Djokovic: “Estoy muy cerca de mi mejor nivel”
Después de un periodo en la oscuridad, el serbio (Belgrado, 31 años) se aproxima a su versión más prolífica. Él y su técnico, Vajda, charlan con EL PAÍS antes del choque con Nadal en las semifinales
La escena, muy bucólica, transcurre a media mañana en la zona acotada en el All England Lawn Tennis & Croquet Club de Wimbledon para los entrenamientos de los tenistas. Allí, entre flores y olor a jazmín, rodeado de preciosos unifamiliares londinenses, un césped perfecto y sus seres queridos, Novak Djokovic (Belgrado, 31 años) pelotea durante hora y media con el júnior francés Hugo Gaston, zurdo, en medio de un ambiente sumamente familiar y distendido. Ni rastro del rictus torcido y tristón de los dos últimos años.
Hay carcajadas y complicidad. El serbio bromea, ríe y le da unos cuantos toques con el pie a un pequeño balón. También canturrea mientras relaja sus piernas, fibradísimas al igual que todo su cuerpo, cincelado a golpe de vegetarianismo. No le quita ojo a su hijo Stefan, que juguetea con su madre Jelena en una pista anexa, y propone una especie de petanca al resto de su equipo con una serie de bolas que ruedan mansamente hacia una de las líneas de fondo. Keep rolling, keep rolling!, le suplica a una de ellas.
Al finalizar la sesión, el técnico Marian Vajda se detiene delante de tres periodistas que le reclaman una radiografía de Nole, el campeón herido al que después de conquistar 12 grandes se le apagó la luz y se introdujo en un laberinto del que parece haber encontrado la llave. Después, relajado, en chanclas y habiendo ingerido unas cuantas cerezas, el semifinalista también se detiene para departir.
Este viernes –segundo turno, tras el Isner-Anderson que comienza a las 14.00, Movistar+ D2– se mide a Rafael Nadal en la Catedral y antes ofrece con gentileza algunos trazos sobre su resurgir, cada vez más cerca de consolidarse. “¿Listo? ¡Siempre listo!”, dispara en español, antes del comienzo de una charla que prosigue en inglés y se cierra con una amable despedida.
Nadal es claro favorito, pero me gusta cómo estoy jugando y yo tendré mi opción
Pregunta. ¿Qué significado tiene reencontrarse con Nadal en un escenario como este?
Respuesta. Hacía mucho que no disputaba una semifinal de un Grand Slam, así que estoy muy agradecido de poder tener esta oportunidad de jugar contra el mejor jugador del mundo. No jugábamos el uno contra el otro, aquí en la Pista Central, desde 2011, y eso es demasiado tiempo porque nos hemos enfrentado 51 veces. No hemos jugado demasiadas veces en hierba [solo tres, dos de ellas en Wimbledon], y obviamente es muy diferente jugar contra Nadal en tierra que en hierba, aunque él ha está jugando un tenis estupendo. Él está en forma, es merecidamente el mejor jugador del mundo y está pleno de confianza, así que va a ser un partido magnífico para los dos.
"¡No les cuentes los secretos!", bromea mientras habla su preparador de toda la vida, con el que volvió a trabajar en abril después de un paréntesis de un año, incide en que el pulso con Nadal se traducirá sobre todo en una “cuestión mental”. Y, a la vez, dice que su chico no está demasiado lejos de su mejor versión, subrayando: “Su confianza ha aumentado mucho y finalmente él es capaz de producir su verdadero juego. Ya no está bloqueado mentalmente, porque antes esa confianza estaba rota, y ahora tiene la mente limpia. No del todo, pero sí mucho más limpia”.
P. Vajda comenta que no llegó aquí con grandes expectativas. ¿Es eso así?
R. Mmmhh… así, así [ríe]. Marian trata de rebajar la presión… La presión siempre está ahí, pero las expectativas también están siempre ahí. Es realmente difícil para mí decir que no tengo expectativas. He ganado todos los Grand Slams y soy muy afortunado de haber tenido tanto éxito en mi carrera, de modo que siempre encaro todos estos torneos de una forma optimista y con el pensamiento de que voy a poder luchar por el título, así que esta vez no es diferente para mí. Comprendo que Nadal es, por supuesto, el claro favorito porque él es el mejor y ha dominado durante toda la gira de tierra; está jugando muy bien aquí, pero al mismo tiempo me gusta cómo estoy jugando yo y creo que si consigo jugar al nivel que lo he hecho en estos últimos partidos tendré mi oportunidad. Hoy, durante el entrenamiento, todo ha funcionado muy, muy, muy, muy bien.
