Recrudecimiento del malestar social en Polonia
La agitación social que se viene produciendo en Polonia desde principios de mes, con motivo del alza del precio de la carne, ha rebrotado tras unos días de calma. La situación es tan tensa que el director de la televisión se tuvo que dirigir el pasado jueves, en el telediario de por la noche, a la población para pedirle que diera pruebas de su responsabilidad y de su patriotismo.
Ese mismo día, una de las más importantes empresas de la capital, la fábrica de automóviles de Zerán, que emplea a 20.000 obreros, había quedado paralizada por una huelga. La víspera, los obreros de la fábrica de material eléctrico Rosa Luxemburgo abandonaron sus puestos de trabajo para forzar el aumento de los salarios y la anulación del alza del precio de la carne. Otros importantes centros de trabajo, con decenas de miles de empleados, se han sumado a los movimientos de protesta.
Parece ser que este relanzamiento de la agitación social ha sido provocado por las concesiones salariales hechas a finales de la semana pasada. Aunque oficiosamente, se ha podido saber que los incrementos salariales concedidos, del orden del 10%, no están relacionados con el alza de los precios de los productos básicos, sino que respondían a una política a largo plazo previamente establecida.
En un discurso que Gierek pronunció el miércoles ante los dirigentes del partido y del Estado, el secretario general del partido anunció un programa que se llevaría a la práctica durante el primer trimestre del año que viene. Se tratarla de aumentar el número de viviendas en alquiler, de proporcionar más ayudas a las mujeres cabezas de familia y a los jubilados y de incrementar los salarios.
De momento, las autoridades tienen un problema más acuciante al que hacer frente: lluvias catastróficas han inundado, durante los últimos diez días, más de 200.000 hectáreas de tierras de labor
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