Sánchez y los presidentes autonómicos debaten qué hacer frente a la covid con los contagios en máximos de la pandemia
España registra la mayor cifra diaria de infecciones, con 49.823 casos. La Comisión de Salud Pública acuerda que los contactos estrechos de positivos por la ómicron que estén vacunados no tendrán que guardar cuarentena
La pandemia sigue desbordada en España: este martes ha batido el récord de contagios por covid notificados en un día, 49.823. Nunca antes desde que hay estadísticas fiables —en la primera ola el conteo de casos fue irregular— se había alcanzado esta cifra. La más alta hasta ahora había sido el 21 de enero, en pleno pico de la tercera ola, cuando se llegó a las 44.357 infecciones reportadas en 24 horas. A las puertas de las Navidades, España se sumerge en una nueva ola con las incidencias disparadas —695 casos por 100.000 habitantes a 14 días este martes, un 68% más que hace una semana— con el debate político abierto sobre nuevas restricciones y los profesionales sanitarios urgiendo medidas para contener la expansión del virus. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se reúne este miércoles con los presidentes autonómicos para “evaluar” nuevas acciones que frenen los contagios o impidan que sigan desbocados, aunque por ahora solo Cataluña ha movido ficha y quiere implantar el toque de queda y cerrar el ocio nocturno.
A falta de lo que se concrete en esta Conferencia de Presidentes, que tendrá lugar en formato telemático desde el Senado, el resto de las comunidades no han alzado la voz en favor de medidas estrictas. Si acaso, el retorno de la mascarilla en exteriores, que ha planteado alguna autonomía, como el País Vasco. Nada más contundente. El presidente catalán, Pere Aragonès, ha reclamado extender su propuesta al resto de España e incluso ha contactado con sus homólogos de Baleares, País Vasco y Comunidad Valenciana para intentar coordinar algunas medidas, aunque no han decidido nada.
Navarra, Aragón, La Rioja y País Vasco siguen con las incidencias más elevadas, superando los 1.000 casos por 100.000 habitantes a 14 días, aunque todas las comunidades tienen los contagios disparados: Madrid, por ejemplo, también ha registrado este martes un récord con 11.221 contagios reportados, la cifra más alta registrada en la pandemia. El Ministerio de Sanidad ha sumado este martes 94 fallecidos al cómputo global, que asciende a 88.887 a lo largo de la crisis sanitaria.
La presión asistencial, aunque a menor ritmo que los contagios, sigue una tendencia ascendente. En total, en España hay 7.634 personas hospitalizadas con covid, un 20% más que la semana pasada. De ellas, 1.472 se encuentran en la UCI, un 21% más que siete días atrás. Con todo, estas cifras están lejos de los datos registrados en el pico de la tercera ola, a finales de enero, cuando llegó a haber 30.000 personas hospitalizadas con covid y cerca de 5.000 en la UCI. Cataluña, con 662 contagios por 100.000, es ahora mismo la comunidad que soporta una mayor presión asistencial: el 30% de sus camas de cuidados intensivos están ocupadas por pacientes con covid (386 enfermos en total). Hay además otras siete comunidades por encima del 20% y Melilla, que supera el 35%.
Sin embargo, a pesar del auge de los contagios y la expansión de la variante ómicron, más transmisible y con cierto escape vacunal, la Comisión de Salud Pública ha acordado este martes “por mayoría” que los contactos estrechos plenamente vacunados de un positivo con esta mutación no tendrán que aislarse, aunque, se les recomienda que “durante este período de 10 días después del último contacto con un caso confirmado deben limitar sus actividades a las esenciales, reduciendo todo lo posible interacciones sociales”. La actualización del protocolo del Ministerio de Sanidad limitará a partir de ahora la cuarentena obligatoria de 10 días a los no vacunados y a las personas que, pese a tener la pauta vacunal completa, están inmunodeprimidas o son contactos de positivos por las variantes beta y gamma (muy residuales en el contexto español).
La decisión de la Comisión de Salud Pública es plenamente contraria a la adoptada por Cataluña, que la semana pasada anunció que a partir de este jueves ordenaría cuarentena a todos los contactos estrechos, independientemente de su estado vacunal, y no les haría pruebas diagnósticas a no ser que tuviesen síntomas. Esta medida, sin embargo, no se ha extendido finalmente al resto de España. Tras el anuncio de la Comisión, y dada la divergencia del criterio científico aplicado, el Departamento de Salud catalán ha indicado en un comunicado que “evaluará qué acciones emprende para garantizar un eficaz control de la pandemia sin añadir más confusión a la ciudadanía”.
