, cantar y, en definitiva, “ser capaces de hacer de todo”.

Al ser preguntada en mayo por ello, la cantautora Lindsey Jordan, más conocida como Snail Mail, corroboró los rumores: “Fueron como unas Olimpiadas. Tuve que ver el documental de su gira, que era genial, y había entrevistas específicas que tenía que emular. Supongo que me estaban considerando para la parte de su carrera de Like a Virgin, así que me dieron un video musical de esa época y me pidieron que hiciera mi propia secuencia de baile de cuatro minutos. Eso fue lo que realmente me pateó el trasero; yo no bailo. Había como 400 tomas en mi Dropbox”.

Finalmente, Julia Garner, la favorita de los fans, se impuso a actrices como Florence Pugh, Alexa Demie, Sidney Sweeney, Barbie Ferreira y Odessa Young, así como a las cantantes Bebe Rexha y Sky Ferreira. También se especula que Julia Fox podría unirse al elenco. A diferencia de Garner, ella no tuvo que someterse a maratones de intensas pruebas, ya que interpretaría a Debi Mazar, una de las mejores amigas y confidentes de la estrella, desde que, a principios de los ochenta, coincidieran en el ascensor del club neoyorquino Danceteria.

Hablar de Madonna es hablar de instinto, audacia y transgresión. Desde el controvertido videoclip de Like a Prayer hasta el provocador libro Sex, a lo largo de cuatro décadas ha desafiado en incontables ocasiones los convencionalismos, esquivado el qué dirán y seguido su visión con una determinación inquebrantable. A la espera de un biopic que promete ser tan polarizador como ella misma, la arquitecta del pop moderno se lanza al vacío una vez más. Al fin y al cabo, jamás ha necesitado la aprobación de nadie para brillar: su auténtica fuerza radica en desafiar las reglas que, incluso las nuevas generaciones de artistas, temen cuestionar.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_