Sainz mantiene sus opciones

"Ha sido una de las jornadas más complicadas de mi vida deportiva". Bicampeón del mundo, víctima en más de una ocasión de la fatalidad, triunfador también sobre el asfalto y la tierra, Carlos Sainz agregó la etapa de ayer, la última del Rally de San Remo, en su repleto currículo como digna de ser recordada. "Se han juntado dos circunstancias", especificó el español, que sufrió un cólico nefrítico; "mi salud y la lluvia torrencial que ha caído en las dos últimas especiales y que nos ha pillado a la mayoría con ruedas de seco". "Desde las diez de la noche del sábado tenía dolores e incluso llegué a perder sangre, víctima de una hematuria", añadió Sainz; "he dormido poco y ésa no era la mejor forma de afrontar el rally. Ha sido complicado mantener el coche en la carretera con el agua que caía. Pero lo mejor, al final, es que hemos conseguido el cuarto puesto. Pasamos una dura prueba y el equipo es el líder del Campeonato del Mundo".

Citroën se ha puesto, en efecto, por delante de Peugeot en la clasificación por marcas y dos de sus pilotos aspiran al título mundial: el francés Sebastien Loeb, ganador en San Remo y segundo de la general, a sólo dos puntos del líder, el británico Richard Burns (Peugeot), y el mismo Sainz, tercero, con 53 puntos, dos menos que Loeb y cinco más que el cuarto, el noruego Petter Solberg (Subaru). "Ya dije que Loeb podía ser el campeón", recordó Sainz, que obtuvo el premio a la combatividad; "estamos tres pilotos con una diferencia de sólamente cuatro puntos y quedan todavía tres carreras por disputar: Córcega, Cataluña -estas dos, sobre un trazado de asfalto- y Gran Bretaña.

Loeb dominó de principio a fin en San Remo y Sainz se benefició ayer de la retirada del finlandés Marcus Gronholm, cuyo Peugeot perdió una rueda, después de que el francés Gilles Panizzi -el único que llevaba neumáticos mixtos en su Peugeot, gomas decisivas para afrontar la lluvia- remontara de la quinta a la segunda plaza.

La lluvia avaló tanto las opciones de Panizzi como el buen pilotaje de Burns, que, con el agua, pasó del noveno al séptimo puesto final, una remontada que le permitió sumar dos puntos y mantenerse como líder en solitario del campeonato pese a que todavía no ha ganado una sola prueba.

"Una vez superado San Remo en las condiciones que lo hemos hecho, creo que podemos luchar por el título", insistió Sainz, especialmente satisfecho. "Para mí, no perder mucho terreno era el principal objetivo en esta carrera", acabó; "la prueba especial de Teglia fue un verdadero test de supervivencia, dado mi estado. El mantenimiento físico que llevo a cabo en el gimnasio durante todo el año me ha servido para poder sumar cinco puntos que son muy importantes".

Sainz aguarda ahora las indicaciones de los médicos para saber si puede disputar las pruebas que Citroën tiene previstas a partir de mañana en Inglaterra. El tercer piloto de la marca, el escocés Colin McRae, es séptimo en la general, con 36 puntos, por detrás justamente del Peugeot de Gronholm (38).

Cañellas, segundo en júniores

Salvador Cañellas, por su parte, al volante de un Suzuki, se ha colocado el segundo en la clasificacion general del Campeonato del Mundo júnior tras ser el segundo en el Rally de San Remo, por detrás del italiano Mirco Baldaci. Cañellas protagonizó un final espectacular al adjudicarse las dos últimas especiales de la carrera.