El estallido de una bombona de gas desata un incendio en dos pisos habitados
Un incendio originado por el estallido de una bombona de gas butano devastó en la madrugada de ayer dos pisos de la avenida de Betanzos, en el barrio del Pilar. El fuego, alimentado por los muebles, se propagó con gran rapidez y sorprendió en la cama a nueve personas. La puerta de salida de una de las viviendas quedó bloqueada por los cascotes, que tuvieron que ser retirados a marchas forzadas por los inquilinos mientras las llamas crecían a su alrededor. Otras dos viviendas resultaron dañadas por el humo. Nadie sufrió heridas graves.
A las 3.10 de ayer, una fuerte explosión retumbó en los dormidos oídos de los vecinos del número 13 de la avenida de Betanzos. El sonido procedía de la puerta 1 de la octava planta, una vivienda habitada por un matrimonio maduro y su hijo. Una bombona de gas, según las primeras versiones, había estallado en la cocina. La potentísima onda expansiva derribó los tabiques que separaban la vivienda de la puerta 2, propiedad de la familia Gutiérrez -padre, madre y cuatro hijos- El fuego empezaba a extenderse.Enrique Gutiérrez, de 17 años, despertó entonces en una pesadilla. La luz no se encendía. En el comedor, la pared se había convertido en un boquete que daba paso a la vivienda de los vecinos. Una alfombra de cascotes cubría el suelo. La foto del hermano muerto en accidente y de la hermana tomando la primera comunión ardían. El sofá de flores azules alumbraba la escena.
Los escombros habían bloqueado la puerta. Rafael, uno de los cuatro hermanos, comenzó a retirarlos. El humo, lento, inundaba la casa. La madre, con cubos de agua, intentaba inútilmente salvar su hogar. La puerta se abrió finalmente unos 20 centímetros: por ese espacio pasaron los hermanos, en calzoncillos; el padre, en pijama, y la madre, en batín.
Entretanto, el humo se filtraba a los pisos superiores. En la puerta 1 de la novena planta, María José Peinado, de 27 años, y su marido se vieron atrapados por las emanaciones. No podían salir al descansillo con su hijo Víctor, de 18 meses. "No se veía nada, no había forma de respirar. Podía asfixiarse", comentó María José. Se refugiaron en el cuarto de baño, desde donde, por la ventana, avisaron a los vecinos de la puerta 4 y les pasaron al bebé. Luego contuvieron la respiración y se salieron corriendo a la escalera. El incendio destruyó totalmente los dos pisos de la octava planta -cuyos inquilinos marcharon a casas de familiares- y dañó las viviendas de la novena y la décima planta.
Más de cuarenta bomberos participaron en las tareas de extinción, que se prolongaron hasta las 5.30. Las ambulancias del Samur y del 061 atendieron a 21. personas - 10 vecinos, 8 bomberos y 3 policías municipales-, principalmente por inhalación de humo y cortes de cristales. Tres inquilinos sufrieron quemaduras leves. Ninguno requirió hospitalización. La causa del estallido se desconocía ayer.
Otro incendio se registró a las seis de la mañana en una tintorería de la calle de Fernández de la Hoz, 50. El humo afectó a tres vecinos.
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