El jurado declara culpable de asesinato al hombre que disparó a su pareja de 17 años en El Rubio (Sevilla): “La tenía completamente cosificada”
Aunque no se ha admitido la atenuante de drogadicción, la Fiscalía rebaja la pena a 24 años y 9 meses de prisión porque se ha sustituido la calificación de la escopeta con la que la mató de arma prohibida a arma sin licencia
El jurado popular ha dictaminado que Germán C.V. es culpable de haber asesinado a su entonces pareja, Elia, una joven de 17 años, a la que mató de un disparo a bocajarro en 27 de febrero de 2023 con una escopeta de caza, en la localidad sevillana de El Rubio. Aunque el hombre, que entonces tenía 22 años, confesó el asesinato durante la vista oral, el veredicto no ha sido el esperado, en tanto que la Fiscalía y la acusación particular, ejercida por la madre de la víctima, habían rebajado la petición de pena, de 42 años y prisión permanente revisable, respectivamente, a 25 años por entender que concurrían las atenuantes de reparación —el condenado abonó a la familia de Elia 30.000 euros― y drogadicción. Los miembros del jurado, sin embargo, no han considerado que Germán C.V. cometiera el delito afectado por su dependencia de las drogas, pero sí han modificado la calificación de la escopeta con la que le disparó de un arma ilegal a una sin licencia, lo que ha obligado al Ministerio Fiscal a disminuir los 25 años, a 24 años y nueve meses.
“Le causó la muerte intencionadamente”, ha dictaminado el jurado, que ha leído su veredicto este martes, que también ha considerado probado que Elia tenía una “dependencia emocional” de su asesino, que la “golpeaba e insultaba con habitualidad”. “La tenía totalmente cosificada”, han dictaminado los miembros del jurado, que no han declarado culpable a Germán C.V. de un delito de aborto, porque a lo largo de la vista oral, se concluyó que él no sabía que la menor estaba embarazada cuando le quitó la vida.
Esa circunstancia, como la atenuante de drogadicción y reparación, fue determinante para la rebaja inicial de las penas tras el desarrollo de las pruebas. Ambas partes coincidieron en solicitar una condena de 25 años de cárcel, por un delito de asesinato, delito continuado de amenazas con las agravantes de parentesco y género, delito de lesiones y de malos tratos en el ámbito de la violencia de género, además de 15 años de destierro de El Rubio y la indemnización de más de 91.000 euros a la madre de la víctima.
Aunque a lo largo del juicio, Germán C.V. insistió continuamente en su adicción a las drogas desde los 16 años y que el día que en que mató a su pareja había estado consumiendo y bebiendo todo el día, y su abogada reforzó esa atenuante alegando que “sufre un trastorno de personalidad antisocial e inteligencia límite que le hace difícil controlar sus impulsos”, el jurado se ha apoyado en el informe del Servicio de Toxicología a partir de los cabellos del condenado que no concluía que hubiera consumido o estuviera bajo el síndrome de abstinencia.
Lo que sí ha quedado claro, porque el propio condenado, lo confesó en su declaración, es que él mató a bocajarro a su pareja con una escopeta de caza —en lo que fue una ejecución, de acuerdo con la reconstrucción forense y los testimonios de los agentes del Equipo Mujer-Menor (Emume) de la Guardia Civil— y que durante el año que duró su relación no paró de amenazarla y maltratarla. “Cogí la escopeta y le pegué un tiro”, confesó la semana pasada durante la vista oral. “Ella no tuvo ninguna posibilidad de defensa, no se esperaba eso”, reconoció.
Tras ser detenido, Germán C.V. declaró que había fabricado un arma casera que se le había disparado sola. Precisamente, el hecho de que no se tratara de un arma fabricada, que sí es ilegal, sino una escopeta ordinaria, es lo que ha llevado a calificar el delito de arma ilegal a arma sin licencia.
Pero, más allá de con qué la matara, los forenses fueron muy claros sobre el cómo la mató en el juicio: la víctima estaba “en una posición inferior respecto de su agresor, podía estar sentada o de rodillas”. El impacto fue “a cañón tocante” en la parte superior de la frente. “Esta chica estaba sumida, totalmente rendida”, aseguraron antes los agentes de la Emume, para quienes lo que provocó el asesinato fue porque él había averiguado que estaba embarazada ―ella ya se vio obligada a abortar en 2023―. Una hipótesis que ellos tampoco pudieron corroborar con indicios, cuando fueron interrogados por la abogada de la defensa.
Su asesino aseguró que ese día, el 27 de febrero, había estado consumiendo droga y bebiendo todo el día y que una discusión con un vecino le puso muy nervioso y, como ella lo llevó hasta su parcela para tratar de calmarlo y no lo dejó salir, se “emperró con ella”. “Cogí la escopeta y le pegué un tiro”, relató en el juicio, en el que pidió disculpas a la familia. “Estoy dispuesto a pagar lo que sea por lo que he hecho, sé que no tengo perdón y que lo tengo que pagar”.
Agresiones continuas
Pero el maltrato al que Germán G. V. sometió a la menor fue continuado en el tiempo, como él también reconoció: “La he insultado, la he maltratado y la he agredido”. La Fiscalía describió varios momentos. El 11 de enero de 2023, cuando le golpeó en la cabeza y la cara, dejándole hematomas en los ojos; el 15 de enero, donde la amenazó: “como te pegue un guantazo, vas a escupir los dientes” y el 22, cuando le trasladó reproches por sus celos. Además, dos días antes de asesinarla, le mandó un WhatsApp con una imagen de la escopeta —para la que no tenía licencia, tal y como él también aseguró― en el que la amenazaba con pegarle un tiro. Una amenaza que cumplió dos días después.
La vista, que arrancó con un momento de gran tensión cuando los padres de Elia vieron entrar a su asesino en la sala, ha servido para que la defensa de Germán G.V. sí haya podido presentar las atenuantes para rebajar su condena definitiva: el resarcimiento, al haber consignado 30.000 euros a la familia de su víctima.
En lo que va de año, 44 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas. Desde que arrancó la estadística oficial, en 2003, son 1.289 mujeres.
El teléfono 016 atiende a las víctimas de violencia machista, a sus familias y a su entorno las 24 horas del día, todos los días del año, en 53 idiomas diferentes. El número no queda registrado en la factura telefónica, pero hay que borrar la llamada del dispositivo. También se puede contactar a través del correo electrónico 016-online@igualdad.gob.es y por WhatsApp en el número 600 000 016. Los menores pueden dirigirse al teléfono de la Fundación ANAR 900 20 20 10. Si es una situación de emergencia, se puede llamar al 112 o a los teléfonos de la Policía Nacional (091) y de la Guardia Civil (062). Y en caso de no poder llamar, se puede recurrir a la aplicación ALERTCOPS, desde la que se envía una señal de alerta a la Policía con geolocalización.
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