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Entrevista:

"Es imprescindible conocer perfectamente la oceanografía del estrecho"

Félix Cañada Guerrero, de 55 años, ha sido durante diez años profesor en la Escuela de Ingenieros de Minas y dirige el departamento de geoquímica del Instituto Geológico y Minero de España. Experto en prospecciones geológicas, fue el pionero en España de las prospecciones mineras en el mar. Tiene registradas más de diez patentes, algunas de ellas de aplicación directa en este gran proyecto.Pregunta. Usted lleva trabajando desde hace mucho tiempo en este proyecto, pero no se había atrevido a sacarlo a la luz pública hasta el encuentro hispano-marroquí, celebrado en Madrid en días pasados, en el que se estudiaron las diversas posibilidades para una vía de comunicación permanente entre los dos continentes a través del estrecho de Gibraltar. ¿Por qué entonces y no antes?

Respuesta. Precisamente porque hasta el momento son sólo ideas sobre un proyecto que debe exponerse con mucha cautela, pues un paso inexcusable es demostrar que es viable. Es necesario disponer de datos, tanto oceanográficos, que sólo laboriosas y costosas investigaciones podrán suministrarnos, como hidrodinámicos, obtenidos con experiencias realizadas zon modelos a gran escala.

Es necesario comprobar si las velocidades de las corrientes se pueden aumentar hasta un míninie. por encima del cual la energía utilizable justifique la relación de la obra. Debo insistir en que los datos obtenidos hasta hoy sobre el estrecho son poco precisos. Lacombe, el investigador que rnás tienipo y rigor ha dedicado al tema, se limitó al estudio de 37 marcas. Un conocimiento profundo del Esirecho exigiría, cuando menos, dos años de estudios ininterrumpidos, realizados por equipos especializados.

P. Supongamos que el proyecto es teóricamente viable. ¿Cómo podría acometerse técnicamente su construcción?

R. Sé positivamente que los problemas técnicos son grandes, pero creo que tienen solución. Tan sólo existe el problema de su envergadura. Nunca se ha construido un dique de tal volumen ni a tanta profundidad, que llegará a ser, a veces, de 370 metros. Tampoco hay precedentes en la construcción de pilares de cuatrocientos metros en pleno mar, pero el estado actual de la tecnología nos permite contemplar posibles soluciones. Como las corrientes tienen poca velocidad, las turbinas deberán ser muy grandes; su instalación a grandes profundidades y su mantenimiento serían importantes problemas a resolver.

P. Habla usted de problemas técnicos cuando, posiblemente, los más importantes serían políticos o diplomáticos en base a la estrategia militar de la zona.

R. Posiblemente tenga usted razón v sean estos realmente los problemas insalvables. No es que la navegación se vaya a interrumpir, ni siquiera se va a entorpecer, si se habilitan sistemas adecuados de paso. Pero de lo que no hay duda es de que la navegación quedaría estrictamente controlada, y esto no les iba a gustar a muchas naciones. Se me ocurre la posibilidad de un control internacional de estos pases, pero, de cualquier modo, surgirían los problemas.

P. ¿Y qué me dice de los problemas ecológicos?

R. Podría quedar perturbado en alguna medida el equilibrio ecológico, aunque no mucho, porque se pretende que los caudales de agua permanezcan invariables. De todos modos, esos estudios previos que se deberían hacer aportarían muchas claves al respecto. Pero que no se preocupen los ecólogos, porque se contará con ellos en todo momento si llega a tomarse una iniciativa investigadora en este sentido.

P. Resulta curioso comprobar cómo hasta ahora no se ha intentado aprovechar las energías potenciales de otras corrientes marinas más caudalosas incluso que las del estrecho de Gibraltar. ¿Por qué ha pensado precisamente en éstas?

R. En primer lugar, porque las corrientes del Estrecho son únicas en el mundo. Hay, indudablemente, corrientes más caudalosas -como la del golfo-, pero su aprovechamiento sería mucho más difícil porque circula por mar abierto y cualquier obstáculo interpuesto la desviaría. Las corrientes del Estrecho han de circular forzosamente por donde van. Se trata de encauzarlas para aumentar su velocidad y hacer posible su aprovechamiento energético.

P. ¿Y la vía de comunicación entre España y Marruecos?

R. Como ya dije en mi intervención durante el encuentro hispano-marroquí, realmente esta vía sería un subproducto de este proyecto. Sobre los diques, y salvando los pasos para la navegación, pueden construirse con gastos adicionales poco importantes, amplias pistas que establecerían la importante comunicación entre los dos continentes.

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