El síndrome de los 20 minutos del Sevilla

”Este equipo no sabe correr detrás de la pelota”. La frase es de Jorge Sampaoli después de analizar el partido de su estreno, el del Sevilla ante el Athletic. Resume bien las carencias de un equipo que se juega esta noche en Dortmund sus escasas opciones de clasificación para los octavos de la Champions (21.00, Movistar LC). Este Sevilla que languidece también en la Liga debería ganar todo lo que le queda (Dortmund, Copenhague en casa y City) y esperar un doble pinchazo del Dortmund para lograr la clasificación. Sin embargo, se trata de un debate que no existe en el club, que se conformaría con amarrar la tercera plaza y jugar la Liga Europa y, sobre todo, iniciar el despegue en la Liga, donde ocupa puestos de descenso.

Una de las principales razones que provoca esta mala situación es el desplome físico del equipo transcurridos unos 20 minutos de partido. Se trata de un factor que ya es considerado como un síndrome. En todos los partidos de la Liga y de la Champions, el Sevilla se ha caracterizado por ofrecer una buena puesta en escena hasta caer de forma estrepitosa a mitad del primer tiempo.

“Tenemos la mandíbula de cristal”, reconocía Lopetegui cuando analizaba las malas actuaciones del equipo. “No creo que sea un problema estrictamente físico, es también mental”, aclaró Sampaoli a la conclusión del choque con Athletic. El argentino era consciente de a lo que se enfrentaba al coger al Sevilla en este momento. En el club ha sorprendido el buen conocimiento que tenía de la plantilla. Le dejó claro a Monchi y a su equipo que habían construido un Sevilla alejado de sus gustos. “Está hecho para jugar al pie y tener el balón, como quería Lopetegui”, aclaró el argentino, partidario de desarrollar una presión intensa en todas las zonas del campo, recuperar el balón y enfilar la meta contraria.

Con este grupo, Sampaoli sabe que no puede proponer su fútbol. El Sevilla, por ejemplo, es el segundo equipo que menos balones recupera de la Champions (100). Solo por delante del Rangers (97). La primera revolución que está emprendiendo el entrenador para pelear contra ese desplome físico es tocar el aspecto mental. En este sentido, ha sido muy significativa la recuperación de Marcao, el central brasileño fichado por Monchi procedente del Galatasaray para ser uno de los sustitutos de Koundé y Diego Carlos. El zaguero jugó ante el Athletic sin el alta médica. Sampaoli convenció al brasileño en el entrenamiento del viernes. Le habló de la necesidad que tenía el equipo de su concurso, de que lo había seguido en el Galatasaray y de que se iba a convertir en un futbolista importante en el proyecto. Marcao jugó y el Sevilla, al menos, empató.

Sampaoli colocó de titulares también al lateral Montiel y al medio Papu Gómez. Los dos son argentinos. Los dos, en especial el primero, estaban en el más completo ostracismo con Lopetegui. Además, el entrenador se cargó de una tacada a José Ángel y Salas, los dos defensas canteranos que el vasco había venido utilizando con asiduidad desde el principio de Liga. Y también, en un mensaje evidente, alineó a cinco de los seis fichajes realizados por Monchi este verano (Nianzou, Marcao, Telles, Isco y Dolberg). Todos menos Januzaj. Lopetegui solo contaba de inicio con Isco. En la lista de futbolistas que no disputaron ni un minuto contra el Athletic llamaron la atención las ausencias de Rakitic, Navas, el citado Januzaj y Rafa Mir.

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