“Su cuerpo está bien, aunque tenemos que hacer un par de ajustes en el servicio. Hemos trabajado con el saque, con el revés y con ese tipo de cosas, pero sobre todo con el servicio”, observa Vajda, exjugador eslovaco que le tutela desde 2006, muy simpático a lo largo de toda la conversación; “ha trabajado de forma muy consistente durante los tres últimos meses. Él es un gran campeón y en su interior desea ganar todos los partidos, y creo que está preparado para ganar los dos próximos partidos”, agrega.
P. ¿En qué porcentaje está cerca de su máximo nivel?
R. Uff… [suspira]. Es difícil de decir. No sé en qué porcentaje, pero estoy realmente cerca. He jugado un tenis de alta calidad durante la gira sobre hierba esta temporada, probablemente el mejor en un año.
“Su mente está más clara, más limpia. Está más centrado porque ha ganado muchos partidos después de una etapa muy difícil”, reincide Vajda, que elogia sin parar a Nadal (“está jugando un tenis excepcional, así que será un partido increíblemente difícil”) y advierte de que Djokovic progresará aún más a corto plazo: “Mejorará todavía más sobre pista dura, en el US Open. Allí debe alcanzar su mejor forma. Aquí no sabíamos hasta dónde sería capaz de llegar...”.
P. ¿Considera, entonces, que está lo suficientemente preparado?
R. Por supuesto, por supuesto. No estaría aquí si no estuviera preparado. Me estoy preparando, estoy gradualmente adquiriendo la forma, tanto física como mentalmente, y creo que he jugado el número suficiente de partidos: cinco en Queen’s y otros cinco aquí, son 10 partidos detrás de mí, así que considero que estoy preparado para este desafío.
Ahora su mente está limpia. Su confianza estaba rota, pero ya no está bloqueado MARIAN VAJDA, TÉCNICO DE DJOKOVIC
En fase creciente, mejorando sensaciones progresivamente desde Roma hasta aquí –derrota con Nadal en el Foro Itálico, cuartos en Roland Garros y final en Queen’s–, el serbio afronta al tenista más en forma. “Rafa ha mejorado muchísimo en los últimos tiempos. Creo que ha mejorado en todo y ha ganado los Grand Slams con mucha superioridad; lo hizo en París y ahora parece que continúa igual”, previene Vajda, de 53 años; “él juega con el mismo estilo en tierra y en hierba, y pone el cien por cien en todos los entrenamientos. Cada jugador tiene su estilo: Novak es de una manera, Rafa es de otra y Federer trabaja de una forma distinta. La rivalidad está ahí siempre, pero la presión sobre Novak ha cambiado definitivamente y creo que Rafa lo tiene ahora más en cuenta”.
Djokovic no renuncia a ser el que era. Todavía le llama el éxito. En Wimbledon ha ido emitiendo señales de que aquel tenista iracundo que arrasó de 2015 a 2016 aún no ha desistido. Le queda mecha y empeño, y después de resetearse y cambiarlo todo –cuerpo técnico, Becker, Agassi, Stepanek y hasta la vestimenta, de Uniqlo a Lacoste– quiere regresar al origen para recuperar al Gran Jefe Nole. A recordar: 18 trofeos (cinco grandes) en su bienio glorioso.
Antes de la cordial despedida, se refiere a una de sus debilidades.
P. ¿Y qué nos dice de su hijo? No le pega nada mal a la pelota, ¿no?
R. ¡Ja, ja, ja! Stefan [de cuatro años, tres más que su hermana Tara] está muy interesado en su derecha, porque es su tiro favorito. Esta es la primera vez que consigue pasar tres bolas seguidas por encima de la red, así que estoy muy feliz. No le empujo para que sea tenista, pero si lo desea, aquí estoy para él.
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