La Memoria del impuesto
La reforma del impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF), elaborado en 1977 cuando Francisco Fernández Ordóñez (hoy ministro de Asuntos Exteriores) era el titular de Hacienda, está motivada en serios desajustes de la capacidad recaudatoria y en la equidad fiscal del gravamen. La justificación de los cambios será presentada, junto al borrador del proyecto de ley, en el Congreso de los Diputados.Algunos de los datos que demuestran estas disfunciones fueron adelantados en la conferencia de ayer de Carlos Solchaga. En primer lugar, los principios: en el IRPF actual hay un exceso de gravamen de las rentas del factor trabajo (el 83% del total), un exceso de gravamen de las rentas más pequeñas y una carga fiscal sobre las rentas más altas "escandalosa por baja", según las palabras del ministro.
Entre los datos empíricos adelantados por los responsables de Economía y Hacienda, destacan los siguientes: más de 500 declarantes, con ingresos superiores a los 10 millones de pesetas, presentaron su declaración con cuota cero por haber enjugado las demás rentas con disminuciones patrimoniales. 200 declarantes tuvieron devoluciones en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas de más de un millón de pesetas a causa del llamado régimen de transparencia fiscal voluntaria (este régimen, que se suprime, permitía imputar en el impuesto de los socios los beneficios o pérdidas producidos en las sociedades en que participaban -sin tributar en el impuesto sobre sociedades- evitando la doble imposición. También por el régimen de transparencia fiscal voluntaria hay declaraciones de más de 100 millones de pesetas de ingresos que tienen cuota líquida cero.
Según Solchaga, la modificación futura de la estimación objetiva singular (EOS) y la mejora del régimen de inspección y gestión producirán un cambio de la carga fiscal.
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