López consolida en Madrid su idea de que sólo la justicia decide sobre Sortu
El 'lehendakari' critica las lecciones de quienes no sienten la presión en Euskadi
El lehendakari, Patxi López, se siente cómodo en su discurso propio sobre el proceso de legalización de Sortu. Ayer, en Madrid, en un escenario donde no se consiente la mínima veleidad en cuestiones relativas al terrorismo y su entorno, convenció con su apuesta de que "sólo" la justicia decida sobre el tránsito a la democracia de la izquierda abertzale radical. Además, López se defendió en solitario. Fue una cita en el Foro ABC sin referencias políticas ni empresariales entre los comensales. Y es que no acudió ningún miembro de la dirección del PSOE, ni uno de los consejeros del Gobierno vasco, nadie del PP a excepción de Manuel Fraga en silla de ruedas, y dejando toda representación en la ministra Cristina Garmendia y en el incombustible Txiki Benegas.
López sabía que Sortu sería el invitado en el turno de preguntas y por eso centró su conferencia en situar los dos años de gestión de su Gobierno. Lo hizo con un discurso ya conocido en Euskadi que parte de la importancia democrática del cambio —elogió el apoyo de Antonio Basagoiti—, de las herencias endiabladas del nacionalismo, de las angustias presupuestarias en tiempos de crisis, pero también de la apuesta por la convivencia democrática entre diferentes que aleje la división de las consultas identitarias, de la necesidad de innovar para ganar el futuro y de trabajar sin descanso por la pacificación.
Pero antes de su disertación, en el ambiente flotaba cierto malestar de ese sector empresarial vasco radicado desde hace años en Madrid por el recorte de López en sus exigencias sobre Sortu. Incluso, algunas preguntas ahondaban en la brecha abierta entre el Gobierno de Zapatero — "ha sido el presidente más valiente de este país en esta materia", recordó para mitigar diferencias— y el lehendakari al que apoya su partido en Euskadi. Pero las dudas, al final, quedaron resueltas. Bastó que el lehendakari marcara muy claro su territorio de confianza en la justicia por encima de las disquisiciones políticas, incluso, recordó, para asumir con la misma serenidad "sentencias como la de Estrasburgo a favor de Otegi, pero del mismo tribunal en contra de Batasuna".
López recordó que la nueva formación abertzale avanza en la dirección que "siempre" han exigido los demócratas" y que es la consecuencia de "una política clara de firmeza y de tolerancia cero" con ese mundo, así como de la aplicación de la Ley de Partidos. En este marco recordó que ETA "está más débil que nunca" y que es una evidencia que "está derrotada y que los demócratadas hemos ganado", y no se olvidó de atribuir al Gobierno que "lidera" este declive del terrorismo.
Con todo, mientras desgranaba que "sólo queda aceptar el fallo que la justicia dicte sobre Sortu", no pudo reprimirse al denunciar las lecciones que en materia de pacificación "se escuchan desde 500 o 1.000 kilómetros de distancia" por quienes no sienten "a diario" la presión de la realidad vasca. Por eso, recuperó la esencia de su actual posición al enfatizar que "en democracia no se puede estar jugando todo el día a poner una condición diferente y la ley es la ley, con los bueno y con lo malo". Tras estas reflexiones, tal punto llegó la convicción de los críticos iniciales que un prohombre de la derecha española, ahora vinculado a la prensa, le deseó a López, ya en la puerta del Casino de Madrid: "Ojalá seas el candidato de tu partido para sustituir a Zapatero".
A propósito de este relevo en el cartel electoral del PSOE, López, que se autodescartó otra vez de toda posible nominación, mandó un recado a sus compañeros al pedir que este tema "se resuelva en casa", aunque la intencionalidad de su mensaje estuvo más centrada en denunciar que "es una falta de respeto enorme hacia la ciudadanía seguir con este debate cuando las elecciones de mayo afectan al 90% de la vida de los españoles".
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