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Hervé Renard pone el ‘show’ y la paz en Francia

El seleccionador, hiperactivo en el área técnica, recupera la armonía del equipo

Hervé Renard
Hervé Renard en un entrenamiento de la selección femenina de Francia, durante el Mundial de Australia y Nueva Zelanda, en Sídney este martes.CARL RECINE (REUTERS)
Jordi Quixano

Puede ser que el personaje haya devorado a la persona, que a Hervé Renard le guste significarse como entrenador. Pero lo que es seguro, después de que Francia se impusiera a Brasil el sábado (2-1), es que su nombre sienta un precedente en el planeta fútbol: es el primer técnico que ha ganado un encuentro en el Mundial femenino y en el masculino, con Arabia Saudí a Argentina en Qatar. Aunque para Francia es mucho más, showman y pacificador, que se juega hoy (12.00) el pase a los octavos frente a la ramplona Panamá.

Renard llegó a la selección francesa después de una tormenta que por el camino se llevó a la entrenadora Corinne Deacon, destituida a falta de cinco meses para el Mundial por fuertes desavenencias con futbolistas insignes como Wendie Renard, hasta el punto que abandonó al equipo porque no avalaba el trabajo técnico. Tras ella desfilaron por la pasarela de la renuncia otras figuras como Marie-Antoinette Katoto y Kadidiatou Diani. Demasiado para la federación francesa, que se exigía un gran torneo —hasta ahora solo tiene una semifinal en la pasada Eurocopa y cuartos en el Mundial de Francia 2019— para un equipo al que le sobra físico y talento para aspirar al cetro. Y el reto lo aceptó Hervé Renard.

El técnico galo cambió los riales saudíes por las Bleues, por más que su contrato sea similar al de Deacon —400.000 euros anuales por los 350.000 de su predecesora; aunque la prima por vencer el torneo es seis veces mayor, de 100.000 a 600.000—, y pronto convenció a las disidentes de regresar al equipo. Aunque tuvo el infortunio de perder antes del torneo a jugadoras capitales como Katoto, Mbock, Cascarino, Henry, Jean-François... Pero no dudó. “He echado un vistazo al fútbol femenino desde 2014. He seguido las grandes competiciones y los partidos de la selección francesa. No escondo que incluso en mi entorno más cercano sorprendió mi decisión. Pero no hay nada que sustituya a las grandes competiciones en nuestra profesión”. Y así lo vive.

Después de empatar frente a Jamaica en su estreno y de recibir críticas, Renard se esforzó en que siguiera la calma, la paz, con sesiones divertidas y competiciones al Teqball, una especie de ping-pong con pelota de fútbol y sin palas. Pero cuando tocó la hora del encuentro ante Brasil, en el que se jugaba casi la continuidad en el certamen, llegó el show de Renard, que decidió grabarse en el vestuario con un móvil al tiempo que daba una charla motivadora. “El fútbol es estar ahí el día que toca y sé que vais a estar ahí. No puedo explicar por qué, pero lo sé”, se arrancó. “Hay momentos en los que va a ser difícil, vamos a tener que atravesar obstáculos. Y los vais a poder superar”, continuó. Y cerró: “Libérate, atrévete, hazlo. Y luego, si no funciona la primera vez, podría funcionar la segunda”.

Una charla que recordó a la que hizo con Arabia Saudí en el pasado Mundial de Qatar en el entreacto ante Argentina. “¿Esta es la presión que hacen? ¿O acaso quieren sacarse una foto con Messi? Pide la pelota y se quedan quietos... ¡Tienen que empujarlo y presionarlo!”, vociferó. Entonces, como ante Brasil, sirvió para vencer. Aunque durante el envite, el técnico, molinillo de aspavientos, se peleó con el banquillo rival del mismo modo que reclamó a los colegiados que daban demasiado tiempo de añadido.

Ahora ya no hay dudas sobre Renard ni sobre Francia, espectáculo y paz a partes iguales.


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