Para Salvador Peiró, epidemiólogo de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (Fisabio), epidemiológicamente, la decisión de la Comisión “no tiene sentido”. “Sobre todo, cuando no paramos de ver vacunados contagiados”, explica. Aunque expone algunas cuestiones que pueden haber hecho decantar la balanza para eliminar las cuarentenas a los contactos: “Hay un argumento razonable, que es que no queremos sembrar confusión con los efectos de las vacunas. Pero la etapa de rascar no vacunados ya ha pasado y lo que queremos es poner terceras dosis porque la cobertura decae contra la transmisión, aunque no tanto contra la enfermedad grave o la muerte”. Otro argumento es más económico, apunta: “Si te pones a aislar ahora a la gente habría muchos problemas en muchos sectores. Y ahora no se hace baja a los contactos estrechos porque no están aislados. Si hacen cuarentena, esa baja laboral la tiene que pagar la Seguridad Social”.
La epidemia, con todo, apunta al alza en España. Sobre todo, tras la explosión de casos de la variante ómicron. En una nueva evaluación rápida de riesgo sobre esta variante, Sanidad ha valorado que el riesgo de diseminación es “muy alto” y también el impacto que tendrá a nivel poblacional. El Ministerio sube así un escalón desde la última actualización de valoración de riesgo a principios de mes —solo se habían reportado seis casos y el riesgo de expansión estaba catalogado como “alto”— y recomienda “establecer límites en el número de participantes en eventos públicos”. Durante las fiestas navideñas, el documento también recoge la recomendación de “limitar reuniones sociales con familiares y amigos, las comidas y fiestas de empresa y los actos públicos donde pueda haber aglomeraciones”.
Por lo pronto, y a expensas del aval de la justicia, solo Cataluña ha anunciado restricciones serias para frenar la ómicron a partir del viernes: toque de queda, cierre del ocio nocturno, aforos reducidos en la hostelería y limitación de reunión a un máximo de 10 personas. El resto de las comunidades, al igual que el Gobierno, se han limitado a recomendar precaución en los encuentros sociales y alentar la vacunación. Mientras, la variante ómicron sigue ganando terreno.
En España ya se han confirmado, mediante técnicas de secuenciación genómica, casos importados de Sudáfrica y positivos por ómicron asociados a transmisión comunitaria. De hecho, los casos de esta variante se han disparado en las últimas semanas y, con datos todavía muy preliminares y gran variabilidad entre las comunidades, el último informe de Sanidad recoge que el 47% de las muestras secuenciadas en la semana del 6 al 12 de diciembre son ya de este linaje.
Vacunación
El documento de Sanidad también recomienda acelerar la administración de terceras dosis. Según los estudios preliminares de efectividad vacunal del Reino Unido recogidos en el documento de Sanidad, la efectividad de la vacuna es menor que ante la variante delta —por debajo del 40% a las 15 semanas de la segunda dosis—. Sin embargo, 15 días después de la tercera dosis, se recupera efectividad hasta niveles del 75%.
En España, donde la cobertura vacunal de la población roza el 80%, ya se han administrado más de 11 millones de dosis de recuerdo. El 74% de los mayores de 60 años ya la han recibido y también el 54% de los vacunados con el fármaco monodosis de Janssen. La inyección de terceras dosis a la población priorizada por nivel de riesgo —la Comisión de Salud Pública aprobó la semana pasada administrarla a los mayores de 40 años— se combina con la campaña de pinchazos a los niños de 5 a 11 años: en menos de una semana desde el inicio de la vacunación a este grupo de edad (son 3,3 millones de niños en España), un 13,4% ya ha recibido la primera dosis.
En este contexto es en el que se reúne este miércoles la Conferencia de Presidentes. El objetivo de la cumbre es abordar “la situación provocada por la covid y reforzar la cogobernanza y la cooperación institucional”, según La Moncloa, que por el momento se resiste a aprobar restricciones para el conjunto del país y ha delegado en las comunidades la gestión de la crisis. Fuentes del Gobierno señalan que no piensan en un nuevo estado de alarma o en limitar el movimiento dentro del país, algo decisivo en plenas Navidades. El presidente, sin embargo, sí quiere buscar un consenso para acordar entre todos la forma de enfrentarse a esta nueva ola con algunas restricciones añadidas.
No obstante, la mayoría de las comunidades han descartado hasta ahora imponer nuevas limitaciones de horario al ocio nocturno, e incluso aumentar las restricciones de aforo que operan en algunos territorios. Cinco regiones, a las que previsiblemente se sumarán varias más, propondrán en la Conferencia de Presidentes el uso obligatorio de las mascarillas en exteriores, con la mirada puesta en las grandes aglomeraciones durante las fiestas navideñas. Cataluña se ha adelantado a todas con medidas restrictivas intensas y con la petición de que se “extiendan” a otras comunidades con una situación epidémica similar para garantizar el éxito de las medidas y atajar la sexta ola.
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