Once provincias españolas carecen de centros de trabajo para deficientes
Del 13 al 16 de diciembre van a tener lugar unas jornadas internacionales de estudio sobre el empleo de los deficientes mentales, organizadas por el Patronato para Ayuda a Subnormales de la Fundación General Mediterránea y el Servicio de Recuperación y Rehabilitación de Minusválidos Físicos y Psíquicos (Serem). Entre los objetivos de estas jornadas está la obtención de estudios básicos y el registro de experiencias, así como la recogida de toda clase de información que ayude a elaborar un plan nacional de empleo para los deficientes mentales en España. El contenido general de estos días de estudio será la legislación y medidas de la Administración Pública y las experiencias en la organización y administración del trabajo de los centros y puestos de empleo de los deficientes mentales.Manuel Velando, jefe de la sección de Centros Ocupacionales del Seiem, presentará una ponencia sobre la planificación de centros ocupacionales en España. En dicha ponencia se recogen las actividades realizadas por los enfermos mentales en los distintos centros que, principalmente, son carpintería, confección, alfombras, montajes y encuadernación, dentro de una larga lista de ocupaciones. Asimismo, se señala que once provincias españolas no tienen registrado ningún centro ocupacional.
Hasta el 11 de abril de 1978 había registrados en España 168 centros ocupacionales que proporcionaban trabajo a 6.037 deficientes mentales, que, junto a los 1.038 deficientes ocupados en Centros de Empleo Protegido, daban un total de 7.075 puestos de trabajo. El número de trabajadores deficientes mentales por centro ocupacional era de 38 y el número de no minusválidos, cinco.
Las edades de los deficientes eran: de dieciséis a veinte años, un 37,95%; de veintiuno a veinticinco, el 23,50%; de veintiséis a treinta, el 11,65%; más de treinta años, el 18,15%. Un 8,75% no especificaba la edad.
Con respecto a su distribución por grado de atraso, se contabilizó como ligeros al 19,42%; medios, al 39,75%; severos, al 18,46%; epilepsia, psiquiatrizados y minusvalías asociadas, un 7,61%; no especificados, un 14,76%.
El autor de la ponencia extrae de los datos anteriores la consecuencia de que no se deben crear trabajos solamente para los ligeros, sino que en un mismo centro ocupacional debe haberlo para ligeros, medios y severos y deberán trabajar unos junto a otros.
La gratificación media mensual por operario deficiente mental en los centros ocupacionales es de 1.334 pesetas. La gratificación máxima asciende a 22.930 pesetas y la mínima a 56 pesetas. El ideal se cifra, según el autor, en que estos trabajadores perciban una cantidad que se acerque al salario mínimo interprofesional y, si no lo permite su rendimiento, ya que la producción de estos deficientes oscila entre un 30% y un 60%, si se la compara con la obtenida por un operario normal, se ha de subvencionar su salario hasta que llegue a percibir la cantidad mínima que demanda sus necesidades.
El absentismo entre este tipo de trabajadores es del 4,05%, que no dista mucho del observado en empresas normales. Las subvenciones a los centros que respondieron a la memoria anual durante 1977 ascendieron a 294 millones de pesetas, que provinieron, fundamentalmente, del Serem y del Fondo Nacional de Protección al Trabajo.
Muy pocos deficientes mentales están dados de alta en la Seguridad Social, aunque en una encuesta realizada en febrero de 1976 dirigida a los directores de centros ocupacionales, el 72% de ellos opinaba que deberían estar afiliados a la Seguridad Social.
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