La OMC da luz verde a la UE para imponer a EE UU aranceles por 3.400 millones por los subsidios ilegales de Boeing
Bruselas tiende la mano y se ofrece a renunciar a esas represalias si Washington retira las sanciones por el caso Airbus
La Unión Europea tiene luz verde de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para imponer un golpe arancelario a Estados Unidos por importe de 4.000 millones de dólares (unos 3.400 millones de euros) por las ayudas ilegales concedidas al fabricante aeronáutico Boeing. El organismo con sede en Ginebra cierra así un contencioso cruzado de más de tres lustros, después de que el año pasado ya autorizara a Washington a aplicar sanciones a los productos europeos por 7.500 millones de dólares (6.900 millones de euros) por las ayudas a Airbus. Bruselas ve en la decisión de la OMC la última oportunidad para alcanzar un pacto con la Administración de Donald Trump y se ofreció a renunciar a las represalias que ampara la OMC si retira sus aranceles. En caso contrario, avisó de que actuará para defender sus intereses.
La UE había llevado la concesión de supuestas ayudas ilegales para la construcción del modelo 777X a la OMC. El organismo de arbitraje le dio la razón en 2016 y la autorizó a aplicar aranceles para compensar el daño tras constatar que Estados Unidos seguía sin cumplir con sus decisiones, pero todavía faltaba decidir el monto al que podían ascender esas sanciones. Al despejar este frente, la UE puede matar dos pájaros de un tiro: cobrarse ese agravio y responder al arsenal de aranceles que la Administración de Donald Trump anunció hace un año a productos europeos por las ayudas que Alemania, Francia, Reino Unido y España concedieron también de forma ilegal a Airbus.
Sin embargo, el vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, indicó solo conocerse la decisión de la OMC que esa no es su primera opción. “Quedó claro que mi preferencia es un acuerdo negociado con los Estados Unidos, evitando rondas de medidas y contramedidas dañinas”, afirmó el vicepresidente. Bruselas ha intentado, por ahora en vano, propiciar una desescalada entre los dos bloques desde el momento en el que Trump anunció su batería de aranceles a importaciones europeas.
Las buenas relaciones que el expresidente Jean-Claude Juncker mantenía con Donald Trump no fueron suficientes para hacer cambiar de opinión a Washington. Y tampoco lo ha conseguido el nuevo gabinete de Ursula von der Leyen. El representante comercial de EE UU, Robert Lighthizer, confirmó este verano los aranceles a pesar de las llamadas de Bruselas a aparcar las sanciones cruzadas y acordar un nuevo sistema global de subsidios. Máxime cuando ambos lados del Atlántico atraviesan la peor crisis económica desde la Segunda Guerra Mundial.
Si bien la UE tendió la mano a EE UU, también fue preparando posibles represalias. La UE había pedido a la OMC poder gravar productos estadounidenses por 12.000 millones de dólares (unos 10.200 millones de euros). De hecho, después de que el organismo de resolución de disputas le diera razón preparó una lista con productos de importación que suman 20.000 millones de euros. Entre ellos hay bienes agrícolas e industriales, vinos, bebidas alcohólicas (ron, vodka), videoconsolas, juegos electrónicos y vehículos (helicópteros y otro tipo de aeronaves). Ante los nulos resultados logrados hasta ahora, Dombrovskis advirtió: “En ausencia de un acuerdo, nos veremos forzados a defender nuestros intereses y responder de manera proporcionada”.
Los recelos hacia Pekín, que sigue resistiéndose a abrir su economía, y las fricciones con el Reino Unido han hecho de la recomposición de las relaciones transatlánticas una prioridad para Bruselas. La UE sigue con atención el resultado de los comicios presidenciales del próximo mes de noviembre, que podría acelerar unos nuevos tiempos en las relaciones entre ambas orillas del Atlántico y superar el bloqueo de la OMC.
Estados Unidos recibió con tibieza el anuncio de la OMC. Su titular de Comercio, Robert Lighthizer, entiende que la Unión Europea no tiene ningún aval para aplicar represalias ya que Boeing dejó de obtener ayudas del Estado de Washington, las únicas reconocidas por la Administración Trump.
“Si bien no estamos de acuerdo con ciertos aspectos de su valoración, el punto más importante es que el árbitro no autoriza ninguna represalia por subsidios que no sean la exención fiscal del Estado de Washington”, explicó en un comunicado.
Reacción de Airbus
Tras conocer la decisión de la OMC, Airbus mostró su “pleno apoyo” a la Comisión de la UE “a la hora de tomar las medidas necesarias para crear un campo de juego equitativo y buscar un acuerdo que debió llegar desde hace mucho tiempo”, según señaló en un comunicado. “Airbus no inició esta disputa en la OMC y no deseamos continuar con el daño a los clientes y proveedores de la industria de la aviación y a todos los demás sectores afectados”, ha señalado el consejero delegado de Airbus, Guillaume Faury.
Airbus anunció a finales del pasado mes de julio que había llegado a un acuerdo con los Gobiernos de Francia y España para aceptar tipos de interés más altos en los préstamos reembolsables que les han concedido ambos Estados para los programas de lanzamiento del avión A350. El fabricante atendía así una de las peticiones de EE UU por el presunto trato de favor de varios Gobiernos europeos al consorcio aeronáutico, lo que ha llevado al litigio en la OMC, que dura más de 16 años, y que ha derivado en la imposición de aranceles a todo tipo de productos agrícolas e industriales que nada tienen que ver con la aviación.
“Como ya hemos demostrado, seguimos preparados y listos para apoyar un proceso de negociación que conduzca a una solución justa. La OMC ha hablado ahora, la UE puede implementar sus contramedidas. Es hora de encontrar una solución ahora para que se puedan eliminar los aranceles en ambos lados del Atlántico”, ha indicado este martes Faury.
Satisfacción de Industria
Por su parte, la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, espera que Estados Unidos retire los aranceles impuestos a productos españoles tras la resolución de la OMC. “Se trata de un buen resultado para la Unión Europea y para España, pues confirma que Estados Unidos no cumplía con las directrices del primer panel sobre Boeing”, ha valorado la ministra.
En este sentido, ha subrayado que las medidas adoptadas por EE UU han penalizado de forma desproporcionada a la industria agroalimentaria española. Maroto espera que Washington retome las negociaciones para evitar que la UE aplique los aranceles de 4.000 millones de dólares que la OMC le ha autorizado a imponer sobre productos estadounidenses. Según ha recordado el Ministerio, el Gobierno ha reiterado en numerosas ocasiones su “oposición frontal” a la imposición de aranceles como consecuencia de este conflicto de Airbus y Boeing y siempre ha defendido la búsqueda de una “solución negociada”.
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