El futuro centro erótico de Ámsterdam que choca con la Agencia Europea del Medicamento
El nuevo inmueble tendrá espacio para 100 trabajadores sexuales, además de zonas de restauración, arte y cultura, pero una de las posibles ubicaciones es el distrito de la feria de muestras, cerca del edificio de la EMA
El Barrio Rojo de Ámsterdam cuenta hoy con 249 ventanales desde donde se muestran las trabajadoras del sexo. Es uno de los más concurridos de la capital holandesa, y también uno de los distritos que más preocupan al Ayuntamiento, debido a las aglomeraciones turísticas y el consumo de drogas y alcohol. Para aliviar la zona, Femke Halsema, la alcaldesa, planea crear un gran centro erótico alejado del centro con espacio para 100 trabajadores sexuales “sin distinciones de género y orientación”, y zonas dedicadas a la restauración, arte y cultura. Dos de las tres posibles ubicaciones están junto a la feria de muestras y congresos de la ciudad (RAI, en sus siglas neerlandesas). Allí se encuentra también la Agencia Europea del Medicamento (EMA), que ha mostrado este martes su preocupación.
La EMA es un organismo que evalúa las solicitudes de autorización y comercialización de medicamentos en la Unión Europea, y ha hecho valer su posición. En un comunicado que refleja la tensión del momento, señala que “trabajamos de cerca con la Comisión Europea, a la que mantendremos informada sobre este asunto”. A continuación, lamenta haberse enterado “por la prensa de los planes acerca del centro erótico, cuando el proceso estaba ya en fase de consultas públicas, y sin haber recibido un mensaje directo por parte del Ayuntamiento de Ámsterdam”. A la dirección de la agencia le preocupa la protección y seguridad de sus más de 900 empleados, y la de los delegados internacionales que entran y salen de sus instalaciones, a veces tarde por la noche, y se hospedan en los hoteles cercanos. “El Ayuntamiento quiere aligerar el Barrio Rojo porque le preocupa el ruido, el tráfico de drogas, las borracheras y los desórdenes. Ese mismo efecto negativo puede generarse instalando el centro erótico en una zona adyacente a nosotros”, dice la nota. Como refuerzo a sus palabras, se invoca el acuerdo para instalarse en Países Bajos “donde el Estado anfitrión está obligado a garantizar la seguridad y tranquilidad de las instalaciones, evitando perturbaciones en sus cercanías”.
Dado lo delicado de la situación, la respuesta de la alcaldesa Halsema llegó el mismo martes por la tarde. “No van a ser vecinos. En el mapa del proyecto puede verse que hay medio kilómetro de distancia entre la agencia europea y el centro erótico”, han recalcado sus portavoces. Han añadido que “las trabajadoras sexuales operarán en el interior del inmueble, y por supuesto que hablaremos con la EMA”. Las declaraciones pueden interpretarse como un ejercicio de contención de daños, tras el esfuerzo realizado por el Gobierno holandés para atraer a este organismo internacional. Tenía su cuartel general en Londres y se trasladó a Países Bajos en 2019 debido al Brexit. Dos años antes, la ciudad de Ámsterdam fue elegida por el Consejo Europeo de entre una lista de 19 en la que figuraban otras candidatas como Barcelona, Copenhague, Milán y Viena. Guido Rasi, su director hasta 2020, afirmó entonces que la urbe elegida debía resultar segura y atractiva, y el 65% del personal estuvo de acuerdo en mudarse a la capital holandesa. En 2018, la revista Pharmaceutical Engineering, radicada en Estados Unidos, calculó lo siguiente: “La ganancia inesperada con la llegada de la EMA podría suponer unos mil millones de dólares para Ámsterdam”. No se trata solo de las 36.000 visitas de expertos anuales estimadas, con el consiguiente empujón para hoteles y restaurantes. Es también el apoyo a proyectos y grupos de investigación, que estimulan el sector en el mundo académico holandés.
Prostitución legal, pero no en la calle
La prostitución es legal en Países Bajos desde el año 2000, pero no en las calles, y los problemas del Barrio Rojo son recurrentes. Situado en el casco antiguo, las ventanas que atraen a los turistas datan de principios del siglo XX, y fueron aumentando a partir de 1960. Desde 2020, están prohibidas las visitas guiadas para turistas y también el consumo de alcohol al aire libre. Sin embargo, el enclave sigue bajo presión por el flujo de curiosos, que dificulta la vida de los vecinos, unos 4.500, según la estadística municipal. De madrugada, se repiten los gritos y cánticos, el lanzamiento de objetos y el consumo de drogas, según el rastreo efectuado por ojeadores del propio Consistorio. La alcaldesa Halsema ha reconocido que “el sexo forma parte de Ámsterdam y no desaparecerá, pero la situación del Barrio Rojo es insostenible”. Con el centro erótico espera lograr “un espacio que tenga cierta clase y distinción, donde no quepan los delincuentes, y con un programa sobre el erotismo y la sexualidad, con seminarios y talleres sobre salud e inclusión social”. Construido y gestionado por empresas ajenas, el Consistorio prevé ceder el terreno. Este martes, una reunión de vecinos del barrio donde se alzan las instalaciones de RAI, dejó claro su parecer. Dijeron esto: “Llamemos a las cosas por su nombre: se trata de un mega burdel, y no va estar en un barrio lleno de escuelas. Espantoso. La alcaldesa nos llama ‘esos que no quieren las cosas en sus cercanías´. Bien, pues no lo queremos aquí, pero tampoco cerca de otros ciudadanos”.
Red Light United, el sindicato que reúne a las trabajadoras del sexo del Barrio Rojo, indica que “solo un 7% de las afectadas ve futuro en los planes municipales: ningún barrio espera que instalen un centro erótico en sus calles, y es lógico que haya protestas”, señalan en un comunicado colgado en su página web. El colectivo no quiere que se cierren más ventanas en el barrio y no se siente escuchado por la alcaldesa, en opinión de su presidenta, Felicia Anna. “Solo nos llaman para que pongamos una cruz en el casillero correspondiente, y así puedan decir que nos han consultado; nada más lejos de la realidad. Mientras se levante a costa de las ventanas del Barrio Rojo, seguiremos oponiéndonos”, escribe en la web. El otro posible lugar señalado en los planes municipales se llama NSDM, y está ubicado en los antiguos terrenos de la empresa de construcción naval de las mismas siglas. Es un antiguo muelle al norte de la ciudad que se ha urbanizado, y tiene ahora galerías de arte, restaurantes y un museo, STRAAT, dedicado al grafiti, entre otros. No hay respuesta, por ahora, de parte de sus vecinos.
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