Vettel gana el Gran Premio de Hungría y Alonso acaba quinto
Hamilton acaba sexto y Rosberg octavo tras una carrera plagada de incidentes
Hungría fue la locura. La décima carrera del campeonato concluyó de la forma más inesperada posible. La victoria de Sebastian Vettel fue incuestionable, porque cogió el liderato desde la salida y ya no lo abandonó hasta el final. Pero por detrás, era impensable que la segunda posición fuera para Daniil Kvyat y la tercera para Daniel Ricciardo, los dos Red Bull. Todo el mundo esperaba un nuevo duelo entre los Mercedes de Lewis Hamilton y Nico Rosberg. Pero esta vez, una cadena de incidentes inacabable acabaron con las opciones del alemán de salir de Hungría con el liderato y, muy al contrario, permitieron al británico aumentar su diferencia en el Mundial, a pesar de acabar sexto. Rosberg entró octavo. Fernando Alonso, por su parte, logró la mejor clasificación del año: quinto. Pero Sainz se retiró.
Una salida espectacular de los dos Ferrari dieron un vuelco a la situación. Tanto Sebastian Vettel como Kimi Raikkonen atacaron por la izquierda y superaron a los dos Mercedes, que quedaron relegados a la tercera y cuarta posiciones. Lo más curioso es que esta vez quien menos malparado salió fue Rosberg, que plantó cara a los monoplazas rojos y pasó a ocupar la tercera posición. El desespero de Hamilton le llevó a buscar huecos donde no los había y a enfrentarse a su compañero de equipo que cerró bien su trazada y obligó al británico a salir de la pista en la sexta curva. Su salida le dejó relegado a la décima posición. Una penalización tremenda en este circuito. Remontar se convirtió en el reto de Hamilton. Pero el británico es un luchador, capaz de tomar todo tipo de riesgos en situaciones límite.
Ése se convirtió en el mejor aliciente de la carrera. Mientras en la cabeza los dos Ferrari parecían consolidar sus posiciones de privilegio, poniendo distancia de por medio con Rosberg. Hamilton luchaba con Massa para intentar asaltar la novena posición. Su adelantamiento fue espectacular. Se produjo en la novena vuelta, cuando se emparejó al brasileño y forzó la trayectoria en una curva de derecha hasta que las ruedas llegaron a tocarse. Massa no aflojó, pero Hamilton sacó rendimiento de su mejor tracción y acabó superándole. Fue el aviso que mandó a todos sus rivales: estoy dispuesto a todo. Y lo siguió demostrando cuando en la 12ª vuelta avanzó a Pérez y más adelante superó también a Ricciardo para colocarse en cuarta posición y seguir escalando hasta alcanzar a su compañero Rosberg.
Tras el primer cambio de neumáticos, Vettel se había consolidado ya en la primera posición, con siete segundos de ventaja sobre Raikkonen y 18 sobre el primer Mercedes, el de Rosberg. Pero Hamilton ya estaba ahí. A 15 segundos del alemán, eso sí. Pero atacando con el cuchillo entre los dientes y ganándole alrededor de un segundo en cada vuelta, gracias a su elección de blandos en contraposición de los duros usados tras el cambio por Rosberg. Ésa podía ser una de las claves de la batalla entre los dos hombres de Mercedes. 15 vueltas más tarde (40ª) Hamilton había dejado en seis los segundos que le separaban de Rosberg.
Pero luego, en la 42ª vuelta, un accidente sufrido por Hulkenberg al desprenderse el alerón delantero de su coche obligó a la entrada del coche de seguridad y la carrera cambió de decorado. La diferencia que había logrado Vettel hasta aquel momento -10s sobre Raikkonen, 26 sobre Rosberg y 33 sobre Hamilton- quedó reducida a la nada. Y las opciones de los dos Mercedes crecieron de forma exponencial y más sabiendo que Raikkonen sufría una pérdida ostensible de potencia.
El sueño de Rosberg de irse de vacaciones como líder del Mundial, se esfumó
La reanudación, en la vuelta 48ª, produjo un adelantamiento inmediato de Rosberg a Raikkonen y un toque de Hamilton con Ricciardo que le afectó el alerón delantero y le impidió mantener su posición. Tuvo que pasar por el taller, cambiar el morro y colocar los blandos. Y además, una sanción que le obligó a pasar por el pit-lane –por su maniobra con Ricciardo-, le dejó fuera de los primeros lugares. “Lo siento chicos”, les dijo Hamilton a sus mecánicos a través de la radio. “Lo siento”. Mientras tanto, Rosberg lanzó su ataque sobre Vettel. Pero tras un primer intento, tuvo que centrarse en su pugna con Ricciardo para mantener la segunda posición. Su batalla acabó fatal, puesto que cuando el australiano le adelantó, tocó al alemán y le pinchó la rueda trasera izquierda con su alerón delantero.
El sueño de Rosberg de irse de vacaciones como líder del Mundial, se esfumó. Rosberg llegó al taller, pero salió incluso por detrás de Hamilton. La victoria no se le escapó a Vettel. Pero Hamilton salvó los muebles en una de las carreras más difíciles de su vida. Kvyat acabó segundo, Ricciardo tercero, Verstappen cuarto y Alonso quinto… por delante de Hamilton. Increible. Rosberg acabó octavo absolutamente desesperado por la oportunidad que acababa de perder.
Por detrás, tanto Carlos Sainz como Fernando Alonso ganaban posiciones en la salida y pasaban a ocupar la 11ª y 12ª, respectivamente. Sin embargo, mientras Sainz iba hacia delante, Alonso era superado por Verstappen. La lucha del asturiano se centraba en intentar entrar en los puntos. Y parecía claro que iba a dirimir su suerte con los Toro Rosso de Verstappen y Sainz. Tras el primer paso por el taller, Alonso se colocó décimo, perseguido por el madrileño. Y los elementos se fueron alineando a favor del asturiano que consiguió concluir en quinta posición, la mejor clasificación de la temporada. McLaren colocó también a Button en octavo lugar. Un éxito. En cambio, en la vuelta 60, obligaron por radio a Carlos Sainz a abandonar la carrera por problemas mecánicos, cuando iba décimo, y había estado luchando para mantenerse en los puntos.
“En cada vuelta me decían que iba ganando posiciones, por tanto me supo mal que se acabara la carrera”, señaló un ilusionado Alonso. “Llevamos un año un poco desafortunado, pero hoy nos ha devuelto un poco la fortuna con esta quinta posición. El coche ha mejorado en cada carrera, sobretodo aerodinámicamente. El morro corto que nos llegó en Austria cambió la estrategia de evoluciones y encontramos el camino. Al final, no sabía si había acabado quinto o sexto. Era un circuito favorable… como el de Singapur y el de Mónaco. Al menos podemos dar algunas satisfacciones a los mecánicos”.
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