Los chips españoles entran en la carrera tecnológica
La cooperación público-privada alumbra a Openchip, una empresa que ha recibido 111 millones en ayudas de los fondos europeos Next Generation


Llegar tarde a un sector no siempre es sinónimo de fracaso en el mundo del emprendimiento. Openchip, una empresa público-privada fundada en Barcelona en 2021, aspira a ser el referente europeo en diseño de chips de última generación para industrias como la supercomputación o la inteligencia artificial (IA). Así lo creen con firmeza su gerente, Marc Fernández, y el CEO de la compañía, Francesc Guim. Pero también lo considera la Unión Europea y el Gobierno de España, que le han inyectado 111 millones de euros de los fondos de recuperación económica Next Generation por ser el suyo un proyecto de “importante interés común europeo”. Guim, que trabajó 17 años en Intel— la segunda empresa más grande del sector en EE UU, solo detrás de Nvidia—dice que la misión es desarrollar “tecnología por y para Europa”. Aún no facturan (están en fase de reclutamiento), pero prevén que el primer prototipo esté listo en 2026, y calculan que serán rentables solo a partir de 2027.
La inversión inicial prevista en el plan aprobado por la Unión Europea (UE) es de 500 millones de euros. Para conseguir los 111 millones tardaron tres años, con negociaciones que comenzaron en 2021. Aunque el proyecto se aprobó a mediados de 2023, llegaron solo hasta enero del 24. La subvención estuvo condicionada a aportar avales bancarios por 96 millones de euros. “Ya te imaginarás lo fácil que es conseguir ese dinero”, relata con ironía Fernández. Para ello, contaron con el apoyo de BBVA, Santander, CaixaBank, Bankinter y Banco Sabadell, además de la ayuda de la Generalitat de Cataluña a través del Instituto Catalán de Finanzas, que aportó 25 millones de euros en avales.
El accionariado de Openchip se divide entre el público Barcelona Computing Center (BSC), que tiene el 46% del capital, y la catalana especializada en ingeniería de sistemas y software, GTD, con el 54%. La compañía es la cuarta mayor beneficiaria de los fondos europeos en Cataluña, según datos del departamento de economía de la Generalitat. Esta última le dio otro empujón financiero, esta vez de 10 millones, el pasado 21 de febrero.
¿Pero qué aportará Openchip a una industria que va a toda velocidad? Quieren diseñar los dispositivos más eficientes en consumo de energía, algo en lo que trabajan con ahínco gigantes como Nvidia, Intel o Google. De hecho, ya cooperan con empresas para construir centros de datos que mejoren su eficiencia energética entre un 20% y un 30%. También trabajan en la protección de datos y en la validación de modelos de IA, algo que “otras compañías no suelen tener en cuenta”, dicen ambos socios. La empresa apunta al mercado de los chips de última generación y se mantendrá al margen del mercado de primera generación, como los que se usan en móviles o coches. “Haremos chips similares a los de Nvidia para supercomputadores como el MareNostrum [uno de los computadores cuánticos más potentes del mundo]”, explica Guim.
Con ello quieren cubrir “el vacío” de oferta hecha en Europa para llegar a clientes institucionales de mercados profesionales como la computación de alto rendimiento (HPC) y centros de datos, o en sectores como la defensa y el aeroespacial. Pero Openchip se encargará del diseño y de la comercialización de los chips, mientras que la fabricación la subcontratarán a terceros. Ya han hablado con fábricas en Taiwán (con el gigante TSMC), Europa o Japón para decidir dónde los producirán y dicen estar abiertos a todas las opciones, en un proceso en el que los acompaña el IMEC, uno de los centros de investigación y desarrollo de semiconductores más grandes de Europa, con sede en Bélgica. “Siempre que se pueda fabricar en Europa, se hará. Lo que buscamos es la tecnología más avanzada para ofrecer productos competitivos en el mercado”, explican.
Grandes inversiones
La inversión de la compañía es ingente, algo característico del sector. El año pasado comenzaron con cien empleados y lo terminaron con 140. Prevén alcanzar los 250 trabajadores a finales de este año y Fernández destaca que la mayoría de los fondos se están utilizando para contratar a los mejores profesionales. Le siguen la adquisición de propiedad intelectual y la compra de las sofisticadas herramientas que se necesitan para diseñar chips; un área que, según los expertos del sector, recibe la mayor inversión en las etapas iniciales de una compañía de este tipo.
Los emprendedores son conscientes de que, al recibir fondos públicos, sus pasos serán fiscalizados: “Hemos recibido dinero público y lo tenemos que gastar de la mejor manera posible y de la forma más eficiente”, destacan. Y aunque montaron toda la infraestructura en 10 meses, —la media usual es hacerlo en 18—, Fernández aspira a que todos los actores involucrados sean conscientes de la carrera que hay que hacer para alcanzar en pocos años lo que otras compañías han logrado tras más de 10 o 15 años de millonarias inversiones.
Y es que la regulación europea, “aunque garantista”, creen, puede llegar a ser una barrera para la agilidad y competitividad en el mercado global. “Seguramente surgirá la necesidad de realizar tramitaciones urgentes que nos permitan competir con países como China y Estados Unidos, que tienen menos regulaciones”, razonan. Y concluyen que “no se trata de bandos políticos, sino de la importancia estratégica que tiene para Europa un proyecto de este calado”.
Openchip ya ha establecido centros en países como Polonia, Italia o Alemania que funcionan como centros de atracción de personal y de desarrollo tecnológico. “La idea es ir donde está el talento, ya que no siempre es posible atraer a todos los expertos a una sola ubicación”, destaca Guim. Eso sí, a medio plazo el plan se basa en tres pilares: repatriar talento español, atraer el internacional y desarrollarlo en su propia academia, la Openchip Academy, que colabora con universidades como la Complutense y la Politécnica de Madrid para formar en semiconductores. “Estamos creando un equipo de primera división, uno como de la Champions de los semiconductores, con talento que ha trabajado en Google, Nvidia o Intel”, concluyen los socios.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
