Sorribes y Bouzas fulminan a Brasil

La sinrazón del tenis hizo que la serie de este viernes entre España y Brasil, que había comenzado a las tres de la tarde, finalizase cerca de las diez y media de la noche y ante un graderío semivacío en Ostrava. En cualquier caso, final feliz para el equipo capitaneado por Carla Suárez; de hecho, a pedir de boca. En el estreno oficial de la nueva seleccionadora, un pleno contra Brasil (3-0) y el cúmulo de buenas sensaciones obtenidas para afrontar la decisiva cita de este sábado —también a partir de las 15.00, Teledeporte y RTVE Play— frente a la República Checa, a cara o cruz: la que venza logrará un billete directo para la fase final de la Billie Jean King Cup, que tendrá lugar del 16 al 21 de septiembre en Zhenzhen (China), donde se reunirán las ocho mejores de esta edición.

A los dos triunfos individuales les sucedió el remache en el dobles, de modo que las brasileñas quedaron matemáticamente eliminadas y España se la jugará como a priori se esperaba; esto es, en un mano a mano con las anfitrionas. Abrió la serie con oficio Sara Sorribes, superior a Laura Pigossi (6-3 y 7-5, tras 2h 16m), y confirmó la victoria Jessica Bouzas ante Beatriz Haddad Maia (6-3, 4-6 y 6-4, en 2h 11m). Dos triunfos muy masticados que redondearon por la noche el dúo formado por Sorribes y la cántabra Cristina Bucsa; la pareja también se impuso a Pigossi y Luisa Stefani (doble 6-3, en 1h 22m), y ahora el pase es cosa exclusivamente de dos. Linda Noskova (33ª) y Marie Bouzkova (58ª) serán los huesos individuales de las checas.

“Sabía que iba a ser un partido importante y complicado, y que mi victoria podía ayudar a Jessica. Estamos compartiendo una semana muy bonita. Carla me ha ayudado mucho, con empatía y humildad”, expresó Sorribes, una profesional de largo recorrido que despejó el camino y restó presión a la debutante Bouzas, quien a sus 22 años resolvió con decisión y valentía. La gallega, poco a poco afianzándose en la franja intermedia del circuito de la WTA, encaraba una situación complicada, teniendo en cuenta la responsabilidad y la envergadura de la adversaria, la 17ª del mundo. Sin embargo, supo manejar el duelo y cerrarlo sin dudas. Un golpe ganador con la derecha tumbó a Haddad Maia y certificó el triunfo, completado con el dobles.

Hay química entre Sorribes y Bucsa, quienes a pesar de haberse reunido muy poco, ya han conseguido dos títulos (Madrid y Bogotá) y el bronce olímpico en París. Cumplieron esta vez y redondearon la coralidad después de que Bouzas hubiera dejado su primera huella en la competición. “Estoy supercontenta por cómo me he encontrado. He empezado un poco peor yo, pero Carla me ha ayudado mucho; teníamos que ponerle mucha intensidad”, afirmó la gallega, instalada hoy día en el 69º peldaño del listado. Un triple estreno perfecto: el de ella, el de España en esta fase clasificatoria y el de Suárez.

La nueva técnica, que sustituye a Anabel Medina tras siete años de la valenciana en el banquillo, transmitió su satisfacción y apuntó a la necesidad de recuperarse bien físicamente para hacer frente al escollo final de las checas, quienes dispondrán de un día extra de descanso al haber abierto el grupo B el jueves ante las brasileñas. Pese a la ausencia de sus primeras espadas, contarán con el arrope de la grada y alternativas de garantías. “Es una eliminatoria dura, la República Checa tiene muy buenas jugadoras, pero juegue quien juegue se va a dejar la piel. Nosotras también tenemos un equipazo y vamos a estar muy cómodas jugando. Sé que lo vamos a dar todo”, zanjó Bouzas.