Muere Javier Valls Taberner, expresidente del Banco Popular
Siempre a la sombra de su hermano Luis, tuvo un papel relevante en la relación con instituciones y accionistas internacionales
Javier Valls Taberner (Barcelona, 1930), copresidente del Banco Popular entre 1989 y 2006, ha fallecido este martes en Madrid a los 91 años. Había dedicado 43 años de su vida al banco ya desaparecido, donde comenzó su andadura en 1963 como consejero adjunto a la presidencia. En 1972 alcanzó la vicepresidencia de la compañía y desde el 25 de abril de 1989 hasta 2004 compartió la presidencia con su hermano Luis, cargo que mantuvo hasta 2006 junto a Ángel Ron.
El banquero barcelonés tuvo una formación multidisciplinar: se licenció en Derecho en 1952 y cursó en Estados Unidos estudios y prácticas comerciales, jurídicas y bancarias. Siempre estuvo a la sombra de su hermano mayor (lideró la compañía durante 32 años), pero desempeñó un papel relevante en la relación con los accionistas internacionales. Esto lo pudo hacer gracias a su manejo del inglés —inició sus estudios en Roma, siguió en Pamplona y Barcelona y luego se trasladó a Estados Unidos dos años, donde aprendió la lengua en la Universidad de Columbia de Nueva York—. Además, también hablaba francés, italiano, holandés y alemán, por lo que tenía el perfil para ese puesto de embajador del banco.
Javier representaba al Popular en los actos de carácter social, así como ante los organismos internacionales con los que se relacionaba la entidad financiera. De hecho, perteneció al Consejo Internacional de Allianz AG e HypoVereinsbank y de diversas fundaciones. Sin embargo, en la estructura de mando del Banco Popular tuvo mucho menos peso que su hermano, que era el verdadero alma máter de la entidad.
Luis y Javier tenían habilidades diferentes, pero siempre supieron complementarse y formaron una pareja de éxito en los años dorados del sector bancario. Su carrera siempre fue de la mano de su hermano mayor, quien lideró el banco hasta convertirse en uno de los más eficientes y solventes de Europa gracias al control de costes y la prudencia en su gestión (los hermanos Valls Taberner siempre mostraron recelos a entrar en el negocio inmobiliario).
Su salida de la entidad se produjo en 2006, solo un mes después del fallecimiento de Luis Valls. Entonces Ron se quedó con el control del consejo de administración, la comisión ejecutiva y la junta de accionistas. Era un movimiento esperado, que se comenzó a fraguar dos años antes con la llegada de Ron, y se interpretaba como un intento de modernización de la entidad, tradicionalmente vinculada al Opus Dei. Los hermanos Valls Taberner representaron hasta entonces la figura que cuidaba de la inversión del movimiento católico (Luis era numerario de la organización, aunque Javier no pertenecía a la misma).
Antes de llegar al Popular, fue directivo de La Seda de Barcelona, consejero del Banco de Salamanca, presidente de Unión Popular de Seguros y consejero fundador de Adela, Henninger, Banco Europeo de Negocios y Gas Natural. Javier Valls fue uno de los últimos representantes con cargo de los ejecutivos que lideraron los grandes bancos de los ochenta (Banesto, Hispano Americano, Central, Bilbao, Vizcaya, Santander y el propio Popular).
Además, el tándem de los hermanos Valls pudo disfrutar de la época dorada del banco —fundado en 1926 por Emilio González-Llana— y del sector en su conjunto, ya que cedió el testigo a Ángel Ron en 2006, en la antesala de la Gran Recesión. Más tarde, por la apuesta agresiva de la entidad en el sector inmobiliario, el Popular vivió los momentos más convulsos de su historia que acabaron con la intervención del Gobierno y su venta al Santander por un euro ante el riesgo de que se quedase sin liquidez para atender a los clientes, ya con Emilio Saracho en la presidencia.
Javier estaba casado con Cristina Muls Delassue y es padre de dos hijos: Cristina (casada con el presidente de Naturgy, Francisco Reynés) y Luis. Procedía de una familia catalana de industriales conservadores (su padre, Fernando Valls, era jurista, historiador y político). Le gustaba la música, el arte, la cultura y los viajes, además de los deportes náuticos, la práctica del esquí y la del golf, según explicaba el Popular en su salida de la copresidencia.
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