_
_
_
_

Retroceso del primer ministro Martens en las elecciones de ayer en Bélgica

La oposición socialista obtuvo fuertes avances, y la mayoría gubernamental democristiana y liberal, que encabeza el primer ministro Wilfried Martens, retrocedió en las elecciones legislativas anticipadas celebradas ayer en Bélgica, que a última hora de la noche no arrojaban aún un resultado lo suficientemente claro como para poder dilucidar si la actual coalición de centro-derecha iba a poder mantenerse en el poder.

Más información
Lengua y federalismo

"Es un fracaso de la coalición saliente", reconoció Martens, cuyo partido democristiano flamenco, que puede perder seis escaños, es el principal derrotado de una consulta electoral en la que, por primera vez desde hace 51 años, los socialistas se convierten en la primera fuerza política del país.Las proyecciones dadas a conocer por algunos medios de comunicación atribuían a última hora, de ayer a los cuatro partidos que apoyan a Martens una corta mayoría de 108 escaños en la Cámara, sobre un total de 212; pero, aun así, el jefe del Ejecutivo no se atrevió a vaticinar si conservaría el poder. "No se puede decir lo que va a pasar", declaró Martens ante las cámaras, "porque corresponde al jefe del Estado estudiar la situación" y designar a quien forme Gobierno.

Entre los otros tres partidos que respaldaban a Martens sólo los liberales flamencos mejoraron sus resultados (ganaron tres escaños) con relación a los comicios de 1985, mientras los democristianos francófonos retrocedían ligeramente (un escaño), y los liberales francófonos, de forma más acentuada (perdieron tres).

Ambas ramas lingüísticas de la oposición socialista progresaban, aunque el salto hacia adelante dado por los francófonos -siete escaños y el 45% del electorado valón- era mucho más espectacular que el de sus homólogos flamencos, cuyo modesto avance en votos no quedó plasmado en la conquista de nuevos escaños.

La jornada electoral fue, según la propia televisión, a imagen y semejanza de la campaña: deslucida, aunque apenas se registraron incidentes, si se exceptúa el abucheo al que fue sometido Martens, cuando salió de su domicilio de Gante para acudir al colegio electoral por parte de nacionalistas flamencos, que le acusaban de debilidad ante el alcalde de Fourons.

En Fourons, localidad francófona de 4.000 habitantes pero vinculada administrativamente a Flandes, sí se produjeron incidentes algo más serios cuando los partidarios de José Happart, el polémico alcalde causante en parte de la dimisión del Gobierno, denunciaron a la gendarmería por arrancar sus carteles electorales, lo que desmintieron las autoridades.

Happart y el 50% de sus vecinos votaron en blanco al no poder hacerlo por candidatos a parlamentario francófonos, a diferencia de la minoría flamenca del pueblo, que si puede dar su voto a candidatos de su misma lengua que se presentan por Flandes. Aunque la aburrida campaña electoral suscitó escaso interés, cerca de siete millones de electores acudieron a las urnas porque el voto es obligatorio en Bélgica.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_