Un punto de paz para Rayo y Sevilla
El empate apenas satisface las aspiraciones europeas de los madrileños y frustra la remontada liguera de los andaluces, salvados de la derrota por Bono
El Rayo y el Sevilla firmaron un empate con sabor agrio. Ni Iraola ni Sampaoli, un tigre enjaulado en la grada por su sanción, deben estar demasiado contentos con este punto. El Rayo, superado en la primera mitad, fue mucho mejor en la segunda, cuando llevó la iniciativa hasta el final. Los de Iraola merecieron el triunfo por ocasiones en un segundo tiempo donde llevaron al límite a los andaluces, incapaces de tener el balón y muy bondadosos en defensa. Fue Bono, con un paradón en el minuto 93, el que acabó dándole el punto a su equipo. El Sevilla, sin duda, da muestras de recuperación, como ocurrió en el primer acto, cuando emergió el mejor fútbol de Suso y Gueye se mantuvo con fuerzas en el centro del campo. Su bajada de nivel en el segundo acto obedece a que, todavía, es un equipo con carencias. El empate no es suficiente bagaje para consolidar su ascenso en la Liga, donde anda fuerte en casa, pero es un desastre lejos de Nervión, donde no gana desde el mes de octubre (ante el Mallorca por 0-1). El Rayo lo intentó siempre y le faltó un punto de eficacia. Sus aspiraciones europeas no se consolidan con este empate, aunque la temporada, en líneas generales, es muy buena. Resulta conmovedor observar la intensidad con la que juega este equipo, así como su verticalidad y valentía. Es el sello de Iraola y de un grupo de futbolistas muy comprometido.
A los dos minutos, Bono realizó la primera para de la tarde después de una carrera de Camello que dejó atrás a Fernando, central en una línea de cinco defensas por las bajas en la zaga de los andaluces. Por eso Sampaoli no tuvo más remedio que reclutar a Telles, que volvía a jugar un partido después de su lesión en el Mundial de Qatar con Brasil. Pasado ese susto, el Sevilla se fue asentando gracias al magisterio que empezó a mostrar Suso. El gaditano, un lastre en la etapa de Julen Lopetegui, se ha recuperado de manera evidente. Aunque no aguanta todavía un partido entero a gran nivel, el primer tiempo que ofreció en Vallecas fue primoroso. Hasta el punto de que volvió a marcar dos años después. Eso sí, ayudado por Óscar Valentín, que desvió su disparo desde fuera del área. Fueron los mejores minutos del Sevilla, esos de la primera mitad en los que dominaba en el marcador y también en el juego. A Suso le ayudaba un Ocampos muy dinámico.
El Rayo aumentó la intensidad en la segunda mitad. Sus jugadores van al límite y, a veces, se la juegan. En el minuto 50, Lejeune fue muy fuerte a la banda y le hizo una dura entrada por detrás a Óliver Torres. Jaime Latre, en el VAR, no consideró expulsión la dura entrada del francés, que se salvó de salir del terreno de juego, castigado nada más con la amarilla. Como en el fútbol los detalles tienen mucha importancia, Lejeune acertó a rematar un saque de esquina muy bien sacado por Isi. Ya dominaba el Rayo, con Raúl de Tomás de delantero y con ganas de remontar el partido a un Sevilla que se limitaba ya a defenderse. La salida de En-Nesyri dio cierto aire a su equipo. Es el único delantero en forma que tiene el equipo andaluz viendo el primer tiempo de Mir. El marroquí marcó, aunque en fuera de juego. Raúl de Tomás también hizo lo mismo en un final frenético. Hasta que Bono hizo la parada de la tarde en el alargue. Su intervención fue milagrosa porque el disparo de Álvaro tocó en Navas y se desvió de forma amenazante. Bono salvó el empate para el Sevilla y frustró al Rayo, valiente hasta el final con la entrada de jugadores como Ciss y Falcao.
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