Los presuntos secuestradores de Melodie declaran ante el juez durante seis horas
Jean-Louis Camerini y Alain Coelier, dos de los presuntos secuestradores de Melodie Nakachian, prestaron ayer declaración, durante seis horas, en el Juzgado de Instrucción número 1 de Estepona (Málaga). El financiero libanés Raymon Nakachian, marido de la cantante y princesa coreana Kimera, permaneció durante unos 45 minutos a la puerta del juzgado, según sus propias declaraciones, para "ver y oler al animal ese", refiriéndose a Camerini, considerado el cerebro del secuestro de su hija.
Camerini y Coelier, que ingresaron en la tarde del martes en la prisión provincial de Málaga procedentes de Carabanchel (Madrid), fueron trasladados ayer por la mañana, en medio de fuertes medidas policiales, al juzgado de Estepona, cuyo titular, Cesáreo Duro, instruye las diligencias sobre el caso. La caravana policial llegó sobre las diez de la mañana.Camerini y Coelier bajaron del furgón policial y penetraron en el juzgado, donde 15 minutos después el juez empezó a tomar declaración a Camerini y posteriormente a su compañero Coelier. El interrogatorio se prolongó durante más de seis horas, sin que haya trascendido ningún detalle sobre el contenido de sus declaraciones.
Raymon Nakachian, acompañado de un guardaespaldas, actual jefe del equipo de seguridad que custodia a su hija Melodie, llegó a las inmediaciones del juzgado de Estepona sobre las once de la mañana, y en ningún momento pasó al interior de las dependencias. Nakachian, que no había sido citado a declarar, afirmó que se encontraba allí para "ver y oler al animal ese", refiriéndose a Camerini.
Su presencia despertó la curiosidad de numerosas personas que se acercaron para saludarle y preguntarle por Melodie, que, según sus palabras, "se encuentra muy bien" y ha superado perfectamente el trauma del secuestro.
Escolta policial
Sobre las 16.15 se colocó el furgón policial, montado en la acera, justo al lado de la puerta del juzgado. Camerini, que ha cambiado de aspecto al afeitarse la barba y que vestía un jersei de manga corta, entró raudo en el vehículo, mientras guardias civiles provistos de metralletas vigilaban la operación. Los dos presuntos secuestradores fueron conducidos a la prisión provincial de Málaga, situada a unos 80 kilómetros, en una caravana formada por cuatro vehículos policiales, que viajó a gran velocidad haciendo sonar las sirenas.No se sabe si el juez Cesáreo Duro ha concluido con las declaraciones de los dos detenidos o si solicitará de nuevo su comparecencia. Ambos han sido aislados del resto de la población reclusa en la prisión de Málaga, donde permanecerán el tiempo imprescindible para instruir las diligencias. Los detenidos serán trasladados posteriormente a una prisión de alta seguridad, que se especula pueda ser la del Acebuche, en Almería, o el penal de El Puerto de Santa María, en Cádiz.
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