Cataluña investiga un brote de tuberculosis con más de 25 afectados en Barcelona y su área metropolitana

La Generalitat de Cataluña investiga un brote de tuberculosis que sigue abierto y que ha afectado al menos a 26 personas desde diciembre de 2022 en el área metropolitana de Barcelona, según una investigación publicada en la revista Enfermedades Emergentes y que ha avanzado este jueves El Periódico. Las localidades con mayor número de casos son L’Hospitalet de Llobregat y Barcelona capital, aunque también hay diagnosticados en ciudades como Terrassa y en la zona metropolitana norte.

El origen del brote, el mayor ocurrido en los últimos años en Cataluña, ha sido una persona diagnosticada en diciembre de 2022 que no cumplió el tratamiento adecuadamente y, además, protagonizó varias “fugas hospitalarias”, según los investigadores. “El mal control de un paciente con tuberculosis y complejidad social extrema involucró a diversos servicios sanitarios, policiales y judiciales durante prácticamente 2 años sin que pudieran ser resolutivos”, suscriben los autores en el trabajo publicado.

El artículo está firmado por los equipos sanitarios que atendieron al paciente, siguieron su evolución y realizaron la vigilancia epidemiológica. El Servicio de Microbiología del Hospital Germans Trias i Pujol, en Badalona, responsable del estudio de epidemiología molecular, no considera que el brote esté cerrado y opina que pueden seguir detectándose nuevos casos, según El Periódico. De hecho, dadas las circunstancias de muchos pacientes, se desconoce cuántos de los positivos siguen todavía con la infección activa.

Antes del diagnóstico de finales de 2022, el primer caso ya había sufrido la enfermedad anteriormente y “cumplido un primer tratamiento en prisión” en 2021. “En diciembre de 2022 es diagnosticado nuevamente de tuberculosis bacilífera tras el contacto en un piso okupa con una compañera. En junio de 2023, tras muchos abandonos del tratamiento y fugas hospitalarias, la Agencia de Salud Pública de Cataluña solicitó al Juzgado su ingreso involuntario en Serveis Clínics (SSCC) con custodia policial; que fue autorizado 6 días después”, describen los investigadores.

La tuberculosis es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis, que en su forma más común afecta a los pulmones, pero también puede infectar otras partes del cuerpo, como los riñones, la columna vertebral y el cerebro (tuberculosis extrapulmonares). Se transmite de persona a persona a través de gotitas de saliva expulsadas al toser, estornudar o hablar. Los síntomas más comunes que produce la infección son tos persistente, pérdida de peso y fatiga. El tratamiento está basados en antibióticos que deben tomarse durante varios meses.

Las características de la enfermedad hacen que en ocasiones sea extraordinariamente complejo el control de los brotes. Una primera razón es que una persona infectada puede convivir con la bacteria latente durante meses o años sin tener síntomas ni ser contagiosa, lo que dificulta mucho el rastreo de contactos. Otra causa es que suele afectar a colectivos desfavorecidos, que viven en condiciones que facilitan los contagios, como por ejemplo el hacinamiento, pero que luego dificultan el seguimiento de los casos y el cumplimiento de los tratamientos.

Por esta razón los autores consideran que “en casos extremos como el presentado deberían consensuarse y tener preparados protocolos para solicitar a las instancias judiciales el ingreso obligatorio en una unidad sanitaria dotada de vigilancia continuada que dificulte su fuga y donde siga el tratamiento [...] y los controles de la enfermedad de forma estricta”.