Un equipo que vive la época vacas gordas
La incorporación de Villacampa a la selección es una demostración de la evolución que ha iniciado el equipo nacional. Díaz Miguel tiene mucha razón al decir que el aficionado español está muy mal acostumbrado. En los últimos años, desde que en 1979 se recuperó la categoría de primera división europea, los éxitos no han cesado. Ese mismo año se ganó a la URS S en la fase previa del Europeo de Italia. Desde entonces, hasta la última intervención en Nantes, donde se obtuvo el subcampeonato continental tras perder ante Italia, han quedado atrás los cuartos lugares del Campeonato del Mundo en Colombia y de los Juegos Olímpicos de Moscú. España deberá ganar su plaza en el preolímpico de París sin mayores problemas, porque ha pasado de ser una selección que luchaba por quedar en todos los torneos entre los seis primeros -con tendencia al séptimo puesto- a ser un equipo que puede estar en los cuatro primeros lugares.Pero habrá que empezar a pensar que la época de las vacas gordas puede tener no un final, pero sí un paréntesis. Selecciones como Yugoslavia o Italia han pasado algunos años en el ostracismo hasta lograr una generación de jugadores de elite, y aún ahora los balcánicos ' parecen haber caído en otro bache de renovación. España tiene un cinco de gala, y hasta siete u ocho jugadores de categoría mundial. El problema es que Corbalán ya piensa más en la medicina que en la canasta, Sibilio ya se ha decantado por el dinero, y otros, como Margall o De la Cruz, pueden ser baja en cualquier momento. Las incorporaciones como Villacampa, o anteriormente Jiménez y Arcega, son acertadas, pero su rendimiento puede no ser inmediato. El aficionado tendrá que tener paciencia. Lograr la clasificación olímpica es casi una obligación, por mucho que Alemania tenga tres hombres de casi 2.20, y que Francia juegue en casa. Holanda e Israel están en plena renovación y no aciertan a combinar sus nuevos jugadores con los veteranos. España fracasaría de no lograr el pasaporte olímpico y eso lo sabe bien Díaz Miguel. Pero una vez obtenido, volver a soñar con una medalla olímpica, como pasó en el verano del 80, puede ser una utopía. España debe estar preparada para todo, para el éxito o para el fracaso. Quién sabe si estos jugadores de Díaz Miguel han sido los elegidos para la gloria.
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