Grupos de presión vinícolas impiden la creación de una fábrica de alcohol, según sus promotores
El alcalde de Tardienta (Huesca), Joaquín Ponsa (PSOE), tiene el propósito de proponer esta noche al pleno municipal que movilice el domingo al millar y medio de vecinos con el fin de conseguir que el Gobierno autorice la instalación de una fábrica de alcohol para ginebras y vodkas. El proyecto, que generaría ochenta puestos de trabajos directos y más de un centenar indirectos, con inversión de 1.500 millones de pesetas, fue presentado a autorización hace casi dos años; no lo ha obtenido todavía, según sus promotores, por las presiones del grupo vinícola ante el Ministerio de Agricultura.
El alcalde, quien estuvo en Madrid ayer para buscar apoyo de UGT y el PSOE, después de realizar otros cuatro viajes infructuosos para entrevistarse con Claudio Gandarias, presidente del FORPPA y de la Comisión Interministerial de Alcoholes, ha explicado a EL PAIS que la propuesta de movilización consistiría en cortar la vía de tren que pasa por el pueblo. Ello entrañaría la incomunicación de Madrid con Cataluña y parte del norte de España, así como de Cataluña con las provincias norteñas.Tanto Joaquín Ponsa como Rafael Bailo, uno de los dos socios principales de la empresa que realizaría el proyecto, han indicado que este es un ejemplo de cómo se impide la creación de puestos de trabajo por la actuación de grupos de presión. Aunque en el pueblo oscense de Tardienta sólo hay treinta parados registrados, entre las poblaciones cercanas que forman parte de su mancomunidad (Almudévar, Grañén, Gurre de Gállego, etcétera) hay casi cuatro centenares de parados. Añadieron que la fábrica permitiría ahorrar divisas dedicadas a las importaciones de alcohol, que a su vez controla dicho grupo; utilizar excedentes de cereales y frutas, y conseguir alcohol a casi la mitad de precio (unas ochenta pesetas, con impuestos, frente a las 144 del alcohol vínico).
Exportaciones a la CEE
Según Rafael Bailo, la fábrica recogería unos sesenta millones de kilos anuales de cebada de la zona, y exportaría a países de la Comunidad Económica Europea el 80% de su producción, estimada en 40.000 litros diarios de alcohol, lo que daría lugar a 75.000 litros diarios de ginebras y vodkas. Asimismo produciría residuos de alto valor proteínico, que permitirían ahorrar a España importaciones de soja. También ahorraría importaciones de ginebras y vodkas, cuyo consumo se ha triplicado en la última década y alcanza ahora unos sententa y veinte millones de litros anuales, respectivamente.Sin embargo, los inversores extranjeros que estaban decididos a aportar la tecnología a la fábrica, a cambio de una participación en el capital de la empresa próxima al 10% -añadió Bailo-, podrían instalarse en Portugal o sur de Francia si se demora mas la autorización de la planta. Se trata de norteamericanos y finlandeses, quienes poseen la tecnología más avanzada en este campo y estaban inicialmente dispuestos a hacer de la fábrica un modelo europeo, quizá exportable luego a Latinoamérica y Africa.
El proyecto, para el que el Ayuntamiento de Tardiente está dispuesto a ceder a un precio simbólico 16 hectáreas, solicitó autorización en noviembre de 1979 a la delegación de Industria en Huesca. La autorización debía contar también con el visto bueno del Ministerio de Agricultura, pues el Estatuto de la Viña, el Vino y los Alcoholes, conseguido mediante ley de 1970 por la organización sindical verticalista, prohibía la fabricación de alcoholes con materias primas distintas a las vinícolas, de nianzana, caña y remolacha, aunque hacía la exclusión de los cereales para elaborar whisky y preveía la posibilidad de autorizaciones excepcionales por decreto.
No obstante, los intereses vinícolas siempre se opusieron a la excepción, y llegaron incluso a pedir que el whisky que se fabricara en Segovia se hiciera con mezclas de alcohol vínico. Pero las razones del proyecto oscense eran de tanto peso, que, según sus promotores, el Consejo de Ministros llegó a aprobar el decreto de autorización el 30 de julio de 1980, con la condición de que los alcoholes producidos quedaran intervenidos por la Comisión Interministerial del Alcohol y se destinaran a usos de boca. Pese a ello, el decreto, que apareció en 1980 como aprobado en el libro, de realizaciones del Ministeno de Agricultura, no ha aparecido en el Boletín Oficial del Estado, si bien en distintos momentos se anunció a promotores y políticos su inminente promulgación.
El decreto estaba terminado hace dos meses
Un portavoz del Ministerio de Agricultura, consultado ayer por EL PAIS, declaró que el decreto estaba terminado hace dos meses y han sido superados los problemas que existían en cuanto a que se conociese el destino del alcohol producido en la fábrica, ya que se ajustará a la reglamentación técnico-sanitaria. Según el citado portavoz, como hace tres o cuatro días Agricultura consiguió un acuerdo total con Industria para el ajuste a la reglamentación técnico-sanitaria, la disposición puede aparecer en el Boletín Oficial del Estado antes del sábado.
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