¿Por qué El Drogas se llama El Drogas?
Su imagen, su voz, sus letras. Fundamentales en el rock español de las últimas décadas. Ahora que edita un disco quíntuple le preguntamos por algo que, curiosamente, pocos saben
Curioso país: todavía hay gente que se escandaliza por leer o escuchar que hay un músico navarro al que le apodan El Drogas. Ocurre que la trascendencia del personaje ha pasado por encima del significado de la palabra. Nos explicamos: cuando se lee "El Drogas" no se piensa en alguien que consume abusivamente sustancias alucinógenas. Lo que le viene a la cabeza a uno es un tipo enjuto, melenudo y con un bajo cantando eso de: "Quiero ser más rápido que ellos, echar todo a perder un día tras otro y un buen rato después saber llegar a casa, antes de que el sol me diga que es de día" (Blanco y negro, canción de Barricada).
Sí, El Drogas fue cantante y bajista de Barricada durante 30 años. Y ahora lleva una interesante carrera en solitario. El músico no le ha dado muchas vueltas: artísticamente es El Drogas. Su último trabajo se acaba de publicar. Son 42 canciones distribuidas en cinco discos. Se llama Solo quiero brujas en esta noche sin compañía y, a pesar del temor ante tanto material, merece mucho la pena dedicarle tiempo.
Hubo un día en el que El Drogas se llamaba Enrique Villarreal. Desde que nació (el 31 de agosto de 1959 en Pamplona), por obra y gracia de su madre, Nieves, y hasta que entró en plena adolescencia. Y aquí desvelamos el misterio. Nos lo cuenta él mismo: "Fue antes de empezar a tocar. Éramos una cuadrilla muy grande, unos 17. Era un barrio [la Txantrea, en Pamplona] de clase obrera lleno de familias de varios críos. Nos criábamos en la calle. Uno de la cuadrilla era muy gracioso y un día nos empezó a poner motes a todos. Cuando llegó a mí y me vio con el pelo lacio y toda la cara llena de granos dijo: 'Tú, El Drogas, que tienes pinta de eso'. Por aquella época no las había probado. Lo primero que hicimos era hacernos cigarrillos de tabaco con sándalo [unas inofensivas hojas machacadas]. Y también con hebras de plátano mezcladas con tabaco. Imagínate. Eso ni colocaba ni nada, pero teníamos que decir que sí, que estábamos colocadísimos (risas)".
Se desmiente, por lo tanto, la versión más extendida sobre su apodo: que su padre tenía una droguería en el barrio. No, su padre tuvo varios oficios, pero ninguno relacionado con una droguería: trabajó limpiando los frontones donde luego jugaban al frontón los señoritos y de mecánico. Un trabajador.
En noviembre El Drogas inicia una extensa gira para presentar Solo quiero brujas en esta noche sin compañía. Pincha aquí para ver las fechas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.