El G-20 intenta poner coto a las prácticas fiscales de empresas como Apple o Google
Alemania, Reino Unido y Francia lideran la ofensiva para que las empresas no eludan impuestos La OCDE elaborará un informe para la reunión de febrero en Rusia
Empresas como Apple o Google facturan desde Irlanda sus ventas para aprovechar los resquicios que deja la normativa fiscal y pagar menos impuestos. La compañía fundada por Steve Jobs acaba de hacer público que tributó menos del 2% por sus beneficios en el extranjero. Google paga poco más del 3%. Facebook, Starbucks, Amazon o Microsoft usan también paraísos fiscales, zonas de baja tributación o maniobras de ingeniería fiscal para apenas pagar impuestos. En numerosos países europeos se observa con preocupación este fenómeno. Los principales países desarrollados y emergentes se han puesto de acuerdo para intentar evitar los abusos de las multinacionales para no pagar impuestos. El tema se ha planteado en la reunión de ministros de Economía y Finanzas celebrada en México este lunes.
El tema de los abusos fiscales de las multinacionales ya fue introducido en la agenda del G-20 en la cumbre de líderes de junio pasado. Pero ahora algunos países han alzado la voz al respecto y el comunicado final recoge un encargo claro a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Europeo (OCDE) para que presente un informe al respecto en la próxima reunión del G-20, a celebrar en febrero de 2013 bajo la presidencia de Rusia.
En la reunión del G-20 de México han sido los ministros de Finanzas de Reino Unido, George Osborne, y de Alemania, Wolfgang Schäuble, los que han puesto el asunto sobre la mesa. Ambos consensuaron su postura en una reunión en Berlín la semana pasada y este lunes en México han planteado el asunto a los demás ministros de los grandes países desarrollados y emergentes que forman parte del G-20. Para dar mayor realce a su postura, Londres y Berlín han lanzado un comunicado conjunto: “Reino Unido y Alemania quieren tener sistemas fiscales competitivos que atraigan a las empresas globales a nuestros países, pero también quieren que las empresas globales paguen esos impuestos”, señala el comunicado, que deja claro que ambos plantearon el asunto en el plenario del G-20.
Las multinacionales, sostienen, son una fuente de crecimiento, inversión y empleo en ambos países y en la Unión Europea en su conjunto. “Sin embargo, las normas fiscales internacionales han tenido dificultades para mantenerse al día con los cambios en las prácticas de los negocios mundiales, tales como el desarrollo del comercio electrónico en las actividades comerciales. Como resultado de ello, algunas empresas multinacionales son capaces de trasladar la tributación de sus ganancias fuera de las jurisdicciones en las que se están generando, minimizando así sus pagos de impuestos en comparación con las empresas más pequeñas, menos internacionales”, denuncian.
“Queremos que las compañías globales paguen”, sostienen Londres y Berlín
Hasta ahora, Francia ha sido el país que se ha venido mostrando más beligerante con las prácticas de ingeniería fiscal de las multinacionales y ha levantado actas a Google en las que reclama hasta 1.000 millones de euros en impuestos, según ha desvelado la prensa francesa.
La OCDE ya está analizando el problema en un proyecto denominado BEPS (Base Erosion and Profit Shifting, esto es, erosión de la base imponible y traslado de beneficios). Ahora, tiene el encargo del G-20 de presentar su primer informe con conclusiones en febrero. La reflexión de fondo es que se están usando figuras creadas para evitar la doble imposición internacional (que unos mismos beneficios tributen en dos países distintos) para llegar a una nula tributación como consecuencia de las agresivas estrategias fiscales de algunas compañías y de las facilidades que les dan algunos Gobiernos. En Europea, las multinacionales usan sobre todo las legislaciones de Irlanda, Luxemburgo y Holanda para crear estructuras con que ahorrar impuestos.
La organización que dirige Ángel Gurría propondrá al G-20 medidas de armonización fiscal para poner coto a esas prácticas. El problema es que esas medidas tienen que ser aplicadas de forma general para que sean efectivas.
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