Montanyès dejará de dirigir el Lliure si no puede seguir en la sede de Gràcia
El director del Teatre Lliure, Josep Montanyès, espera que tras la inauguración de la sede del Palau de l'Agricultura, prevista para septiembre, pueda seguir gestionando también la del barrio de Gràcia. De lo contrario, afirmó ayer, renunciará a la dirección. El teatro sigue a la espera de que las administraciones aprueben el contrato programa y se le conceda una subvención de 452 millones de pesetas para el primer año en la nueva sede.
Desde el 1 de enero, Josep Montanyès es oficialmente el nuevo director del Teatre Lliure, tras la dimisión de Lluís Pasqual y Guillem Jordi Graells. Mucho se ha hablado en los últimos tiempos sobre cuál sería el destino del mítico local de Gràcia tras la inauguración de la nueva sede del Lliure, en el Palau de la Agricultura, prevista para el mes de septiembre. Montanyès condiciona su permanencia en el cargo de director a la posibilidad de mantener la gestión de las dos salas y tiene claro cuál debe ser la orientación del viejo teatro: 'Arriesgada, joven y con una visión moderna del teatro', y esas características son precisamente las que ha intentado imprimir a la programación del próximo semestre.
No habrá ningún espectáculo de producción propia en esta primera etapa de Montanyès al frente del teatro. La presencia de compañías invitadas y la mezcla de géneros (teatro, danza, música, poesía) son las señas distintivas de una programación que inaugurará la actriz Rosa Novell el próximo 16 de enero con el espectáculo La noche de Molly Bloom (hasta el 11 de febrero), estrenado el pasado año en la sala Artenbrut. El director aduce falta de tiempo para explicar la inexistencia de un montaje propio y se muestra especialmente entusiasmado con una de las propuestas para los próximos meses, el Titus Andrònic (abril y mayo) de Kronos Teatre, con dirección de Àlex Rigola, estrenado durante la pasada edición del Grec. El montaje, una lectura contemporánea de la obra de Shakespeare que Montanyès aún no ha podido ver, es en su opinión un claro ejemplo de por dónde debe ir el viejo Lliure, aunque éste deberá dedicar atención preferente a los nuevos autores. El montaje de la obra de Antonio Tabucchi Revés (febrero-marzo) completará el apartado teatral del próximo semestre.
En danza, el Lliure ofrecerá el estreno absoluto del solo de Àngels Margarit Peces mentideres, que podrá verse este mes. Además la compañía Metros, dirigida por Ramon Oller, llevará en marzo a la sala su espectáculo Pecado pescado, estrenado hace un mes en L'Espai. La música vendrá de la mano de la orquesta de cámara del Lliure, que también en marzo ofrecerá una propuesta titulada El nostre planeta, con piezas de Beethoven, Toru Takemitsu y Georges Crumb. Finalmente, la sala recuperará un viejo ciclo, Paraula de poeta, a cargo de Fermí Reixach, que llevará a escena Veinte poemas de amor y una canción desesperada, de Neruda.
Según Montanyès, las programaciones del viejo y el nuevo Lliure deben ser complementarias, aunque considera muy difícil definir hacia dónde se encauzará la programación del teatro de Montjuïc. 'Se verá a lo largo de los años', señala al respecto. De momento, el director está a la espera de recibir una respuesta oficial sobre el contrato programa del Lliure -en el que se han solicitado 452 millones para el primer año-, pero se muestra optimista respecto a la postura de las administraciones, porque de forma oficiosa ha captado que hay 'buena sintonía' al respecto. No duda que se le permitirá seguir gestionando la sala de Gràcia -'lo contrario no tendría ningún sentido', afirma-, pero reitera: 'No dirigiré el Lliure si no puedo hacerlo en las dos salas, aunque estaré abierto a amplísimas colaboraciones'.
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