Aznar asegura que destituirá a los dirigentes del PP que fracasen en las elecciones generales
José María Aznar teme una nueva derrota electoral frente a los socialistas. Hasta tal punto, que ayer no dudó en amenazar con la destitución a aquellos dirigentes regionales y provinciales de su partido que en las próximas elecciones generales no alcancen los objetivos de voto establecidos. El fracaso se pagará con el cargo. El presidente del Partido Popular asume ya como muy probable que los comicios se celebrarán en marzo de 1996, tal como viene reiterando el jefe del Gobierno, Felipe González, y no está dispuesto a dejarse llevar por el entusiasmo de las encuestas. Las elecciones, advirtió a los suyos, no están ganadas y habrá que "trabajar al máximo para conseguir una mayoría suficiente".
La reunión que ayer celebró en Madrid la Junta Directiva Nacional del PP tuvo neto sabor electoral. El cónclave de dirigentes provinciales y regionales fue advertido por el líder del partido, según asistentes al acto, de que, con seguridad, sus rivales políticos llevarán a cabo en los próximos meses "una serie de acciones agresivas" para desacreditar a Aznar personalmente, para implicar al PP en conspiraciones y para crispar al máximo la vida política en España. Ante esto se impone, según Aznar, un posicionamiento sin titubeos.Aznar pidió a sus direcciones territoriales que establezcan unos objetivos "claros" para esas elecciones generales, comprometiéndose con porcentajes de voto y número de escaños a alcanzar, y advirtió que, en el caso de que no se consigan, las direcciones podrían ser sustituidas. Él esperará a conocer esas apuestas para establecer con precisión la meta que se debe conseguir a nivel nacional, aunque reiteró que busca una mayoría suficiente para poder gobernar con "manos libres" y ofrecer al país programas de gobierno "claros".
Según fuentes del PP, Aznar expresó su temor de que el Gobierno y el partido socialista emprendan en los próximos meses una campaña de desprestigio contra los populares para conseguir un desgaste del primer partido de la oposición con vistas precisamente a esas próximas elecciones generales. Pero tal estrategia sólo conducirá, en opinión de Aznar, a que el PSOE provoque una mayor crispación de la vida política, ante la que los populares deben mantenerse tranquilos.
Para Aznar, es al PP a quien corresponde "serenar" la vida política y conseguir "una alternancia tranquila, con unos programas electorales ordenados y concretos". Según las mismas fuentes, el presidente del PP fue contundente al proclamar, que no está dispuesto a aceptar que desde el Gobierno y el PSOE se implique a los populares "en ningún tipo de conjuras".
Por el contrario, Aznar anunció que insistirá en que Felipe González debe dar cuentas en el Parlamento sobre sus conversaciones en La Moncloa con el abogado del coronel Juan Alberto Perote, Jesús Santaella.
Responsabilidades políticas
Lamentó también que Convergència i Unió (CiU), la coalición que lidera Jordi Pujol, cambiara el sentido de su voto en el último momento e impidiera la creación de una comisión de investigación del caso GAL en el Congreso, aunque mostró su esperanza de que no ocurra lo mismo en el Senado. Con esta comisión se persigue, puntualizó, buscar responsabilidades políticas por la guerra sucia contra ETA y no de investigar a la policía y a la Guardia Civil. El vicesecretario general, Mariano Rajoy, anunció que el PP cuenta ya con 471.007 afiliados. También dio a conocer las líneas de su partido en las elecciones catalanas, que se celebrarán el 19 de noviembre. El PP incidirá en su propuesta de hacer compatible "el catalanismo" con la idea de España".
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