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El mayor líder indígena de Brasil regaña a Lula por su intención de extraer petróleo en el delta del Amazonas

El cacique Raoni Metkutire critica la destrucción que traería el petróleo mientras el presidente le condecora en su aldea con la principal distinción del Estado

Lula Brasil indígenas

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, viajó hasta una aldea en los confines de la selva amazónica para que el principal líder indígena del país le diera un tirón de orejas. El cacique Raoni Metuktire, un venerable anciano (no se conoce su edad con exactitud, se sabe que nació en los años treinta) dio la bienvenida a Lula y a una comitiva de ministros en su aldea en el parque nacional de Xingu para recibir la más alta distinción del Estado brasileño, pero decidió aprovechar la ocasión para regañar al presidente por su intención de extraer petróleo cerca del delta del Amazonas.

“Sé que, en el delta del Amazonas, está pensando en el petróleo que hay allí debajo del mar; pienso que no [debería extraerlo*, porque esas cosas, de la forma en que están, garantizan que tengamos un medio ambiente con menos contaminación y menos calentamiento”, afirmó Raoni, como siempre en su lengua materna kayapó, traducido al portugués por un intérprete. “Yo soy chamán, he contactado con los espíritus, que saben los riesgos que tienen continuar trabajando de esa forma, de destruir, destruir y destruir”, añadió.

Los yacimientos de petróleo escondidos bajo el océano a 500 kilómetros frente al delta del Amazonas se han convertido en la piedra en el zapato del discurso ecologista de Lula y en un problema con vistas a la COP30 del clima, que Brasil celebrará en noviembre y donde el Gobierno pretendía desplegar todo su escaparate de diplomacia verde. La petrolera Petrobras está ansiosa por explotar esa región y Lula es abiertamente favorable. El permiso depende de técnicos del Ministerio de Medio Ambiente, a los que Lula acusó hace poco de estar mareando la perdiz, porque en su opinión están tardando demasiado.

En su discurso, Lula no entró en el espinoso tema del petróleo, encajó la crítica manteniendo la compostura y puso en valor el trabajo del Gobierno en defensa de los pueblos indígenas, como las operaciones con militares para expulsar a invasores de sus tierras o el reconocimiento de 13 nuevos territorios como tierras indígenas. “Los que se quejan de que los indígenas tienen mucha tierra en Brasil, el 14%, no deben olvidarse de que, un día, los indígenas tenían el 100% del territorio nacional y que, por lo tanto, tienen derecho a reivindicar, pelear y conquistar las tierras que sean necesarias para mantener al pueblo indígena, su cultura y su tradición”, dijo.

El presidente y su esposa, la primera dama Janja da Silva, recibieron un collar de conchas y un cesto. El cacique Mekturike fue condecorado con el grado más importante de la Orden Nacional del Mérito del Estado brasileño, en reconocimiento por su trabajo de décadas en defensa de la Amazonía y los pueblos nativos. Es común ver al cacique con su cocar (tocado) de plumas amarillas y el disco que usa en su labio inferior recorriendo los pasillos del poder en Europa o codeándose con estrellas de la música y el cine, como con Sting, con quien emprendió una gira para concienciar al mundo que le llevó por 17 países. Su figura sigue siendo un imán. Esta misma semana también recibió en su aldea a la actriz Angelina Jolie.

Lula y Raoni mantienen una estrecha relación desde hace años, y fue él el escogido para representar a los indígenas brasileños y subir la rampa del Palacio del Planalto en la emocionante toma de posesión con la que Lula inició su mandato. Como Bolsonaro se negó a entregarle la banda presidencial, lo hicieron varios representantes de la sociedad civil. Desde entonces, el venerable activista había expresado algo de frustración por los rumbos del Gobierno, que da una de cal y una de arena. Por un lado, se aplaudió la creación del Ministerio de los Pueblos Indígenas, con la reconocida líder Sônia Guajajara al frente, pero por otro lado se ha criticado la lentitud en la demarcación de tierras indígenas o la insistencia en los faraónicos proyectos de infraestructuras, como el Ferrogrão, una vía férrea pensada para facilitar la exportación de soja que atravesará varias tierras indígenas. A finales de 2023, Raoni ya se quejó de la demora de Lula en cumplir sus promesas. Este viernes recordó que ha tenido que invitarle tres veces hasta que el presidente accediera a visitarle en su aldea.


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