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Collboni aprueba las ordenanzas fiscales de Barcelona tras acordar con los comunes que no construirá una nueva ‘miniterminal’ de cruceros

Janet Sanz se felicita por conseguir decrecer la infraestructura portuaria, que pasará de siete a cinco embarcaderos

Cruceristas  en el Terminal A del Puerto de Barcelona embarcan en el MSC Europa.
Cruceristas en el Terminal A del Puerto de Barcelona embarcan en el MSC Europa.Gianluca Battista
Alfonso L. Congostrina

El equipo de gobierno de Jaume Collboni en el Ayuntamiento de Barcelona ha conseguido aprobar las ordenanzas fiscales con las que se fijan las tasas y los impuestos que se aplicarán a partir del 1 de enero de 2025. El PSC contaba con el apoyo de ERC y de BComú para aprobar las ordenanzas, pero esta semana los comunes anunciaron que su voto no estaba garantizado después de sospechar que el PSC apoyaba la construcción de una ‘miniterminal’ de cruceros de lujo. La presidenta del grupo municipal de BComú, Janet Sant, ha anunciado este viernes -minutos antes de comenzar el pleno- que han firmado un acuerdo con el PSC que “rechaza cualquier nueva terminal de cruceros y reduce las existentes de siete a cinco terminales”. Tras rubricar este documento y reunirse con Collboni obteniendo, verbalmente, el compromiso del alcalde para no construir nuevos embarcaderos, los comunes han anunciado que apoyarán las ordenanzas. De esta manera, Collboni salva el primer escollo de su gobierno de cara al próximo año a la espera de que a principios de enero presente los presupuestos municipales.

El acuerdo entre PSC y comunes parecía claro hasta que el pasado martes saltó la negociación por los aires. Desde septiembre, PSC y BComú participan en una comisión para abordar la problemática de los cruceristas. Durante varias sesiones, ambos partidos debatieron y llegaron a unas conclusiones para acordar elevar la fiscalidad a los cruceristas. Incluso llegaron a firmar unos acuerdos para proponer al Puerto de Barcelona reducir los siete terminales proyectados a cinco. PSC y BComú acordaban que la manera más sencilla era esperar a que caduquen las concesiones de la terminales A, en 2027, y la B en 2030.

Hasta aquí los dos partidos estaban deacuerdo pero un punto en las conclusiones del documento es lo que desató la crisis entre formaciones. El punto, en cuestión, dice: “El gobierno municipal, en el marco de las conversaciones mantenidas con el Puerto de Barcelona, hace constar y valora positivamente que se plantee habilitar una miniterminal que dé servicio a barcos de nueva generación con capacidad máxima de 1.000 pasajeros. Aunque no forma parte de estos acuerdos”. Este redactado marca una expectativa de Puerto y PSC pero, a la vez, lo desmarca del acuerdo de reducción de terminales alcanzado con BComú.

Sanz aseguró que este punto era una línea roja y mantuvo que si el PSC no se desmarcaba de la construcción de esta miniterminal no apoyarían las ordenanzas. El teniente de alcalde de Economía, Jordi Valls (PSC), acusó a los comunes de “poner palos en las ruedas a los gobiernos progresistas”. Valls denunció que fue en 2018, bajo la alcaldía de Ada Colau, se cometió el “error” de ampliar a siete las terminales de cruceros y que el PSC ahora intenta reducir aquel desaguisado. Sanz, por su parte consideraba que el punto propuesto por el puerto y el PSC es la base de una nueva terminal y amenazaba con votar en contra de las ordenanzas fiscales en el pleno.

Este viernes las aguas han vuelto a su cauce. Sanz, minutos antes del pleno, ha anunciado el acuerdo firmado entre el PSC y BComú que rechaza la miniterminal y mantiene la reducción de las siete terminales proyectadas a cinco. “Daremos apoyo a las ordenanzas fiscales porque con ellas sabemos que el sector turístico pagará más y tenemos la voluntad clara de que las infraestructuras que hay están dedicadas al turismo no van a crecer más”, ha concluido Sanz. ERC también ha votado a favor justificando que las ordenanzas ayudan a poner freno a la presión turística. Junts, PP y Vox han votarado en contra asegurando que estar ordenanzas hace que la presión fiscal aumente en la ciudadanía. Sanz ha advertido a Collboni que si quiere aprobar los presupuestos del próximo año deberá contar con el apoyo de BComú y le ha animado a unificar posiciones.

Con la aprobación de las ordenanzas fiscales se apueban medidas como el incremento del IBI sobre los hoteles de lujo de la ciudad que pasa del 1% al 1,17%, el aumento de la tasa de los autocares de uso turístico para aparcar en Barcelona que pasarán de pagar 20 euros día a un máximo de 80. También se realiza un aumento progresivo del IBI en los Inmuebles de Características Especiales (BICES) que afecta a infraestructuras portuarias y terminales de cruceros pasando del 0,8% al 1,06%.

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