Kate Middleton o Meghan Markle: ¿Quién se parece más a Diana?
Las esposas de Guillermo y Enrique de Inglaterra siguen la estela de la suegra a la que no conocieron con sus gestos y apariciones públicas
Hace ocho años, en noviembre de 2010, los objetivos de medio mundo enfocaban hacia una joven llamada Kate Middleton. A sus 28 años, se convertía en la prometida del príncipe Guillermo de Inglaterra, llamado un día a suceder a su abuela, Isabel II, en el trono británico. Como era inevitable, las comparaciones con Diana de Gales no tardaron en llegar. El anillo de compromiso de Middleton era el zafiro que perteneció a la difunta madre del novio, todo un homenaje a su figura. A partir de ahí, las comparaciones con Lady Di fueron, han sido y siguen siendo una constante.
El tiempo avanza siete años. Noviembre de 2017. El hermano de Guillermo, Enrique de Inglaterra, es quien anuncia su compromiso con Rachel Meghan Markle, una actriz de 36 años y origen californiano. De nuevo, las comparaciones con Diana de Gales llegan desde el mismísimo anillo: no pertenecía al joyero de Lady Di, pero está realizado con dos diamantes de la colección de la princesa y ha sido diseñado por Enrique.
Ahora, ya con las dos como duquesas e integradas en la familia real británica, las comparaciones con Diana prosiguen. En joyas, gestos, estilo y cercanía, ¿quién de las dos se parece más a Diana?
Los inicios
Los perfiles de Meghan y de Kate no pueden ser más distintos. Mientras que la esposa de Guillermo era conocida desde hacía años por los británicos gracias a su relación con Guillermo —que empezó en la universidad de Saint Andrews, en Escocia, donde ambos estudiaban— pero apenas tenía un perfil público y profesional, con Meghan es justo al contrario. La protagonista de Suits es famosa en todo el mundo gracias a su serie pero su relación con Enrique es prácticamente nueva: se conocen en verano de 2016.
Aquí, la historia que más se asemeja a Diana es la de Kate. Aunque la madre de Guillermo provenía de una familia aristocrática y los Middleton no lo son de cuna (aunque cuentan con un importante patrimonio gracias a su empresa de artículos de fiesta), sí es cierto que Catalina tuvo un perfil discreto, nunca ejerció su profesión y trabajó en pequeños empleos, al igual que Diana, cuyo currículum se limitaba a ser asistente en una escuela infantil. Por su edad y lugar de origen, la vida de Markle ha sido —pese a pasear por alfombras rojas y posar para revistas en sus últimos años, los de mayor fama— mucho más real, con un trabajo serio y estable en una familia compleja que ha luchado por sacarla adelante.
La cercanía
Si por algo se caracterizó Diana a lo largo de su vida fue por saltarse el protocolo y permanecer cerca de todos los que la querían tener al lado, ya fueran niños, mayores o enfermos. Corrían los ochenta y los noventa cuando no dudaba en quitarse guantes y para poder estrechar las manos de enfermos de sida, en acudir con sus hijos a Disneyland o en reírse a carcajadas públicamente, algo casi inédito en la familia real británica
Esa estela la sigue, sin duda, Meghan Markle. Ha sido de los primeros miembros de los Windsor que ha hecho un gesto tan sencillo como cerrar la propia puerta de su coche o llevar un bolso cruzado, cuando es costumbre que las mujeres de la familia lo lleven en la mano. Pero ella quería tenerlas libres para poder saludar con libertad. Algo parecido a lo que le ocurría a Diana con los sombreros y tocados: que dejó de usarlos cuando estaba con niños o en hospitales para poder abrazarlos sin impedimentos.
El estilo
Diana venía de una familia aristocrática, los Spencer, y su estilo era campestre y clásico. Pero con los años y dentro de su papel, Diana fue una mujer revolucionaria. Lució colores y estampados llamativos y vestidos escotados, fue la primera mujer de la familia real británica en llevar vaqueros y supo transmitir mensajes a través de la ropa. Un modo de hacer que han heredado sus nueras.
Meghan tiene un estilo propio, que intenta mantener fresco en estos primeros meses tras su boda con Enrique. También influye de nuevo su edad y posición, al haber sido vestida por estilistas durante años y entrar a una edad más mayor y madura en la familia real. Kate, sin embargo, es la que ha seguido más los pasos de Diana. De sus primeros años de vaqueros y polos, Catalina ha pasado a convertirse en un referente de estilo observado alrededor del globo. Apuesta principalmente, como hacía su suegra, por moda británica (ya lo hizo en su boda y en repetidas ocasiones optando por Alexander McQueen), frente al armario no tan británico de Meghan.
También el cargo pesa en las elecciones de Kate: su papel es el de consorte del futuro rey (Guillermo es, tras su padre Carlos, segundo en la línea de sucesión al trono), por lo que tiene que mantener un papel discreto, elegante y apolítico en sus decisiones, incluso estilísticas. Colores rotundos, tocados con los que ha marcado tendencia, delicados conjuntos de tarde y lujosos vestidos de noche, escaso miedo por las grandes joyas (usa con frecuencia la tiara Lover's Knot, la favorita de Diana) y capacidad para llamar la atención únicamente cuando quiere la convierten en digna heredera de su suegra.
La solidaridad
Diana de Gales fue un referente en cuanto a los royals y la solidaridad. Sus visitas a hospitales o sus inéditas fotos entre minas antipersona en Angola marcaron una época y se convirtieron en íconos de los noventa.
Ese legado está destinado a Meghan. Como su esposo y sus (futuros) hijos probablemente no serán reyes, su papel será menos institucional que el de Kate, por lo que podrá dedicar más tiempo a causas que le interesen y las podrá elegir de un modo más personal. De hecho, ya ha empezado a hacerlo: su primer discurso en público fue en un acto con Enrique y con su madre, Doria Ragland, trató sobre la multiculturalidad y la mujer. Una buena pista de los senderos que recorrerá Meghan, y que parece que serán paralelos a los Diana.
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